En el libro La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social, de lectura obligatoria para los cientistas sociales, la socióloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann explicó cómo y por qué los individuos adaptan sus opiniones a las que perciben como predominantes para no sentirse excluidos, dado que la primera necesidad de los seres humanos, después de las físicas, es la de no sentirse rechazados. Con la evidencia en cientos de estudios sobre los mismos grupos (focus groups) a los que se les agregaba un influenciador de una posición y se verificaba que los integrantes de los grupos adecuaban su opinión a la del influenciador, reprimiendo su propia opinión original para ser aprobados por los demás, presumiendo que pensaban como el influenciador.
Esto explicaba los cambios de la opinión pública en general frente a temas sensibles –en su época– como fumar, el divorcio, el aborto, etc.: cuando la tendencia crecía en una dirección, la enorme mayoría de la población la seguía para sentirse integrada a la comunidad de pertenencia.
Un ejemplo local es la autopercepción ideológica de los porteños reflejada en un estudio de la consultora FGA, donde un 30,2% de los 1.400 encuestados se definieron políticamente como de derecha; 22,1% de centro; 13,9% de izquierda y de ninguna el 26,4% restante. Hasta hace veinte años casi nadie se definía como de derecha, palabra que estaba asociada a “malo” en gran medida catectizada negativamente por su asociación a la última dictadura, haciendo que los partidos de derecha se autodefinieran como de centro.
La emergencia primero de Macri con su triunfo en 2015 y ahora la de Milei legitimaron en una parte de la población la adscripción al campo político más conservador al percibir que ya no se trataba de un sector minoritario ni reprobado.
Noelle-Neumann desarrolló el funcionamiento de la “espiral del silencio” por el cual las personas reprimen sus ideas al ver que no son aceptadas por la mayoría y estas terminan siendo socialmente enmudecidas. La necesidad de aprobación al “pensamiento del grupo” se percibe con claridad en la moda como constructora de identidad tribal en los más jóvenes.
Si JxC y FdT fueran a las PASO con varios candidatos y Milei solo, ser el más votado lo potenciaría más
Siempre existe un núcleo duro de una perspectiva no mayoritaria pero para que esa idea pase a ser la dominante debe comenzar a ser percibida como validada por la mayoría y en ese momento como si fuera un punto de inflexión, el crecimiento se vuelve exponencial retroalimentándose cada vez por imitación.
Esto explica el efecto “carro del ganador” o “amigo del campeón” por el cual quien gana pasa al día siguiente a aumentar su apoyo considerablemente y es el motivo por el que el consultor Gustavo Córdoba recomendó tanto a Juntos por el Cambio como al Frente de Todos ir con un solo candidato a las PASO.
Gustavo Córdoba parte de la premisa de que Javier Milei será el candidato individualmente más votado de las PASO si las dos coaliciones tienen varios candidatos dividiendo su propio voto. Y que si Milei sale de las primarias como el candidato individualmente más votado podría generarse un efecto de potenciación de su éxito llevándolo a la primera vuelta con muchos más votos de los que obtenga en las PASO, volviéndose a retroalimentar para el ballottage no solo si en primera vuelta lograra su pase al segundo turno, sino además si en el primer turno terminara también siendo el más votado.
También podría suceder lo opuesto, que Javier Milei opere en la sociedad como un agente catártico útil para expresar de forma violenta, aunque nunca física, la fatiga social de sus votantes pero en una segunda vuelta, habiéndose producido ya la descarga catártica que opere la culpa por exceso de daño, además de cierto sentido de supervivencia, y terminen eligiendo a quien no votaron en primera vuelta.
O quizás este efecto se pueda generar antes si se produjera lo que pronosticó Pablo Gerchunoff, el más importante historiador económico argentino, quien esta semana vaticinó el pronto ocaso del libertarismo argentino, para lo cual quienes dicen hoy que votarán a Milei se sientan resarcidos con el castigo a las dos coaliciones por el fracaso de sus gobiernos con el susto de verlo reflejado en las encuestas y en el cuarto oscuro de las PASO opten por un voto que tenga en cuenta el daño que produciría en la economía desde agosto el peligro a que Milei pudiera llegar a presidente.
Hemiplejia social. Por definición, hemiplejia es la función de solo una parte del cuerpo teniendo anulada la otra. Hemi significa mitad, decenas de palabras conllevan esa raíz para indicar la falta de completud (hemicardio, hemisférico, hemisferio, hemiciclo, etc.). La Argentina padece hemiplejia social como causa de su decadencia. En las últimas tres elecciones presidenciales la presunción justificada de que ganaría el partido opositor: en 2015, en 2019 y en 2023, hizo que los agentes económicos sobrerreaccionaran frente a los temores que produce el cambio de política económica, y a cada cambio de gobierno le correspondió una crisis donde, sin importar si viene un gobierno más o menos amistoso con el mercado, innecesariamente se destruye valor, se aceleran la inflación, la devaluación y la pobreza.
Si la incertidumbre que genera pasar de peronismo a antiperonismo y viceversa produjo shocks económicos, la incertidumbre que generaría el 13 de agosto Javier Milei entrando en el ballottage, podría ser aún mucho mayor. Finalmente, los mercados, como los grupos de Noelle-Neumann, se comportan igual: son altamente influenciables por imitación y se retroalimentan autopoiéticamente creando burbujas.
Siguiendo la ética de las convicciones, los líderes de las dos coaliciones deberían promover que haya PASO donde ambas coaliciones ofrezcan candidatos que compitan entre sí y oxigenen la democracia. Pero desde la ética de las responsabilidades, quizás lo que plantea Gustavo Córdoba de competirle a Milei de igual a igual, cada uno con un solo candidato, merezca ser analizado ya que nuestras PASO, más que como una interna, funcionan como una primera vuelta de votos generales.
