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Macri y el 4yearschallenge de Davos

En la primera foto estábamos en una presentación ante inversores en Silicon Valley. En la actual estamos buscando plata para pagar el mínimo de la tarjeta.

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A la izquierda: Macri, ilusionado, en el primer foro de Davos de su gestión, en 2016. A la derecha: Dujovne y Sandleris en el de 2019. | Noticias Argentinas / Télam

Fue hace nada, pero pasó de todo. Si hubiera dos fotos en el #4yearschallenge del gobierno de Cambiemos en el Foro Económico Mundial de Davos el contraste sería brutal. En la primera foto estábamos pasando una presentación ante inversores en Silicon Valley para financiar una start-up. En la actual estamos en la cola de Efectivo Sí buscando plata para pagar el mínimo de la tarjeta.

Tan Argentina que duele.

Enero de 2016. El presidente Mauricio Macri llegaba a la helada localidad de Davos en Suiza para participar del Foro Económico Mundial como la nueva estrella de América latina que acababa de “ganarle al populismo” en las urnas y abría una etapa de “cambio” que atraería inversiones.

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Hasta viajaba con Sergio Massa como el referente de la “oposición responsable” que garantizaba de alguna forma la idea de que el viraje de una economía subsidiada y protegida a una abierta a la competencia de la iniciativa privada era un consenso transversal en la sociedad. Optimismo nivel Messi.

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Se notaba en las coberturas. Una nube de periodistas argentinos viajaba desde Buenos Aires para ver ese desembarco del mandatario aupado por el fundador y CEO del Foro, Klaus Schwab, y con una agenda de reuniones mano a mano con CEOs y número uno de multinacionales que lo ilusionaban con la vuelta del capital internacional a “la nueva argentina”, que giraba hacia una economía promercado de manera gradual. Sólo el capo de Coca Cola le decía que tenía US$ 1000 millones para poner en el país.

Enero de 2019. Exactamente cuatro ediciones después, quién te ha visto y quién te ve. Después del estallido financiero de 2018 que destruyó todas las variables, una comitiva comandada por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne y el titular del Banco Central, Guido Sandleris, viajó con un módico objetivo. Mostrar que la Argentina puede pagar sus cuentas, que está dispuesta a ahorrar lo que sea para cumplir con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que con ello buscará recuperar la confianza.

“El shock nos afectó y por eso decidimos acelerar las reformas”, dijo esta tarde Dujovne en una rueda de prensa más fría que la nieve de las montañas. Sin periodistas argentinos, duró 23 minutos.

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Es que Davos, esa cumbre de líderes internacionales que promueve el emprendedorismo para combatir la pobreza y donde pueden confluir desde presidentes y magnates hasta Bono, el líder de U2, también hace olas y después se va de la playa antes de que venga el tsunami.

En algún momento, consagraron a Luiz Inácio Lula Da Silva como el símbolo del capitalismo agradable y con conciencia social. Hace cuatro años le daban un lugar destacado al sueño macrista “and the new Argentina”. Y este 2019, quedó demostrado, presentó con bombos y platillos nada más y nada menos que a Jair Bolsonaro, el polémico presidente brasileño que hizo así su primera gira internacional mientras su familia aparece investigada a hechos criminales en Brasil. Anunció que “en América latina ya no prevalecerá la izquierda”.