“Primó el pragmatismo” o, “En noviembre vemos”, o mejor aún “No nos une el amor sino noviembre” podrían ser títulos alternativos para cualquier análisis sobre la salida decidida tras el bloqueo gubernamental detonado por los resultados de las elecciones primarias.
Más allá del dramatismo de la situación económica y la pandemia (por ejemplo, inexplicablemente las fronteras del país siguen cerradas), esta semana se vio una inusual “política de la verdad”.
Rara vez se ve a los políticos decir lo que piensan de los otros, y menos de su propio gobierno.
En este sentido surge la inevitable pregunta sobre si los sorprendentes comentarios de Fernanda Vallejos que (en principio) se trataban de reflexiones hacia un grupo de Whatsapp representan los que algunos (o muchos) integrantes del Frente de Todos piensan sobre la figura del Presidente. Es difícil a partir de aquí sentarse todos juntos y decir aquí no ha pasado nada.
La sensación que queda tras observar los cambios en el gabinete es que se trata de una solución de compromiso para llegar a las elecciones de noviembre. Será una campaña más desgastante de lo habitual porque han implosionado las narrativas gubernamentales. Existió un segundo de cordura donde alguien dijo “muchachos si seguimos así a alguien se le puede ocurrir que pueden seguir sin nosotros”.
¿Qué pasó en las PASO? Un aporte para entender
A la crisis económica, la debacle electoral la convirtió en crisis política a una tasa de conversión muy desfavorable para el oficialismo, cuando el peso de la palabra presidencial se transformó en un Patacón, también en parte gracias a la simpática recomendación del director del Banco Nación Claudio Lozano.
Hay un cambio de figuras, pero no de rumbo, el que sea que se trate. Se sabe que Aníbal Fernández va a pasar a ser la línea Marginot de un gobierno asediado por las críticas. Que Juan Manzur va a intentar dinamizar una gestión somnolienta (aunque ya tiene al intenso sector feminista en la vereda de enfrente).
Mientras que la mudanza de Santiago Cafiero a la Cancillería habla tanto de la necesidad de que la línea presidencial no parezca derrotada, como de la convicción que las relaciones exteriores son un aspecto menor en la política de un país que se piensa como una singularidad única. n
*Sociólogo. (@cfdeangelis)