El reinicio de la campaña electoral muestra el desconcierto que generó la inesperada derrota en el Frente de Todos.
Fundamentals. Tras el cambio de gabinete, producto del acuerdo entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández, el oficialismo no termina de calmar las aguas como para entender los fundamentos de mensaje en las urnas. Esta situación genera escenas curiosas como la impresión de que Manzur tomó las riendas de la gestión y el presidente pasó a asumir tareas de militante barrial con la técnica cambiemita de los timbreos.
Por otra parte, no pocos funcionarios piensan en noviembre como el mes final de sus tareas o bien como la posibilidad de un ascenso. Luego, las medidas decididas son tan confusas y dispersas que no logran cautivar a ningún público y desnudan la improvisación, falta de organización, además muestra las dificultades para comunicar en una situación en que la mayoría de los altos funcionarios no quieren alta exposición. Ergo, hay muy pocas voces que defiendan la gestión en los medios de comunicación. Un ejemplo de esto es Cecilia Todesca que, considerada una eficaz comunicadora de las políticas económicas, prefirió seguir a Santiago Cafiero a la Cancillería que lidiar con los vaivenes de una situación que no da tregua.
La salida apresurada de la cuarentena pone en cuestionamiento los esfuerzos realizados en el año y medio anterior, ya casi no se habla del tema. Ni siquiera la vacuna Sputnik se salva de la ocasión. La principal vacuna aplicada en Argentina se transformó en los barrotes de una jaula invisible ya que el ingreso a muchos países del globo con esa marca generadora de anticuerpos está vedado. Se podía pensar que el problema de la falta de aprobación era un problema geopolítico, pero la devolución por parte de Argentina de inmensos lotes confirma la presunción de los problemas en su fabricación.
Tras la línea de fuego. La frase de Juan Grabois en la entrevista con Jorge Fontevecchia: “aunque alguno se enoje, me puso contento la derrota de las PASO al abrir una oportunidad”, generó otro malestar puertas adentro de la coalición de gobierno que no resiste otra descarga de fuego amigo. Luego se incrementan las sospechas cruzadas: ¿cuántos son los que piensan lo mismo que Grabois? ¿Esa idea llevó a muchos a lavarse las manos cual Pilatos en las primarias? Las primeras miradas apuntan a los gestos del Conurbano Bonaerense. La ley 14.836 de la provincia de Buenos Aires en 2016 eliminó la reelección indefinida para intendentes y cargos legislativos. Esta decisión afecta a unos 95 (hay algunas situaciones particulares que no vienen al caso) que no podrán ser reelectos. Algunos pocos lograron un pase de oro como Leonardo Nardini (Malvinas) o Martín Insaurralde, que asumieron como ministros en el gabinete de Axel Kicillof. Como la ley ubica como segundo mandato a quienes hayan estado dos años y un día en el cargo, puede llevar a la renuncia de muchos para rehabilitarse. Pero claro, esto no es tan sencillo. Primero el municipio tiene que “quedar en buenas manos” para preparar el regreso con gloria en 2023 y además se arriesgan a un repudio de los vecinos, en momentos que la idea de que la dirigencia política funciona como casta o para decirlo en términos sociológicos, como una corporación, se expande.
Pero esto no sólo funciona para los peronistas, siempre sindicados como los “barones del conurbano”: también afecta a príncipes macristas como Gustavo Posse (San Isidro) y Jorge Macri (Vicente López). El primero casi el decano de los intendentes (va por su sexto mandato), mientras que Macri apenas transita por el tercero. La idea que éste desembarque en la ciudad de Buenos Aires y que busque ser candidato a jefe de Gobierno, tensó a Juntos por el Cambio. El problema es que el pasaje hacia la alcaldía porteña en 2023 está sobrevendido.
Criptoanálisis. El problema es que tampoco en Juntos por el Cambio interpretan correctamente el mensaje de las urnas, lo que lleva a generar estrategias equivocadas. El 12 de septiembre el voto fue principalmente contra el gobierno nacional y no a favor de un retorno al macrismo versión 2015. A todas luces es un voto prestado. De allí que el mensaje triunfalista de Patricia Bullrich para alcanzar el 45% y sacarle la mayoría al FdeT en la Cámara de Diputados, abrió la discusión sobre si se desde JxC se apunta a iniciar el Operativo Venganza. En el fatídico 2001 la Alianza perdía las elecciones de medio término en forma contundente frente al peronismo. Pero esos sufragios fueron especiales, ya que se renovaba la totalidad del Senado en virtud de la Reforma Constitucional de 1995. Esto obviamente muestra lo sabio de la renovación escalonada, ese día el peronismo obtenía 42 senadores y la Alianza 26. También se debe recordar que aquel domingo 14 de octubre casi una cuarta parte del electorado votó en blanco o impugnó su voto (se solía poner una imagen de Clemente, el dibujo de Caloi).
También ese año el justicialismo cometería uno de los mayores errores de su historia al impulsar a Eduardo Caamaño como titular de la Cámara de Diputados y a Ramón Puerta para presidir el Senado. Fernando de la Rúa sin vicepresidente (Carlos Chacho Álvarez había renunciado el año anterior) veía con impotencia cómo su gobierno se derrumbaba y en menos de un mes presentaba la renuncia. Puerta sería presidente por dos días y Caamaño por cuatro. En 2015 el derrotado Frente para la Victoria reconoce implícitamente el yerro eligiendo a Emilio Monzó como presidente de la Cámara baja a pesar del hecho que Cambiemos no tenía mayoría.
Para “tranquilizar la situación” el diputado jujeño José Luis Martiarena tuvo la intrépida idea de presentar un proyecto de ley para nacionalizar los depósitos bancarios, hecho que fue velozmente rechazado por el bloque del Frente de Todos. No obstante, la noticia ya viajó por los cables del mundo y a cambio, Martiarena tuvo sus cinco minutos de fama. Quizás aquí el problema central es que la corporación no termina de identificar el hartazgo de la población con años de decadencia, incertidumbre que lleva a un desencantamiento profundo. La lava, invisible, corre por los subsuelos.
*Sociólogo (@cfdeangelis)