COLUMNISTAS
Defensora de Género

Mujeres y trabajo: cuánto falta para el fin de la brecha

20190809_consejo_asesor_trabajo_sica_cedoc_g.jpg
Sin representación. Todos varones en la última reunión del Consejo Asesor del Trabajo. | cedoc

El domingo, en 50/50, la foto de la reunión del Consejo Asesor del Trabajo es una muestra cabal de la desigualdad ¡TODOS varones! El título quita toda esperanza: “202 años no es una espera aceptable”. La autora describe su visión optimista del presente en comparación con la incertidumbre y el pesimismo frente al futuro.

Estamos ante una revolución tecnológica que, sumada a la digitalización, atenta contra la persistencia futura de las mujeres en el trabajo. Sus tareas son más amenazadas de ser reemplazadas por robots e inteligencia artificial. La menor capacitación de mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas –STEM– aumenta la amenaza, que culmina con su menor participación en niveles de decisión. La autora es optimista y espera que el ímpetu del movimiento por la igualdad de mujeres y hombres alcance para revertir esto y no tener que esperar 202 años, como estimó el Foro Económico Mundial; debo confesar que yo no comparto ese optimismo. Creo que si no luchamos por lograr otros cambios que deben ocurrir rápidamente, como la superación de las limitaciones por la maternidad, la casi exclusiva responsabilidad de las tareas de cuidado no remunerado o la eliminación de la informalidad laboral que predomina en las mujeres, entre otros, no lograremos eliminar la brecha. Persiste la espada de Damocles: ¿deberemos esperar 202 años, como estimó el Foro Económico Mundial? Para acortar este plazo se requieren políticas activas que eliminen TODAS estas trabas, no se vislumbra esto.

Los femicidios no disminuyen, en Policiales las notas sobre el asesinato de Emilce el sábado y domingo nos muestran que aun en relaciones entre adolescentes o casi, porque el asesino tiene19 años y ella 15, a las mujeres salir de relaciones que no queremos continuar muchas veces nos cuesta la vida. Esto se puede revertir porque sabemos lo que se “debe” hacer. Implementar plenamente la Ley de Educación Sexual Integral, sancionar los programas en medios y otros que promueven la inferioridad de las mujeres frente a los hombres o el mantener la inferioridad económica de las mujeres como dijimos antes, son algunas medidas para disminuir/eliminar los femicidios.

Capítulo aparte es la incorporación en la Justicia de la perspectiva de género; preocupa el artículo en Policiales del domingo sobre el enfoque de la Justicia en el juicio a la arquitecta cordobesa por cortarle el pene a su amante. Leonardo Nieva señala cómo ella reconoció su reacción equivocada frente a la violación a su privacidad que la afectó, esto no fue considerado por el jurado que, ante el testimonio del agredido y del ex novio, cambió la carátula imputándola por “homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa”, ¿esto mismo hubiera ocurrido si fuera un hombre el juzgado? La pregunta cabe ante múltiples antecedentes en contrario.    

En Cultura, el artículo de Luis Gusmán, “Matar lo que se ama”, es un aporte importante para entender cómo en todas las parejas, hetero u homosexuales, la tensión entre el amor y el odio está presente, como en el vínculo de Oscar Wilde y Alfred Douglas. Celebra el autor, y lo comparto, esta edición en que se publican los textos de Wilde y Douglas que muestran claramente esto. Hoy vemos que, especialmente en parejas heterosexuales, se expresa en femicidios.

La demora en la implementación de la ley Brisa de apoyo a hijos de víctimas de femicidios en El Observador el sábado es preocupante. Otra buena ley que se implementa con lentitud por lo engorroso del trámite. Esto debe revisarse urgentemente porque esos niños necesitan este apoyo sin dilaciones.

Por último, la designación de Diana Maffía como Doctora Honoris Causa de la Universidad de Córdoba ¡es un merecido reconocimiento que celebro!