COLUMNISTAS
Política exterior

Milei y Trump: el futuro llegó hace rato

Tanto Trump como Milei son líderes que rompen con los canales tradicionales de influencia (medios, partidos, expertos) y establecen una conexión directa y emocional con sus seguidores.

191025_trump_milei_casa_blanca_afp_g
Ellos. Trump y Milei son líderes que rompen con los canales tradicionales de influencia. | AFP

Hiperanuncios, magros resultados. La relación bilateral de Argentina y Estados Unidos, inauguró nuevas expectativas y nuevos-conocidos andamiajes diplomáticos; también, viejos fracasos que se reinscriben en la actual coyuntura. La política exterior argentina ha superado ampliamente la categoría de relaciones carnales que predominó en la época menemista y su epopeya. La misma cumple un rol preponderante en la política doméstica con un claro clivaje en la opinión pública de nuestro país.

Hablamos de un vínculo político-ideológico y simbólico, basado en afinidades discursivas, estrategias comunicacionales y visión del mundo. Tanto en Argentina como en Estados Unidos, se asiste a una sociedad polarizada, con crisis de confianza institucional, pero con algunas particularidades. Argentina presenta un gran descreimiento de su clase política y deslegitimación de sus partidos tradicionales. También algunas diferencias en su modelo económico; mientras Trump es proteccionista, Milei es ultraliberal aspirando a una reducción máxima del Estado. Estilos de liderazgo y comunicación disruptivos, hostiles, hiperpersonalistas, mediáticos y simulando ser “antipolíticos”.

Ambos mandatarios aspiran a una transformación del espacio público, donde el carisma y la emoción reemplazan al argumento racional. Las lógicas narrativas de amigo-enemigo, la disputa por el control de la agenda pública han calado en la opinión ciudadana poniendo en tela de juicio a los mediadores comunicacionales como partidos y medios de comunicación. Ambos líderes han sabido movilizar electorados, a favor y en contra, jugando con percepciones que enaltecen y socavan liderazgos.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Javier Milei recorrió Tucumán y pidió a los votantes abrazar la libertad: "Elegimos entre civilización y barbarie" para las elecciones

Tanto Trump como Milei son líderes que rompen con los canales tradicionales de influencia (medios, partidos, expertos) y establecen una conexión directa y emocional con sus seguidores. Discursos confrontativos ante una erosión de la confianza institucional, donde se cuestiona la prensa, la Justicia y se inhabilita de manera sistemática y violenta el pensamiento diferente. No hace falta pensar en las marchas de los jubilados, el financiamiento del Garrahan, las Universidades y tantos más. La normalización del discurso agresivo transformó el lenguaje político: insultos, gestos y confrontación se vuelven parte aceptada del debate público, junto a una mediatización extrema. Frente a estos enunciados políticos surge una contrarrespuesta, en torno a identidades afectivas que deben ser defendidas, minorías, sectores vulnerables foco de desprecio y amedrentamiento. Lo ideológico siempre está presente.

La última reunión de Trump y Milei expone las necesidades pragmáticas de Argentina de dólares que merman, una economía con neumonía, y un proselitismo obsceno. Quizá los cálculos y la estrategia estén fallando, frente a una visión oficial de liderazgo internacional, asistimos a la pérdida de soberanía y autonomía, ya que no son alianzas estratégicas sino cesiones incondicionales, y endeudamientos sin ninguna proyección de inversión o crecimiento.

Como dice la canción, “estás llamando a un gato con silbidos. El futuro ya llegó; llegó como vos no lo esperabas. Todo un palo ya lo ves…”. Habrá que esperar al 26 de octubre, definitivamente el futuro no es lo que se esperaba, a la vista no hay recompensas, y mientras tanto, los símbolos de “libertad” exterior ensombrecen la autonomía interna, la nacional, que no claudica con fuertes gritos y se esgrime con valores de más patria, y más derechos, frente a los “palos” que un oficialismo sordo impone con rabia.

*Politóloga. Analista Política (@Asacop @Blbravi)