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No amerita difundir las fuentes

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La nota sobre una posible negociación entre la República Argentina y el gobierno iraní para “olvidar” el ataque contra la embajada de Israel en 1992 y contra la AMIA en 1994 causó cierta alarma entre empresarios de Europa y Estados Unidos, reunidos en conferencias en Buenos Aires esta semana que pasó.

La posibilidad de que Irán pueda lograr un perfil de nación “aceptable” en la región produjo comentarios de alarma, duda y análisis. Sorprendió que la existencia de contactos entre los dos países por vía de Siria (país que fue sospechado en círculos de inteligencia británica como base desde la que se preparó el ataque contra la AMIA) estuvieran a cargo de una Cancillería encabezada por un judío que ha repudiado el terrorismo contra su comunidad.
El artículo de Pepe Eliaschev era muy fuerte y, si bien podemos entender la cautela de Héctor Timerman y su círculo, también es razonable pensar que lo que más le gustaría al gobierno en Teherán en estos tiempos es mejorar su imagen en América del Sur, dado que la Venezuela de Hugo Chávez no ofrece la confianza de aliado a largo plazo ni de amistad sólida.

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Pero por más claros que fueran los indicios de un contacto entre los países o que hubiese constancia escrita de ellos, no se puede pedir a Eliaschev que revele sus fuentes o sus contactos. Al margen de lo que es el derecho al secreto de sus fuentes, Eliaschev ha proporcionado una primera información de valor que no hace peligrar la vida de nadie (por lo que no sería válido, por ejemplo, un recurso judicial, acción que puede estar dando vuelta en las mentes de algunos de los que reclamaron a PERFIL que identificara el origen de los datos).

El autor de la nota demuestra que hay motivos claros en Irán y cita entre comillas la apreciación incorrecta del ministro de relaciones exteriores iraní, “la Argentina ya no está más interesada en resolver aquellos dos atentados, pero en cambio prefiere mejorar sus relaciones económicas con Irán”. Para muchos argentinos suena más o menos igual que decir que hay que olvidar la acción criminal de la última dictadura. Lo que nos falta saber es cómo respondió Timerman a ese primer acercamiento, facilitado por el presidente de Siria.

Claro que hay un elemento interesante en lo que podría ser el mejoramiento del intercambio comercial. Sin embargo, es de esperar que el Gobierno argentino no estará dispuesto a olvidar las víctimas de lo que fue el peor acto de terrorismo en tiempos de gobierno civil a cambio de vender a Irán unas toneladas más de granos o de pollos de Entre Ríos.

* Ombudsman de PERFIL.