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Plata quemada

Rebelión fiscal light para retener a intendentes del FR que desean unificar el PJ. CFK se acerca a Vidal.

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COCORITO Sergio Massa | DIBUJO: PABLO TEMES

Las consecuencias del resultado en las elecciones del 22 de octubre cobran forma en la Legislatura bonaerense a medida que se acerca el inicio de sesiones del 1º de marzo. Si hasta 2017 Sergio Massa evitó zozobras a María Eugenia Vidal, ahora es él quien depende de la gobernadora para garantizarse supervivencia política hasta 2019. Con un añadido: Massa salió tercero pese a compartir la conducción, y los recursos, de una de las principales cajas del Estado provincial.

Argumento a favor de Vidal en la mesa chica del PRO, que recomendó exactamente lo contrario. Dato que debería tener en cuenta Martín Insaurralde, autorreivindicado arquitecto de la llegada de Marisol Merkel a la vicepresidencia primera de la Cámara de Diputados, ocupada hasta el 10 de diciembre por Ramiro Gutiérrez, del Frente Renovador.

Expresión del acuerdo con el PJ bonaerense, la ex camporista es la continuidad del sistema de doble firma con el titular del cuerpo, Manuel Mosca, en cualquier decisión administrativa. Un recorte al funcionamiento del gasto político que Vidal debió resignar para concretarlo. Es lo que podría confirmar su solidaridad con Massa. Insaurralde logró solo tres de siete votos posibles en su espacio con la sanción de reformas a las jubilaciones de privilegio y la Ley de Responsabilidad Fiscal.

Precariedad estimulante para otro émulo de Insaurralde, de aparente origen egipcio: Cristina Fernández de Kirchner cree que existen posibilidades de eliminar la resistencia a su liderazgo electoral si liquida los activos de Insaurralde y de Gustavo Menéndez, titular del PJ, con un acercamiento institucional a Vidal. El peronismo es sacudido por el debate de la unidad, que alude a la ex presidenta.

El tema está mucho más avanzado en el Frente Renovador, como admitió José Ignacio de Mendiguren. Aunque el diputado nacional no dijo todo lo que piensa: como Felipe Solá y Daniel Arroyo, se cuenta entre los millones para quienes Cristina es una esperanza. Fueron ellos los aludidos por Graciela Camaño cuando instó a no debatir candidaturas este año. Es un planteo injusto.

Con Luis Barrionuevo, su marido, analiza si es momento de lanzar Tercera Posición, el partido que inscribieron en la Justicia Electoral y que resume el espíritu sindical de la época: reducir una razón geopolítica de Perón en la Guerra Fría a la pueril justificación de los no siempre claros intereses gremiales.

Intendentes. Pero la atención del Frente  Renovador está concentrada  en sus 11 intendentes. En especial los de Chivilcoy, Las Heras, General Pintos y Miramar: Guillermo Britos, Hernán Osuna, Alexis Guerrera y Germán Di Césare urgen a Massa con la unidad del PJ para retener sus municipios. Vencieron en elecciones locales, pero perdieron en la categoría de senador nacional, con Vidal, la cara visible en la campaña de Cambiemos. Situación que podría repetirse, pero con ella misma de candidata si persigue la reelección.

Massa intenta liderar el descontento. Mantiene diálogo con el PJ y Máximo Kirchner, y montó una campaña en las redes con esos jefes comunales, insinuando una vidriosa rebelión a la Ley de Responsabilidad Fiscal que prohíbe reajustes salariales por encima de la pauta inflacionaria. Pactarán con empleados municipales un 15% más una cláusula gatillo de cinco puntos más. Es decir: cerca de la inflación real prevista. Aunque no se aplicaría si fuese menor. Con perfil más bajo, Tigre, Necochea, General Alvarado y Chascomús replicarán la medida.

Hay dudas de su efectividad para preservar el vínculo con Vidal y marcar, a la vez, diferencias. La gobernadora querría a Massa en un acuerdo legislativo que le permitiese otra opción a los intendentes del GBA. Pero también que cierre con ellos una alianza electoral: su candidatura a gobernador los potenciaría en el flanco más débil. Solá y Arroyo desean serlo con el favor de CFK, que envió a Juan Pignocco a explorar vías de comunicación con Cambiemos en Diputados.

Hubiese preferido darle esa misión a Carlos “Cuto” Moreno. Pero el jefe del bloque FpV dejó mala impresión con la frustrada sesión del 14 de diciembre. Incitó a la bancada oficialista a desconfiar de la custodia policial en la Legislatura. “Estos te tiran un muerto en cualquier momento”, les pareció escuchar a algunos de sus miembros en el tumulto causado por el ingreso de manifestantes con el intendente de Ensenada, Mario Secco, ante una llamativa pasividad de los uniformados.

El supuesto regreso de Massa al PJ alimenta la fantasía de Verónica Magario: compartir una fórmula que compita con Vidal. Es una imaginería de urgencia.

La intendente de La Matanza no irá por la reelección y Fernando Espinoza intentará retener el municipio. Pero pesa en ella el aval recibido por Massa para la suba del 50% en las tasas. Quizás como prevención sus publicistas debiesen adelantarse a los seguros memes inspirados en la sigla de ese eventual binomio: M&M.

El resto aplicó un alza promedio del 40%. Destinada, en parte, a financiar la actualización de sueldos en municipios. Entre los del Frente Renovador, es una jugada defensiva para fidelizar la estructura administrativa que conducen. Suele ser la mejor medida del clima social en las calles. Allí está latente el riesgo de ser desplazados de su centro por la dificultad para interpretarla que trasuntan algunas de sus iniciativas. Podrían convertir en plata quemada el esfuerzo que se le exige  en forma encubierta a la sociedad  para sostener sus proyectos.