A Marina Silva la conozco hace aproximadamente unos diez años. A Brasil viajo dos o tres veces al año, ya que mi esposa es brasileña. En mayo de este año, ella vino a Buenos Aires y le hicimos un homenaje en el Senado, donde participó de una audiencia pública.
Es una mujer de una extraordinaria capacidad, una de las grandes militantes ambientalistas que tiene el continente. Ha sido reconocida por las Naciones Unidas y por varios países. Se formó nada menos que con Chico Mendes, el famoso ambientalista que fue asesinado en el Matto Grosso. Tiene una larga vida de militancia por una sociedad más humana, menos destructora, priorizando los valores de la vida, la preservación del agua y de la naturaleza. Defiende un modelo de sustentabilidad y de desarrollo de la riqueza de la naturaleza para el conjunto de la población. Además, es una gran militante de las causas socialistas modernas.
Muchos comentarios que surgieron impulsados por los petistas, que la asociaron con los bancos, son de una enorme mala fe y representan a la politiquería barata. Lo que nunca se podrá decir de ella es que está vinculada con sectores afines a la corrupción.
Valoro que tiene una propuesta original sobre la democracia social. Ella fue una crítica del gobierno de Brasil, pese a haber formado parte del Partido de los Trabajadores. De allí se fue mucha gente del ala progresista. Con el transcurso de los años, ese partido se transformó en administrador del mismo modelo de siempre en Brasil. Es cierto que tuvieron políticas keynesianas muy intensas, pero la situación de ese país en muchos ítems es lamentable. Brasil todavía no logró saldar las grandes brechas entre quienes están abajo en el estrato social y las capas medias y altas.
No sé si cambiarán tanto las cosas para Argentina si gana Marina en las elecciones. Pero si ella vence, me sorprendería si no diera un espaldarazo a los sectores que defendemos la democracia con equidad y la preservación de los recursos naturales en Argentina. Somos amigos y nos hemos acercado por una cantidad de puntos compartidos. Aunque Marina estuvo dos días en Buenos Aires en mayo, muchos de los referentes de UNEN estuvieron presentes con ella en el Congreso.
Marina encarna un progresismo social y ambiental muy importante para la región. Hay que hacer cambios. Hay que ir para delante. Pero estos cambios tienen que repercutir en la población. Queremos más república, un mejor país, más y mejor democracia, y defender la causa ambiental.