Las elecciones primarias del domingo 12 de septiembre van velozmente alejándose en el espejo retrovisor dejando marcan en todos lados. Quedan mucha incertidumbre y poca información para analizar lo ocurrido saliendo de los resultados puros y duros. Un pequeño aporte se busca realizar desde un espacio académico, donde desde la cátedra de Sociología de la Opinión Pública de la Carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales – UBA se organizó con los estudiantes un abordaje diferente de la elección realizando una encuesta poselectoral cubriendo el área metropolitana de Buenos Aires de 450 casos realizada mediante un panel y redes sociales, quizás pocos casos para las cifras que hoy apuntan las grandes consultoras, pero suficientes para comprender algunos aspectos de una elección que debe ser examinada con cuidado ya que esconde muchas nuevas realidades emergentes entre sus pliegues.
Momento clave. Un primer dato que ya estremece es el momento de decisión del voto. Un 16% decidió su voto el día de la elección. Ese factor ya hace que las elecciones en sí se vuelvan impredecibles, así como la capacidad de predicción que se le suele exigir a las encuestas. No obstante, puede resultar que lo que decidieron en el día puedan seguir la distribución de todos los demás, y no tenga mayor efecto. Pero tomando el consolidad de ambos distritos el 28% de los que votaron en blanco o impugnó su voto lo decidió ese día, y en los datos electorales casi el 6% mostró su descontento con la oferta electoral de ese modo. Siempre globalmente hablando un 4% de los votantes a Alberto Fernández en 2019 finalmente se decantaron por el blanquismo, y el 13% prefirieron otras opciones, lo que explica en parte la merma electoral. Sí se puede decir que el 81,5% de los votantes del FdeT lo tenían decidido desde antes de la campaña, lo que habitualmente se denomina como “voto duro” contra el 54,1% de los votantes de Juntos o Juntos por el Cambio, lo que muestra que la agrupación amarilla fue creciendo con el trascurrir de la campaña, al menos en la percepción de los votantes.
Una discusión recurrente en los últimos días es si la composición del voto joven había cambiado. Esto es parcialmente cierto. Observando los datos citados que solamente cubren AMBA se puede decir que los votantes del FIT – U el 36,4% tienen entre 16 y 25 años, mientras que entre los votantes de Espert-Milei en ese tramo de edad que incluye el primer voto son el 26,7. En cambio un nutrido porcentaje de votantes del Frente de Todos ya pertenecen al segundo tramo: 43,8% tienen entre 26 a 40 años. Luego la mayoría de los votantes Juntos (57%) tiene más de 41 años.
Es la economía. Episodio 10.000. Una de las preguntas claves fue que tema era el que más preocupaba a la ciudadanía a la hora de votar. El primer tema en orden de importancia fue uno prácticamente invisible en la campaña en los frentes principales del país. Casi el 49% votó preocupado principalmente en las cuestiones económicas, mientras que sólo el 9% fue a las urnas pensando en una cuestión donde el gobierno pensaba que se podía hacer fuerte, la salud. La situación económica preocupa nada menos que al 73,3% de los votantes de José Luis Espert y de Javier Milei, quizás los dos candidatos que más minutos se la pasaron hablando de estos temas (además que los dos son economistas de profesión).
El 10,6% de quienes votaron al FdT en 2019, cambiaron su voto por la foto de la fiesta de Olivos en plena cuarentena
Si bien normalmente se considera la pregunta directa sobre a qué candidato votaría en las elecciones para conocer la intención del electorado, también la pregunta sobre la evaluación general de la gestión de gobierno suele ser un buen predictor. De esta forma sólo el 30% consideró a la gestión como buena o muy buena contra el 67% que piensa que es mala o muy mala. Otra discusión es si hay tiempo de aquí a noviembre para mejorar la gestión o cuanto menos mejorar la percepción de un gobierno activo, y que centralmente es lo que Cristina Kirchner viene poniendo se letra de molde desde octubre de año pasado, respecto a los funcionarios que no funcionan. Pero hay una alerta, el 21,7% de los votantes del Frente de Todos el domingo pasado también piensan que la gestión es mala o muy mala coincidiendo con el 94,8% de los votantes de Juntos por el Cambio y el 100% de los votantes de Espert/Milei.
Los ánimos. Un aspecto interesante evaluado fue el estado de ánimo con el que la ciudadanía se acercó a votar. El 56% entre quienes votaron en blanco o impugnaron estaban indignados o enojados, pero el 71% de los votantes de los candidatos libertarios compartían ese mal humor. Aquí la hipótesis de un electorado votando con furia cobra relevancia. En cambio, casi un 60% de quienes votaron al Frente de Todos plantearon que su humor era contento o esperanzado, de alguna forma este electorado es el que confía en que el gobierno tome las riendas de la situación en la pospandemia.
Un dato llamativo es que precisamente la gestión de la pandemia por parte del gobierno nacional fue ponderada positivamente por el 45,6% de los entrevistados, lo que obviamente no se tradujo en votos. Surge el interrogante sobre si fue mal comunicada como creen algunos funcionarios y personas cercanas al gobierno o si en cambio fue razón necesaria pero no suficiente para votar al oficialismo como ahora parece en la lectura poselectoral.
Luego, hay una pregunta clave y siempre difícil de interpretar, que fue la motivación principal para elegir la lista que se metería en la urna. En el caso de esta encuesta fue una pregunta con algunas opciones y un “otros” que resultó enorme. Sin embargo, hay algunos detalles a remarcar, el 49% de los votantes del Frente de Todos planteó que comulga con sus ideas políticas, contra el 35,7% de los votantes de Espert o Milei. En cambio, Juntos por el Cambio se hace fuerte en tres categorías distintas, la cabeza de lista demostró se buen o buena funcionaria (21,5%), es el principal oponente al gobierno (26,9%), es coherente y confiable (11,5%), y solo el 10% de los votantes de la agrupación amarilla comulga con sus ideas políticas. Finalmente, un 22% del votante todista planteó que siempre votará por los candidatos de su partido independientemente de quienes sean. El votante hard.
Incomodidades. Uno de los temas calientes de la campaña fue la foto en la Quinta de Olivos en plena cuarentena en el festejo del cumpleaños de Fabiola Yánez. La pregunta fue en qué medida le molestó en una escala del 1 a 10. El 41% por ciento de los consultados no dudó en poner directamente un 10, lo que en esta situación no es precisamente un aprobado. Si recategoriza, en bajo nivel de molestia (1 a 4) se ubicó el 14,5%, molestia media (4 a 5), 11,3%, y mucha molestia sobre el caso (7 a 10) se pronunció el 74,1%, que como se puede adivinar incluyó a votantes del Frente de Todos, que dejaron de lado su enojo en aras de apoyar la experiencia todista. Pero lo más sensible del caso fue que se consultó sobre si esa situación en particular le hizo replantear su voto en tres formas posibles (siempre hay que sostener la exhaustividad en los sistemas de categorías): “No cambió mi pensamiento”; “sí, a favor del gobierno nacional” y “sí en contra del gobierno nacional”. Lo dramático del caso es el que 10,6% de los votantes del Frente de Todos de 2019 plantearon que esa foto lo llevó a cambiar su voto en contra del gobierno nacional. Viendo esos resultados surge la pregunta si esos votos podrían volver en noviembre o si es un adiós para siempre.
¿Volver o marcharse? Queda un último aspecto para comentar de la extensa consulta realizada y que abarca muchos temas del quehacer nacional en general y de la campaña y el voto en particular y es si va a votar la misma lista en la elección general que en la PASO, acá surgía la hipótesis de que en las primarias existieron elementos para deducir ciertas advertencias a los frentes pero que volverían a su cauce en noviembre. El 13,7% respondió taxativamente que no va a votar la misma lista, y el 11,5% contestó que no sabía si volvería a votar en la misma dirección. Por supuesto que los hechos de esta semana prometen un barajar y repartir de nuevo, pero aquella pregunta queda flotando en el aire.
*Sociólogo (@cfdeangelis)