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Defensora de Género

Políticas de cuidado en la región y en la Argentina ¡ya!

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Lavar y planchar. Las mujeres trabajan dentro y fuera de casa. | shutterstock

Desde hace décadas cuando se empezó a hablar de los derechos de las mujeres, el tema de la sobrecarga de las mujeres por los cuidados no remunerados, que en las familias tradicionalmente realizan estuvo presente. En los 60-70 hablábamos de la doble o triple jornada de las mujeres ante el trabajo o las actividades fuera del hogar y las responsabilidades en el hogar, o sea las ahora denominadas “Cuidados no remunerados”. Aclaremos que cuando hablamos de cuidados hablamos de las tareas domésticas como lavar, planchar, cocinar y otras, a lo que se suman los cuidados como la crianza de los niños, el cuidado de los discapacitados, el de las personas mayores o ancianas y /o los enfermos crónicos mentales u otras patologías.

En la medida en que las mujeres trabajan fuera de su casa y comparten el aporte para subsistir para la familia, e incluso en casos de familias monoparentales, donde no hay un hombre o el hombre esta desocupado y la mujer es el único sostén de la familia. Frente a esto los cuidados que recaen sobre la mujer o las mujeres de la familia, que asumen esos cuidados en forma no remunerada, generan una sobrecarga que afecta su trabajo fuera del hogar. Por eso cuando no hay otras mujeres como abuela o tías, las hijas mujeres, niñas y adolescentes, son las que deben ocuparse de las tareas domesticas y el cuidado de sus hermanas y hermanos menores, así como del cuidado de enfermos y/ o ancianos. Esto afecta la disponibilidad de estas niñas y adolescentes para asistir a las escuelas o hacer los deberes y estudiar, porque deben hacerse cargo de esas tareas. También las limita para practicar deportes o desarrollar otra actividad artística o de otro tipo. Todo esto genera en el futuro que estas niñas y adolescentes se incorporarán al sector laboral en actividades de poca productividad y precarios. Esto va a impactar en la productividad del país y las mantendrá en niveles de pobreza iguales o mayores que sus familias.

Los cuidados son un gran promotor de la riqueza de un país. Es un factor de creación de trabajo formal para las mujeres y hombres cuidadores, también promueve la construcción de ámbitos para instalar los cuidados, esto a su vez estimula la construccion que es un importante motor de la economía del país. Esto sumado al reconocimiento del derecho de todas las personas a cuidar y ser cuidadas constituyen los motivos por los que las defensoras de derechos de mujeres, niñas y personas de la diversidad reclamamos los gobiernos asuman el compromiso de establecer políticas que desarrollen estos cuidados en forma articulada con el sector privado y les garanticen a toda la ciudadanía apoyo para cuidar a la niñez, las personas mayores , los enfermos crónicos y personas con discapacidad, a fin de poder mujeres y hombres incorporarse mejor al trabajo y otras actividades. Además de promover una cultura de distribución equitativa de estas tareas en las familias para ser ejercidas por todos sus integrantes y no exclusivamente por las mujeres. Esto exige contar con presupuestos para concretar la implementación de estas políticas que, si bien son un beneficio económico para el país, requieren decisión política e inversión económica.

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En Sevilla en la Conferencia de Financiamiento al Desarrollo en julio 2025, el tema se trató y se promovía el cambio fiscal para posibilitar esto. Como señaló la nota publicada en 50/50 el sábado 26 de julio en PERFIL, se pedía la creación de una Convención Fiscal en la ONU para asegurar el financiamiento para transformar los sistemas fiscales que permitirán esto. Lamentablemente eso no se concretó, si bien se reconoció que estos sistemas deben transformarse para ser más equitativos.

La semana pasada en México, en la Conferencia Regional de las Mujeres se aprobó el “Compromiso de México” que deja en claro para todos los países de la región el cuidado es un derecho humano, y como los países lo deben respetar a través de políticas muy específicas que todos los países participantes acordaron. Señalamos que Argentina estuvo ausente al igual que Perú. Ahora debemos exigir a todos los gobiernos cumplan este compromiso, incluso a los ausentes. ¿El gobierno argentino responderá a esto? Si no lo hace será denunciado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Corte que recientemente aprobó la Opinión Resolutiva 31 sobre el derecho al cuidado y su interrelación con otros derechos, en respuesta a un planteo realizado por el gobierno argentina en el 2022 y que contó con muchísimos avales. ¡Las políticas de cuidado deben ser asumidas por los gobiernos sin dilaciones!