Llegó el día de la definición. Esta noche se sabrá quién presidirá el Poder Ejecutivo Nacional durante los próximos cuatro años, con lo que habrá concluido una larga, por momentos tortuosa (tormentosa, también) etapa institucional que la Historia habrá de analizar en los próximos años.
¿Qué es conveniente esperar de PERFIL y del resto de los medios de comunicación argentinos hasta el 10 de diciembre, cuando asuman las nuevas autoridades y –tras esa fecha– con ellas en pleno ejercicio de la administración del Estado? Sin dudas, una actitud positiva y propositiva, que permita avanzar a quien resulte electo en un camino más llano, menos sembrado de malezas, sin tanta agresividad como la que ha venido alimentando a la opinión pública de manera creciente en los últimos años. Será tarea del periodismo independiente reafirmar algo que sólo se ha dado en algunos medios: ecuanimidad, comprensión y paciencia:
Ecuanimidad para volver a las fuentes y tratar a los diferentes actores y sectores con una mirada amplia, despojada de prejuicios y abierta a la crítica fundada, sin aplaudibobos ni opositontos; un periodismo, en fin, que cumpla con los pilares básicos de este oficio: responsable y preciso manejo de la infrormación; fuentes confiables y en lo posible de signos diversos; una postura ética que supere las actitudes militantes, en uno u otro sentido, que han afectado tanto la credibilidad de los medios; un lenguaje claro, directo y rico en palabras, que lleve satisfacción estética a los lectores, espectadores y oyentes, además de buenos datos.
Comprensión de la realidad para poner la mira –siempre cuestionadora y analítica, alejada de los poderes de cualquier naturaleza– en la valoración objetiva de los pasos que se vayan dando.
Y paciencia para aguardar resultados durante un lapso razonable, aunque sin abandonar la postura crítica que es parte esencial del ejercicio periodístico.
Lo esencial será el rigor informativo para eliminar malas interpretaciones o caer en inexactitudes que pueden ser peligrosas o marcar tendencias no queridas.
Un ejemplo, flamante y que quiero citar porque no violará la íntima convicción de quien esto escribe sobre el alcance de la veda electoral (que observarán los lectores también en el correo, carente de opiniones partidarias): el domingo 15, página 7, el título a cinco columnas hablaba sobre “llamados del Gobierno contra el voto en blanco”, un artículo firmado por Aurelio Tomas que concluía: “En la CTA autónoma se definió que no actuarán en favor de ninguno de los candidatos. Algo similar ocurrió en el Frente Popular de Víctor de Gennaro, donde el Partido Comunista Revolucionario pedía llamar a votar en blanco y el diputado Claudio Lozano pugnaba por un pronunciamiento contra Macri, posición que finalmente presentó en una carta, a título individual”.
En una breve nota dirigida a este ombudsman, Lozano y Fabio Basteiro aclararon que no fue correcta la caracterización que hiciera el autor del artículo. “Le queremos aclarar –señalan– que en la nota publicada días atrás en la que se cita a título individual la postura acerca del ballottage del diputado Claudio Lozano, debería decir ‘la posición de Unidad Popular-CABA frente al ballottage’, ya que dicha declaración (se cita a continuación un extenso texto) es de carácter institucional”.
El propio Tomas fue quien me remitió la aclaración de Lozano y Basteiro, con un mea culpa que quiero destacar por su coraje en la aceptación de la equivocación cometida. Dice Tomas: “Mi error –que, sin justificar, adjudico a mi afán de sumar la mayor cantidad de información sobre diversos grupos políticos– fue identificar la posición de Unidad Popular-CABA como ‘individual’, en lugar de aclarar que se trataba de una postura consensuada dentro de la sección porteña del partido nacional que integra Lozano. Creo que en tiempos en que la política está tan identificada con las personas, y muchos partidos funcionan como sellos de goma antes que organizaciones, debería haber tenido más cuidado. El error cometido es doble, porque he tenido la oportunidad de seguir en las últimas dos elecciones la construcción del partido Unidad Popular y la formación del Frente Popular que impulsó en las últimas elecciones la candidatura presidencial de Víctor De Gennaro”.
Los tiempos que vienen exigirán de quienes escriben en este diario una rigurosidad (si cabe) mayor, casi quirúrgica. Tantos años de mantener distancia con los sectores de poder político, económico y corporativo, demandan multiplicar el esfuerzo para que ese proceder se profundice.
Errata. Patricio Navarra y Ezequiel Spillman aceptaron haber cometido un error al cuantificar el plan de obras de cuatro años que aplicaría Macri en caso de ser electo. Se publicó en la página 2 de la edición de ayer, que el monto sería de 25 millones de dólares. Debió decir 25 mil millones de dólares.