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SIN RUMBO

Miopía

Nuestro país exhibe valores preocupantes en términos de pobreza, indigencia y distribución del ingreso. No parece demasiado polémico afirmar que un mejor desempeño económico requiere al mismo tiempo crecimiento y mejora distributiva, y que presumiblemente no hay una cosa sin la otra.

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Nuestro país exhibe valores preocupantes en términos de pobreza, indigencia y distribución del ingreso. No parece demasiado polémico afirmar que un mejor desempeño económico requiere al mismo tiempo crecimiento y mejora distributiva, y que presumiblemente no hay una cosa sin la otra.

Existe una sola manera de conciliar crecimiento y distribución en el largo plazo: establecer una visión compartida que oriente y limite las decisiones y discusiones cotidianas. De un modo u otro, parece requerirse que los actores sociales relevantes sean capaces de contemplar horizontes fuera de lo inmediato, si no en los detalles, al menos en cuanto a direcciones y estrategias generales y, especialmente, que apuesten al crecimiento reconociendo la pertinencia de la inclusión social, en lugar de que cada uno juegue para su lado y terminen perdiendo todos.

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La ausencia de esa visión y la consecuente falta de previsión son el resultado de la acción y la actitud del kirchnerismo que, impidiendo el diálogo y censurando las diferencias, agrava las condiciones que se encuentran fuera de su influencia. Los ejemplos conocidos abundan, pero en esencia este comportamiento produce pérdida de oportunidades en los buenos tiempos, o ausencia de instrumentos de compensación en los malos.

El Gobierno utiliza como excusa la crisis internacional para justificar sus errores de política económica y su falta de rumbo. Argentina aún no ha definido una línea de desarrollo productivo. ¿Qué pretendemos fabricar dentro de 5 o 10 años? ¿Qué pensamos venderles a las otras economías del mundo? ¿Cómo lograr que la redistribución no quede en un juego de sumas y restas entre grupos de altos ingresos, sino que llegue efectivamente adonde la desigualdad es más grave?

Sin dudas, el Gobierno no se hace estas preguntas. Su cortedad de alcance es preocupante.

El mayor riesgo que enfrentamos, entonces, es que la “miopía” impida al país aprovechar las condiciones estructurales que la economía mundial (a pesar de sus intensas turbulencias) está presentando para la oferta productiva argentina y que necesariamente le va a presentar cuando la crisis internacional finalmente se supere.


*Titular de la UCR.

**Economista UCR.