Harto de la ilusión persistente de que es lícito suspender la vida en beneficio de la contemplación que propone el Mundial como vidriera de inverificables estilos nacionales que a cambio de la guerra tribal se proponen civilizadamente correr detrás de una pelota (el spleen y el virtuosismo brasileño; la eficacia francesa; la nostalgia charrúa por tiempos mejores; la garra y la lámpara frotada de Argentina; la sorpresa inglesa, etc. etc.), me siento a ver si de una buena vez por todas cumplo con un par de promesas que ya se van volviendo añejas y que sólo recordará el más empeñoso de los lectores. Explicar la importancia del encuentro entre el pintor Rouault y el escritor Huysmans, primero, y luego razonar el modo en que la peor de las novelas de Flaubert (Salambó) influyó decisivamente sobre la mejor de las novelas de Huysmans, Al revés (o Contra-natura).
Es poco lo que se puede decir de un hueco, salvo que uno caiga en su interior, infinitamente
Debo excusarme de cumplir con la primera de las promesas. Ya no recuerdo qué encendió mi mente como una luminosa intuición cuando me enteré de que pintor y escritor se habían conocido. Rebusco en mi memoria y no encuentro nada, salvo el recuerdo de esa felicidad efímera y luego la memoria del olvido de sus motivos. Es poco lo que se puede decir de un hueco, salvo que uno caiga en su interior, infinitamente (¿tiene hueco un interior? Cuando uno cae, ¿lo conoce hondamente?). Pero no nos distraigamos porque el desvío constante puede ser testimonio del pecado de lujuria verbal asociativa, pecado en definitiva venial, pero de confesión incómoda. En fin. En los restos reconstruidos de esa ausencia o pérdida de intuición feliz, me queda la sospecha de que había querido contar cómo dos grandes artistas se influían mutuamente, pero, además de una obvia banalidad, esa sospecha es incomprobable. No veo a Huysmans en Rouault ni a Rouault en Huysmans. En cambio, sí veo el legado del peor Flaubert en el mejor Huysmans.
Como bien indica Wikipedia, “La Campaña de Egipto y Siria fue una expedición militar francesa llevada a cabo por el general Napoleón Bonaparte y sus sucesores, cuyo objetivo era conquistar Egipto para cerrar a los británicos el camino a la India en el marco de la lucha contra Gran Bretaña, única potencia hostil a la Francia revolucionaria.”. De nuevo me quedé corto.