En las elecciones legislativas, quienes estamos en la oposición podremos dar un freno a esta embestida del Gobierno contra las libertades.
La unidad es el reclamo de millones de argentinos, que confluyeron en las últimas marchas populares con otros sectores nacionales.
El pueblo responsabiliza a la clase política opositora de haber desperdiciado una mayoría circunstancial en 2009 para resguardarse en un espacio personal de representatividad ilusoria, planteando objetivos individuales y descartando los grupales que se habían previamente forjado.
No vivimos en un tiempo normal. Estamos en una democracia debilitada por un fuerte presidencialismo de tinte autoritario, por las ciegas aspiraciones de poder del kirchnerismo, que nos impide realizarnos desde una propuesta de progreso social. Y por estar en esta disyuntiva se hace imprescindible reflexionar sobre aquellos actores que nos representarán en las próximas elecciones.
Ya vendrán los tiempos de cordura, en los que elegiremos a los especialistas de cada área para proyectar una idea y la modernización del espacio que representan; ya tendremos el momento adecuado para dedicarnos a evolucionar pacíficamente en sociedad.
Es tiempo de trabajar por la unidad, de convalidar en las urnas a los mejores contendientes para la puja política que se avecina, y de brindarles confianza con nuestro voto a aquellos líderes expertos en la construcción de un diálogo multipartidario y sectorial, que confluyan en una gran fuerza enfocada en la recuperación plena de las libertades, la defensa y el fortalecimiento de una justicia independiente, y como punto fundamental, la recuperación y el ejercicio del poder para reconstruir finalmente la república que todos soñamos alcanzar.
*Secretario de Acción Política. Partido Unión por Todos.
