Cuenta la leyenda que cuando Miguel Peirano renunció al Ministerio de Economía en 2007, le dijo en una reunión privada al entonces presidente Néstor Kirchner:
—Néstor, cruzaste el océano y estás por arruinar todo llegando a la orilla.
El economista le quería advertir lo que ya le marcaban varios técnicos del palo al finado mandatario: que después de sacar adelante una negociación de la deuda muy difícil, que cerraba la crisis de 2001, si no actualizaba de a poco el tipo de cambio y las tarifas iba a empezar a perder pesos en subsidios a los servicios públicos incluso para los que no los necesitaban, y también dólares que se le iban a esfumar comprando energía afuera mientras liquidaba las reservas locales. En el fondo, quería advertirle que el muy seductor crecimiento a tasas chinas que recontraganaba las elecciones iba a durarle poco y que la cosa se le iba a ir complicando. El mensaje era que tal vez era más negocio asumir algún costo político corrigiendo el rumbo, que si crecía un poco menos tal vez crecía más tiempo, que de lo contrario podría terminar desaprovechando el récord del precio de la soja en un momento en que había superávits fiscal y comercial a la vez y la inflación era de un dígito, y había una gran chance de salir de problemas históricos.
El final es conocido. Néstor se cebó con acumular poder y así, junto a otros mil problemas de todo tipo, su esposa Cristina completó dos mandatos de resultados económicos tan fofos que terminó entregándole el poder a Mauricio Macri. Cuando Peirano hizo aquella advertencia a Kirchner, el jefe de Gabinete aún era Alberto Fernández, que por esas cosas de la vida hoy lleva unas semanas como presidente de la Nación.
El escenario actual es muy distinto, pero podría decirse que Fernández está en su momento de “cruzar el océano”. Tiene que conseguir estabilizar la economía que le dejó Macri, con la inflación bordeando el 60%; tratar de parar la recesión, que va para tres años al hilo, y resolver un virtual default con los acreedores que hacen fila para cobrar, desde ñatos de Wall Street hasta el Fondo Monetario Internacional.
Cuánto subirán las tarifas y las jubilaciones, dos variables del plan Guzmán que no se conocen todavía de cara al 2020
Sin embargo, con la experiencia de aquellos años él y su equipo, que en buena medida pasó aquellos tiempos en la gestión, también avizoran el momento “orilla” con preguntas clave para la suerte del plan económico integral que viene prometiendo anunciar por escrito onda monografía el ministro de Economía, Martín Guzmán. En su idioma, el paper sería How to evitar ponérsela el día 181. Es decir, ¿cómo y cuándo se saldrá de los congelamientos de tipo de cambio, precios, salarios y jubilaciones, que en su mayoría se anuncian por seis meses? Porque:
- el dólar vale lo mismo desde agosto y la inflación de entonces ya acumula más del 20%. Hay cierto consenso en que, aun así, sigue siendo un valor muy competitivo y defendible en términos reales, pero si como dicen desde el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, hasta el jefe del Banco Central, Miguel Pesce, la idea es que no se atrase en exceso, debería moverse todos los meses algo parecido a lo que lo hagan los precios. La pregunta es si arranca ahora en enero, o si por un tiempo siempre se esperará “al mes que viene”.
- las tarifas de la luz y el gas vienen congeladas desde el último semestre del gobierno de Macri, que tras acelerar su actualización las freezó tratando de forzar un ballottage, y ahora tendrán unos meses más sin cambios, mientras Guzmán se toma “hasta” 180 días para revisar los contratos y el marco regulatorio general. Cuánto subirán finalmente en el resto de 2020 es una pregunta que terminaría de definir cuánto va a poner el Estado en subsidios y cuánto anclarán o calientarán la inflación. Otra variable del plan Guzmán que aún no se informó.
- algo parecido ocurre con el futuro de las jubilaciones; es el tramo del ajuste fiscal al que menos le cabe la ola de ponerle solidaridad a todo, porque cuando pasen los bonos de $ 5 mil de diciembre y enero, el programa deberá definir en cuánto y a cuántos jubilados que no cobran la mínima afectará el cambio en la fórmula de movilidad. Otro número aún ausente en el plan work in progress de Guzmán.
Van tres semanas. En el medio, el Presidente tuvo su increíble primera patinada y la sacó gratis. Casi nadie se enteró de que él había sido el primer promotor del cambio en la ley minera que conmocionó con protestas a Mendoza, a tal punto que los legisladores del Frente de Todos que la votaron junto a los radicales luego pidieron su derogación. El 18 de diciembre, ante los popes de Asociación Empresaria Argentina, había dicho: “En Mendoza logramos que salga una ley para que se involucre en la explotación minera. (...) Allí está nuestra riqueza, y eso es abrirnos al mundo con inteligencia”.