POLICIA
brutal crimen en isidro casanova

"Me mandé una cagada": masacró a su ex novia y se lo confesó a su abuela

Tobías, de 19 años, asesinó a su ex pareja de 15 a palazos y golpes de puño. Luego de estrangularla cubrió el cuerpo con una frazada y se fugó. Lo detuvieron más tarde.

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Locura. El cuerpo de Emilce fue hallado sobre un colchón y tapado con una frazada. Tobías (izq.) la golpeó con demencial salvajismo antes de estrangularla. | cedoc

Emilce y Tobías no ocultaban su amor. En las redes sociales se divertían con los mismos memes, se etiquetaban en las publicaciones y dejaban en claro –por si a alguno le quedaba duda– que se querían, aunque ahora no estuvieran juntos. En la vida de un adolescente –ella de 15 años y él de 19– los cambios de estado son permanentes, pero el final de esta historia salió de lo común.    

El jueves a las 10 de la noche, en la localidad bonaerense de Isidro Casanova, partido de La Matanza, Tobías Zuchelli atacó a golpes de puño y palazos a Emilce Soledad Ayala. Hasta ahora nadie se explica por qué la atacó con tanta furia. Por qué se ensañó de esa manera con su rostro. “La mató a palos”, resumió visiblemente quebrado Sergio, el papá de la víctima.  

Al parecer, no existen denuncias previas por violencia física, aunque los familiares de la chica contaron que Tobías se llevaba muy mal con sus abuelos y que aparentemente habría maltratado a Emilce antes de la separación y que vivía acosándola.

“Nos fuimos dando cuenta de que no era conveniente para ella, pero estaba enamorada”, trató de explicar Sergio, un docente al igual que su esposa y mamá de la chica. Al principio, Emilce no aceptó el pedido de sus papás, pero finalmente comenzó a distanciarse de su novio. “Mi hija me comentaba que cada vez que ella se juntaba con sus amigas él estaba cerca, aunque la relación ya no seguía”, destacó el papá.  

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Hacía un tiempo que Emilce y Tobías estaban separados, aunque en las redes sociales seguían siendo amigos y mantenían un contacto. Tobías había cambiado su estado a soltero, pero ella no eliminó el mensaje en uno de sus perfiles (tenía dos) que decía “Zuchelli te amo”.

Según contó su papá, el día del crimen su hija fue a la clase de Educación Física y no regresó a su casa. Emilce estudiaba en la Escuela de Educación Media N° 37 (ex Conic) de Isidro Casanova. Le dijo que iba a encontrarse con otro chico. Y Sergio le creyó. En ningún momento le explicó que se trataba de Tobías, su ex.

Lo que pasó después solo lo puede contar Tobías. El chico vivía con sus abuelos en la calle Marcelo T. de Alvear al 1900. El jueves a las 10 de la noche entró a la habitación de su abuela Dora (78) y la despertó a los gritos: “Me mandé una cagada con Emilce”, le dijo. La había masacrado a golpes en una casa deshabitada que está en el fondo de la misma propiedad.

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Espanto. Dora fue a comprobar si lo que le había dicho su nieto era cierto. Lo corroboró con sus propios ojos. Emilce estaba sobre un colchón, cubierta con una frazada, inconsciente y con el rostro desfigurado a golpes. A un costado había un palo con el que supuestamente fue atacada.

La abuela llamó a la policía, pidió una ambulancia y le avisó a la familia de la chica: “Nos llamó y le dijo a mi señora: ‘Me parece que la mató’”, contó el papá de Emilce.

Tobías, que supuestamente pasó a buscar a su ex novia por la escuela para recomponer la relación, juntó sus cosas e intentó escapar. Cuando llegó la policía a su casa ya no estaba. Sin embargo, fue detenido en la Ruta 3, a la altura de la calle Roma. Ya habían pasado más de cuatro horas y media del femicidio y el principal acusado caminaba en dirección a la estación de trenes.

El joven femicida les contó a los policías que lo detuvieron que llegó a su casa con su ex novia cerca las 7 de la tarde. “Si no estás conmigo no vas a estar con nadie”, dice que fueron sus últimas palabras antes de comenzar a golpearla.

“Era una relación de celos. Se veía que el pibe no era una buena persona. El chico no quería terminar nada y la mató”, entendió Sergio, en la puerta de su casa del barrio San Carlos.  

Tobías aceptó su responsabilidad cuando fue arrestado, aunque la confesión no tiene validez legal. Llevaba un teléfono celular que fue secuestrado por los investigadores. Con ese aparato le envió un mensaje a la mamá de Emilce diciéndole que su hija se quería suicidar, una coartada absurda. A esa altura la chica estaba muerta.

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Estudiante y militante

Emilce Soledad Ayala (15) estudiaba en una escuela pública: la Media Nº 37 (Ex Conic) de Isidro Casanova, en el partido bonaerense de La Matanza.  Como cualquier adolescente, ella tenía miles de proyectos en la cabeza.

Su mamá Soledad es docente al igual que Sergio, su papá del corazón. Emilce era la más grande de tres hermanos: Stephania Candelaria (la del medio) y Sergio, el más chiquito de los tres, que recién estaba empezando el jardín escolar.

La adolescente tenía un compromiso social que no muchos chicos tienen a esa edad. En marzo había cumplido los 15 años y meses antes había militado –como varias de sus amigas– por el aborto legal y hasta se había manifestado en contra de las medidas económicas del gobierno de Mauricio Macri.

No llegó a votar porque no tenía edad para hacerlo, pero todos sabían a quién apoyaba ella. Sus padres son ultradefensores de la educación pública, que en los últimos años atravesó innumerables crisis por la política de ajuste del gobierno bonaerense.     

Emilce soñaba con un país más justo e igualitario, donde los que menos tienen tengan la esperanza de no caer en la pobreza. No la dejaron. “Emilce la peleó para salir de esa relación, pero no pudo”.

Sergio Muñoz, el papá del corazón de Emilce, contó cómo era la relación entre su hija y el ex novio. Admitió que sabía que el vínculo entre ellos era conflictivo pero explicó que con su esposa la estaban ayudando a superar la separación.  

“Sabíamos lo que estaba pasando, ella nos contó, estábamos al tanto de lo violento que era este chico. Se habían separado hace un mes y medio, pero él nunca la dejó en paz”, dijo en declaraciones al canal Crónica TV.

“Ella se fue alejando más y más, aunque él no paraba de provocarla a través de las redes sociales. Publicaba contenidos provocantes, no paraba de dañarla”, agregó.

Sergio dijo que su hija llegó a darse cuenta de que estaba saliendo con un “perverso”. “La peleó para salir de esa relación pero no pudo. Yo también sabía que ese chico no era bueno, muchas veces la tuve que ir a buscar a la casa de sus amigos porque él la estaba esperando en la puerta. Era una relación de celos. El chico no quería terminar nada y la mató”.