No se puede creer. Ya es el hit del verano. Barrio privado esteño en José Ignacio. Helicóptero quieto allá arriba. ¿Serán treinta metros? Vuela un chancho, acaso émulo del de Pink Floyd. Emboca en la pileta. Salpica tipo gordo que se tiró de bomba. O un Charly de frigorífico. Cero sorpresa en el fondo de la casa. Esperan el regalito. Todo grabado a la espera del suceso. ¡Wow! Risas. La idiotez humana no reconoce límites (ni códigos aeronáuticos). Mezclada con dinero, mucho dinero, y con aburrimiento, mucho aburrimiento, la imbecilidad puede ser un arma destructiva. Como mínimo, del decoro.
Justo esa mañana, con un comentario como caído del cielo para la ocasión, Pepe Mujica le sugiere a su sucesor que no se ocupe de atraer “cagadores argentinos” (y que mejor cuide las divisas que fugan los propios ricachones orientales). El canciller de este lado del charco esquiva la polémica central y tuitea en favor de la víctima de José Ignacio, pero en nombre de su chancha doméstica, Pelota: “Por favor, que nadie le diga cerdo. Nosotros somos buenos bichos”. Calamaro publica un poema en homenaje a la bestia voladora. Honda cual pileta (de lavadero), Julieta Prandi se compunge porque el videíto viralizado le recuerda “los vuelos de la muerte durante la dictadura”. La autoridad aérea cívico-militar charrúa informa que abrirá una investigación y que el dueño del Robinson 44 la va a pasar mal. Ojalá. Sobre todo por bolas tristes.¡Empresario exitoso! ¡Viveza criolla!
Antes se los llamaba snobs. Y más antes, tilingos. Ojo. Tienen poder. Viven otra vida. Bronceados todo el año. Ni los semáforos los paran. Ostentan su hueco desparpajo en helicóptero para parecer magnates paulistas y pegarla de vez en cuando gracias a los reales de aquéllos o los dólares a lavar por otros que hablan su mismo idioma.
Eso: parecen. No son. Bueno, según ser qué. Porque son capaces de filmarse haciendo la macana, subirla a las redes y luego acusar que “fueron ellos” señalándose al espejo. Eso: son ellos. Los que la ganan siempre, hasta con las manos en la masa. Los que dice Mujica, bah.
*Director de contenidos digitales y multimedia.