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dificultades con el puente

Pastillas y medialunas de Macri para los abuelos

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¿Cómo negarse a votar en el Congreso que los jubilados tengan un acto de justicia? Demorar un minuto ese objetivo es perverso, como viene siendo desde hace años la situación de los pasivos. Por eso el debate de este proyecto, junto con el blanqueo de capitales, a partir de esta semana en el Congreso puede convertirse en un punto de inflexión mientras termina (¿o empieza?) la construcción del bridge.
Entre banqueros, empresarios y el propio Gobierno buscan el modo de lograr ese “puente” entre la actual situación y lo que creen que será el momento del resurgimiento, situado ahora en un inminente y redentor “segundo semestre”. Es un puente de tiempo y plata (valga la literalidad por dinero). Al cabo, inversiones, proyectos de infraestructura, reactivación del campo y política monetaria deberán hacer pie. Del otro lado de ese "puente "esperan, como al final de un arco iris, más empleo, menos inflación, cambio de ciclo. Siempre nos quedará la puntiaguda piedra de Brasil en el zapato, el otro problema.
Mientras tanto, Macri volvió a escudarse ayer, por segundo día consecutivo, detrás de los jubilados. A la espera el contragolpe kirchnerista que le señala inconsistencias en el blanqueo, el Presidente puede argüir que los jubilados no pueden esperar más. Si algo tiene para mostrar el paquete previsional, es la oportunidad.
Aunque resistida originalmente por Alfonso Prat-Gay (como lo reconoció antes de asumir su cargo) pero impuesta por la OCDE (institución a la cual el ministro empuja por ingresar), la idea ahora no fue presentada como herramienta para captar financiamiento, algo que, luego del arreglo con los holdouts, no resulta “tan” necesario. Por eso, su ligazón con la solución social y una reforma de la ingeniería del Fondo de Garantía de Sustentabilidad más eficaz aparece como un hallazgo político. Los recursos impositivos que potencialmente se capten son una incógnita, pero el Gobierno mide la adhesión al blanqueo. Ahí es donde espera un piso de US$ 20 mil millones. La cifra no es de ingreso de recaudación, sino de fondos no declarados que sean ahora exteriorizados.
Colateralmente, el mayor consumo de los jubilados, eso sí contribuirá a un cambio de humor político.
Ambos son requisitos para construir y, sobre todo, para que Cambiemos pueda llegar al otro lado del puente. Repasando qué sucede en la economía, esa posibilidad no es un dato cierto:
u La necesidad “política” de atemperar por demás los costos sociales del retiro de los subsidios a la energía está afectando las cuentas originales.
u La apuesta renovada de las provincias por hacerse de los fondos previsionales que convalidó la Corte no sólo condiciona asimismo los fondos del Gobierno para obras y gastos corrientes, sino que dotó a los gobernadores de una fuerza política no prevista.
u Con estos nuevos cálculos, se complicará el cumplimiento de la reducción del déficit fiscal al 4,8% que prometió Prat-Gay.
u La política antiinflacionaria con eje en las tasas de interés contribuyó al parate de actividad, al castigo al empleo y la falta de crédito productivo. La reducción paulatina de las tasas de las Lebac, supuesta contracara de una reducción de la inflación estructural, todavía dista de mostrar su efectividad.
u Para cuando la inflación haya cedido, habrá que ver si la estanflación (inflación con recesión) no habrá generado estragos en la capacidad productiva, dificultando el “rebote” calculado para pasar a otra etapa de la ecomía y la gestión.
u La caída del tipo de cambio a unos $ 14 hace prever una nueva oleada crítica en pymes y empresas exportadoras.
Hacia fines del año, el economista y columnista de PERFIL Jorge Vasconcelos pronostica que sólo los productores de soja y maíz y las obras públicas habrán sido beneficiados por la devaluación, la caída de retenciones y las políticas oficiales. Los supermercados ya avisaron que en mayo registraron un retroceso de ventas del 4% en las unidades vendidas. Los jubilados están más atentos a las compras de todos los días que a las obras de infraestructura. Por eso ellos pueden ser una balsa para que Macri pueda ir adonde más quiera, acaso las legislativas de 2017, si el puente no está terminado.