La pasada semana, Vladimir Putin obtuvo nuevamente la continuidad de su presidencia en Rusia con una abrumadora mayoría, que gran parte de los observadores de todo el mundo relativizan por entender que son cifras infladas, exageradas, surgidas de unos comicios cargados de irregularidades (asesinatos, cárcel, violaciones a normas electorales democráticas). Un habitual lector de PERFIL, Osvaldo Oscar Albano, se refiere al tema en su carta publicada hoy.
Dejando a un lado (sin olvidarlo) el conflicto bélico que desató Rusia al invadir Ucrania hace dos años, y ocupar parte de su territorio –en un sector que viene reivindicando como propio desde hace tiempo–, inquieta a los organismos defensores de la libertad de expresión la férrea política de censura a medios y periodistas que ejerce el gobierno de Putin.
Este mes, para poner la cuestión en términos de actualidad, Reporteros sin Fronteras (RSF), ONG multinacional con sede en París dedicada a la defensa de la libertad de prensa en el mundo, compartió el lanzamiento del paquete satelital Sbovoda, una iniciativa pionera: nueve canales de televisión y radio de habla rusa se emiten a través del popular satélite Hotbird de Eutelsat, en la posición 13E, y llegan a zonas que incluyen Rusia, los territorios ocupados de Ucrania y los países bálticos. La idea del lanzamiento es demostrar que “las democracias pueden promover el periodismo independiente para revertir la lógica de la propaganda”.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Explica RSF: “Bautizado con la palabra que significa ‘libertad’ en ruso, el paquete satelital Svoboda representa una solución integral de radiodifusión diseñada para llevar fuentes de noticias fiables a regiones y poblaciones afectadas por la desinformación y la propaganda. Este paquete de canales está disponible para 4,5 millones de hogares en la Federación Rusa y aproximadamente 800 mil en Ucrania, incluyendo las zonas ocupadas. Todos estos hogares actualmente reciben señales de televisión desde esta posición satelital y no requieren ningún equipo adicional para sintonizar los nuevos canales”.
Según Christophe Deloitte, secretario general de Reporteros sin Fronteras, “en un contexto de restricción del espacio digital en la Federación de Rusia, el paquete de canales vía satélite Svoboda representa nuestro firme compromiso con el derecho al acceso al periodismo y un esfuerzo por apoyar la resistencia de la comunidad periodística rusa en el exilio”. Agregó Deloitte: “Aunque los medios independientes rusos todavía alcanzan entre el 6% y el 9% de la población adulta, es crucial aumentar su alcance. RSF está decidida a proporcionar a la población de habla rusa las herramientas necesarias para preservar la libertad de expresión y de prensa. Demostramos que las democracias pueden promover el periodismo independiente y desafiar la lógica de la propaganda, que exportan los regímenes despóticos. En cambio, permitimos que el periodismo independiente se difunda desde países democráticos hacia poblaciones bajo control autoritario”.
La palabra autoritario se repite una y otra vez cuando cada vez mayor número de gobiernos de prácticas fundamentalistas ganan espacio en el mundo actual. En particular, los regímenes de signo liberal a ultranza, que crecen a favor del evidente respaldo de sociedades que sienten que los valores de la democracia pueden ser vulnerados bajo promesa de una vida futura mejor, sin que importen demasiado los medios, las formas ni los preceptos constitucionales de cada caso.
En la Argentina, los ataques constantes a periodistas y medios que no se subordinan a los dichos y hechos del Gobierno hacen peligrar uno de los pilares de la convivencia democrática, cual es la libertad de expresión.
