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Defensor de los Lectores

ONU, periodismo, libertad de prensa y "desinfodemia"

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Boca, si; Ojos, no. Estar atentos para no caer en la falsa o sesgada información. | cedoc

En artículos de semanas previas, este ombudsman señaló la creciente inquietud que ocupa buena parte de los análisis relacionados con el rol  de la prensa, en Argentina y el mundo, en el contexto de la pandemia y sus consecuencias. Particularmente, puntualizaba en la columna de la semana pasada los riesgos que conlleva la propagación del nuevo virus de la información falsa, sesgada, tendenciosa y autoritaria, sintetizado en lo que se ha bautizado como infodemia. 

Tanta es la preocupación de los organismos internacionales públicos y privados acerca de la información que llega a las sociedades, que la Organización de las Naciones Unidas ha puesto en marcha protocolos específicos para la comunicación del fenómeno  y de sus consecuencias deseadas y no deseadas. La Unesco (capítulo de la ONU dedicado a la educación, la ciencia y la cultura)  abordó ampliamente el ítem en coincidencia con el Día Mundial de la Libertad de Prensa, celebrado el pasado domingo. En un trabajo titulado “Periodismo, libertad de prensa y Covid-19”, destaca los siguientes puntos: 

Una peligrosa “desinfodemia” (disinfodemic, en inglés) está alimentando la pandemia. 

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
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Frente a la creciente demanda por información verificada, los medios independientes han estado a la altura del desafío. 

Las empresas tecnológicas están tomando medidas, pero se necesita más transparencia. 

Algunas medidas regulatorias han dado lugar a nuevas restricciones de los derechos humanos. 

Para mantener al público informado, los periodistas están poniendo en riesgo su propia seguridad. 

El impacto económico del Covid-19 puede representar una amenaza existencial para el periodismo.

En medio de la crisis, hay nuevas oportunidades para defender el periodismo. 

El documento es un informe (ver completo en https://en.unesco.org/sites/default/files/unesco_covid_brief_es.pdf)  que inspira a quienes ejercemos este oficio –entre otras cosas, porque es nuestra misión fundamental, como lo es de este ombudsman el defender los intereses de los lectores de PERFIL– a extremar los mecanismos que aseguren una buena información y denunciar sin ataduras ni condicionamientos ideológicos, políticos o económicos toda violación a los principios básicos del buen periodismo.

Esta semana que concluye fuimos testigos de una nueva escalada de quienes aprovechan la coyuntura dramática instalada por la pandemia para ampliar la grieta, la brecha o como se quiera llamar a la ya conocida confrontación espuria de posturas extremas. Tanto es así, que las redes sociales (y, en menor medida, un puñado despreciable de medios ideológicamente afines) dedicaron tiempo, medios y recursos tecnológicos a motorizar una protesta que acabó en lo previsible: cuatro gatos maullando a la bella luna llena de las flores (como fue bautizada). ¿Debió el periodismo independiente cubrir esta convocatoria con consignas casi ridículas (incluyendo un anacrónico anticomunismo que provocó más risas que alarma)? Este ombudsman considera que la mayoría de los medios actuó bien, en línea con eso que la Unesco indicó en su resumen: “Frente a la creciente demanda por información verificada, los medios independientes han estado a la altura del desafío”. 

“Nuestro enemigo –señaló el secretario general de la ONU– es también el creciente aumento de la desinformación”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado esta “desinfodemia” como una verdadera “segunda enfermedad” que acompaña a la pandemia del Covid-19: “Una sobreabundancia de información, algunas veces precisa, otras no, que dificulta que las personas encuentren fuentes y orientación confiables cuando la necesitan”. El periodismo es clave para proporcionar información fidedigna en medio de esta amplia “infodemia”, dice el documento de la Unesco. “Sin la acción del periodismo, el contenido falso puede expandirse de manera desenfrenada”.

No he observado en PERFIL desviaciones de tal envergadura.