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HIPOTESIS ELECTORALES

Ojo con Binner

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La carrera hacia las presidenciales de octubre tiene puesta casi toda la atención en Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Ricardo Alfonsín. Pues bien: ya es hora de sumar a Hermes Binner. Hasta ahora, se lo considera una hipótesis de segundo orden. Un presidenciable poco conocido y nada instalado. Se lo menciona como posible candidato a vice en una fórmula liderada por Ricardo Alfonsín, aunque pocos saben que Binner nunca se sintió cómodo con ese lugar. Dos veces intendente de Rosario y una vez gobernador de Santa Fe, no se considera segundo de un dirigente en ascenso pero cuya trayectoria se limita a una diputación nacional.

Binner tiene un proyecto presidencial. Probablemente, su objetivo era 2015. Pero la coyuntura lo está invitando a adelantar sus planes. Las principales opciones opositoras, el panradicalismo y la posible alianza entre el PRO y el PJ Federal, no están en su mejor momento. El radicalismo viene de una importante derrota en Catamarca, de un pobre desempeño en Chubut y de la confusa suspensión de su interna y el paso al costado de Julio Cobos. Los “radicales K” se impusieron en Río Negro y Neuquén. Ni Sanz ni Alfonsín despegan en los sondeos. Macri no termina de resolver su salto al plano nacional, el PRO no cuenta con organización territorial y sus potenciales socios peronistas tampoco tienen presencia a nivel país.

En estas condiciones, ¿por qué no Binner? Veamos:

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1. De lanzarse, Binner hoy parte de una base de apoyos no muy diferente de la que poseen Alfonsín y Macri. Ni el radicalismo ni el PRO-peronismo hoy constituyen plataformas prometedoras más allá de las fuerzas que tengan sus candidatos y sus armados electorales. A ello, Binner puede oponer la plataforma de un cuadrilátero a ser integrado por el Proyecto Sur porteño, que lidera Solanas; el Partido Nuevo cordobés, de Luis Juez; el Socialista santafesino y el GEN bonaerense, de Margarita Stolbizer. Partidos ideológicamente homogéneos, que tienen buen rendimiento en los cuatro distritos más importantes del país (que, sumados, representan casi el 70% de los votos a nivel nacional). Le ofrecen una base de hasta 15 puntos porcentuales, lo que no es muy diferente de lo que pueden ostentar Alfonsín o Macri en el tramo inicial de sus campañas.

2. Binner no es “menos candidato” que Alfonsín o Macri. Los supera en experiencia política y de gestión, y su “equipo” sería aquel que lo acompaña desde la gobernación de una provincia grande, compleja y económicamente diversificada. Es menos conocido que Alfonsín y Macri, pero recordemos que el conocimiento de ambos conlleva el peso negativo de sus apellidos. Binner casi no tiene imagen negativa, y por lo tanto una gran capacidad de construir imagen. Su punto débil: le falta carisma mediático.

3. Binner cuenta con una perspectiva de gobernabilidad no muy diferente de la de sus competidores. Consultado sobre cómo gobernaría en caso de llegar a la presidencia sin mayorías legislativas ni gobernadores propios, recordó el caso de los gobernadores radicales y peronistas no kirchneristas que apoyaron a los Kirchner. La restricción no sería muy diferente que en cualquier otra alternativa de gobierno opositor: construir alianzas con gobernadores y bloques legislativos existentes. Ese fue, en alguna medida, el modelo de la alianza socialista-radical en Santa Fe; Binner cree que, como candidato, va a recibir el apoyo de sectores del radicalismo y aun del peronismo.

Se trata, en definitiva, de una hipótesis, pero que no es menor ni cuenta con probabilidades muy diferentes de las otras, hoy mejor consideradas. Todavía está verde, pero las otras alternativas no están menos carentes de madurez. Binner está considerando todo esto muy seriamente, aunque para él lo primero es resolver la interna del socialismo en Santa Fe, que tendrá lugar el 22 de mayo: él ata su suerte a la de su delfín, Bonfatti. Lo que suceda a partir de allí dependerá en buena medida del desarrollo de los acontecimientos, que por ahora le han resultado favorables.


*Analista político. Director de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Belgrano.