COLUMNISTAS
Apuntes en viaje

Nosotros

Aunque pase el tiempo seguimos hablando de vos, contando las mismas anécdotas, riéndonos de tus mañas, eso hacen los amigos, contar una y otra vez las mismas cosas que todos saben.

0728_nosotros_martatoledo_g.jpg
Aunque pase el tiempo seguimos hablando de vos, contando las mismas anécdotas, riéndonos de tus mañas, eso hacen los amigos, contar una y otra vez las mismas cosas que todos saben. | Marta Toledo

Uno de nosotros vino de San Pablo, adonde se fue a vivir poco antes de que vos también te fueras, pero para siempre. Cuando uno de nosotros está en la ciudad, todos nos juntamos. A unos se nos ocurrió ir al restaurante japonés que te gustaba. Habíamos hablado decenas de veces de ir, vos y nosotros, todos juntos. Nunca fuimos.

Fue la semana pasada, hacía mucho frío y lloviznaba. Queda en Belgrano, es un lugarcito medio escondido. Tiene un pequeño jardín al frente. En verano debe ser lindo sentarse ahí afuera. Comer casi sin poder ver lo que nos llevamos a la boca. Tendríamos que haber venido en verano y con vos, acá hubieras podido fumar ahora que hay tan pocos sitios donde se puede fumar.

Uno de nosotros llamó y reservamos. Anunció por mensaje que nos guardaban un lugar con tatamis. Uno de nosotros se fastidió porque no le gusta sentarse en el suelo, pero al final no era en el suelo, el tatami era como una especie de tarima y las piernas quedaban colgando. Había que quitarse los zapatos. Uno de nosotros no leyó el mensaje a tiempo y trajo medias agujereadas. Uno de nosotros nos enseñó a los que no sabíamos cómo usar los palitos: el mismo de nosotros que tenía las medias rotas. Uno de nosotros propusimos brindar por vos. Era obvio. Toda la noche hablamos de vos, de cuando te moriste y a la salida del hospital fuimos a un barcito a tomar una cerveza, la primera cerveza sin vos para siempre, para el resto de las cervezas de todas nuestras vidas. Ese día mientras un poco llorábamos y un poco nos quedábamos callados, un parroquiano se tiró un pedo y todos nos reímos. Un chiste esquizofrénico.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Cuando nosotros estamos juntos siempre hablamos de vos. Aunque pase el tiempo seguimos hablando de vos, contando las mismas anécdotas, riéndonos de tus mañas odiosas, eso hacen los amigos, contar una y otra vez las mismas cosas que todos saben. A veces también te inventamos anécdotas nuevas. Si estuviera acá, ahora, decimos, haría o diría… Qué raro estar en el presente que cuando estabas vivo, era el futuro. Es raro estar en el futuro porque los muertos son solamente pasado.

Después de comer salimos de nuevo a la calle. Lloviznaba más fuerte. Dos de nosotros que hasta hace poco vivíamos en Belgrano dijimos que había un par de bares para ir. Discutimos sobre cuál era más barato. Hace poco que dos de nosotros nos mudamos, sin embargo, ya no recordamos bien las calles dónde estaban los bares, así que vamos al que es más seguro, el que está más cerca. Tres de nosotros tenemos hijitos chicos, uno de nosotros estamos esperando un hijo, uno de nosotros nunca jamás tendremos hijos, pero es día de semana y no nos podemos quedar hasta cualquier hora porque tenemos hijos o tenemos trabajos.

El bar se llama San Cayetano. Vos odiabas el monoteísmo. Todos nosotros también. O no sé, en realidad nosotros somos más bien ateos. Decías que los santos y las vírgenes traían mala suerte. Vos les rezabas a Ogun. Sos capaz de no entrar a un bar con el nombre de un santo. Pero nosotros sí porque está lloviendo y hace frío y porque desde afuera vemos que uno de los mozos tiene un bigote digno de vos. Hay dos televisores enormes clavados en TN. No hay buenas noticias, igual que todos los días desde hace un tiempo. A veces pensamos que mejor que te moriste, que después de todo, el mundo tiene cada vez menos para ofrecer.

En la mesa de al lado hay un tipo que tendrá más o menos tu edad. Lleva sombrero. Come un plato y pide postre. Toma vino blanco. Es elegante y nos llama la atención que coma con el sombrero puesto.