Antes de dispararse la pandemia de Covid-19, una escena se repite a diario durante décadas. Más de tres millones de personas se trasladan a diario desde la Provincia de Buenos Aires a la Ciudad para trabajar, estudiar, cuidar su salud o simplemente para gozar de su cultura o sus espacios públicos de calidad.
¿Son bonaerenses que trabajan en la Ciudad o porteños que duermen en la Provincia? Varios puñados de miles realizan el viaje en sentido inverso. Nuevamente la pregunta… ¿Porteños? ¿Bonaerenses? 16 millones de ciudadanos y ciudadanas metropolitanos, conformamos este ecosistema urbano llamado Buenos Aires. Cuando pensamos la ciudad, cuando la construimos, lo hacemos para todos ellos.
Atender los desafíos que la pandemia nos presentó, implicó niveles inéditos de coordinación entre los gobiernos de la región. La necesidad de hacerlo pudo más que la fragmentación administrativa característica de las áreas metropolitanas y nos puso frente a una inevitable conclusión: consensuar y articular políticas que beneficien a todos los vecinos sea donde sea que residan, no solo es necesario sino que además es posible.
En este nuevo contexto, Buenos Aires debe repensar temas como el ambiente, los espacios públicos, la movilidad urbana, la vivienda, la calidad de vida y los servicios. El proceso de actualización de su Plan Urbano Ambiental, brinda el marco adecuado para desarrollar esa discusión, ya que este instrumento se trata del que sigue en jerarquía a nuestra Constitución y toda norma urbanística como obra pública en la Ciudad, deben ajustarse a lo previsto en él.
La ley de creación del Consejo encargado de formular y actualizar este plan de ordenamiento territorial y ambiental, reconoce la pertenencia de la Ciudad a una región metropolitana y en consecuencia promueve la generación de instancias y acuerdos con los diversos niveles de gobierno del AMBA. Siguiendo esta premisa, el COPUA ha priorizado incluir la mirada no sólo de los actores académicos y de la sociedad civil, sino también y fundamentalmente la de los representantes de los vecinos de la región.
De esta forma, la Legislatura de la Ciudad se suma de forma colaborativa a un proceso que busca incluir las diferentes visionesque de los grandes temas metropolitanos tienen los demás actores regionales y nos permite delimitar las problemáticas, al tiempo que trabajamos en la construcción de propuestas y la identificación de nuevos temas a incorporar en el proceso de actualización.
La posibilidad de construir un diagnóstico y una propuesta común, se presenta como un desafío cuyo abordaje implica la voluntad de avanzar en nuevos espacios de coordinación. Sobre este punto, es especialmente importante el aporte que podamos hacer desde los cuerpos legislativos, dado que la pluralidad que se expresa en nuestras integraciones, refleja las distintas miradas presentes en nuestras comunidades.
El resultado de este proceso no sólo guiará el debate parlamentario del Plan Urbano Ambiental, sino que además se constituirá en una referencia para la formulación y ejecución de políticas con impacto metropolitano.
Transporte, gestión de residuos sólidos urbanos, cuencas, grandes espacios verdes de escala metropolitana y gobernanza, son algunos de los temas sobre los que nos planteamos innovaciones que además de dar cuenta de los cambios en la forma de vivir la ciudad que generó la pandemia, incorporen o profundicen una mirada inclusiva, la perspectiva de género en el planeamiento, las posibilidades que presenta hoy la digitalización y la preservación del ambiente.
Estamos convencidos de la necesidad de avanzar en instancias de diálogo con quienes compartimos este territorio común que es el AMBA, para en ese contexto alcanzar los consensos necesarios sobre los grandes desafíos comunes que enfrentamos.
De esa forma no sólo daremos una respuesta a los condicionantes que nos plantea esta crisis, sino que además estaremos sentando las bases de una Buenos Aires Metropolitana.
*Diputado. Vicepresidente Primero Legislatura CABA.
