Me asalta una especie de angustia mezclada con bronca cuando leo por ahí que hay asesinos que andan sueltos. Si hay asesinos, violadores, criminales probados, a la cárcel con ellos y que se pudran adentro. No estoy de acuerdo con la pena capital. Ni es la mía una opinión basada en la economía: “Ah, claro, los vamos a tener que mantener toda la vida, con el gasto que eso significa”. Y, sí, los vamos a mantener toda la vida (de ellos) simplemente porque non possumus. No se puede quitar la vida. Sí, ellos lo hicieron pero eso no nos justifica: no podemos. Ajá, cómo no, ¿y si son menores? Perdón: no por menores son menos culpables. Aquellos dos críos ingleses que mataron cruelmente a otro fueron condenados. No a las cárceles de adultos, pero sí fueron encerrados, alimentados, vestidos, asistidos y tengo entendido que con el paso de los años comprendieron (en el sentido lato de la palabra comprender) lo que habían hecho. No sé qué habrá sido de ellos; hoy son hombres hechos y tampoco sé si derechos, pero puedo apostar a que no son los mismos que torturaron y mataron. ¿Estarán libres por “buena conducta”? ¿Qué significa “buena conducta” en lenguaje carcelario? No sé en el Reino Unido, pero acá quiere decir sólo que el interno obedecía sin chistar. “Andá a limpiar las letrinas”, y el tipo iba y limpiaba. Y con eso estamos hechos: por buena conducta lo dejan en libertad de volver a matar, a violar. Eso se llama garantismo. Preguntita para terminar: ¿y si los garantistas se dedicaran, en vez de dejar libres a los criminales, a conseguir cárceles decentes, limpias, seguras, en las que los internos pudieran aprender a leer y a escribir, adquirir un oficio, tener a mano talleres de actividades planificadas y clases que los facultaran para, algún día, volver al mundo? ¿Eh?