La libertad de expresión y el carácter abierto, plural, y de acceso universal que debe mantener internet es una máxima que rige en la mayoría de los países democráticos. Desde la aparición de la primera red de intercambio de datos, Arpanet, allá por los finales de los 60 y la creación del Protocolo TCP/IP, el desafío se convirtió en cómo mejorar el intercambio de información, imágenes, y videos, a mayor velocidad y a través de mejores interfases gráficas.
La World Wide Web hoy despliega servicios, aplicaciones, y posibilidades de compartir información que en muchos casos, han transformado la capacidad de interacción de las sociedades, y que están modificando aceleradamente conductas individuales y colectivas en cuanto a las relaciones interpersonales, y a las relaciones comunitarias, sociales y políticas también. La aparición de las redes sociales y las plataformas de contenido audiovisual y entretenimiento fueron modificando el paradigma de la comunicación lineal y despliegan hoy todo su encanto en las enormes posibilidades de universalización de contenidos e intercambio de información.
Debemos mantener los principios libertarios originarios de la web, pero es momento hoy de reflexionar, como está sucediendo a nivel internacional, sobre varios desafíos que plantean la existencia de una tensión entre libertad de expresión y protección de datos personales, entre libertad de expresión y propiedad intelectual (reglas antipiratería) y entre libertad de expresión y desinformación o información maliciosa (fake news).
Varios países regularon intentando moderar las tensiones en los tres temas descriptos, la Unión Europea aprobó una reforma en las leyes de derecho de autor imponiendo a los buscadores y plataformas el uso de filtros para detectar si los contenidos subidos por usuarios violan normas de propiedad intelectual, a la vez intenta, en su artículo 15, monetizar noticias y contenidos de medios informativos locales. Por su parte Alemania, desde 2018 cuando sancionó la ley “NetzDG” obligó a las redes sociales a eliminar dentro de las 24 horas contenidos maliciosos, amenazas, incitación al odio y la violencia y pornografía infantil. Francia y Malasia también impusieron leyes restrictivas sobre las fake news, en este último caso, la ley fue derogada por el nuevo gobierno, ya que vulneraba derechos constitucionales.
Quizás la noticia más destacada en los últimos días sobre las fake news la dio el Ofcom, el organismo regulador inglés, aplicando normas sobre imparcialidad que deben seguir los medios audiovisuales en el Reino Unido. Ofcom comunicó la imposición de una multa de 200 mil libras esterlinas a RTUK, (Canal de Noticias Rusia TV) por la falta de cobertura objetiva sobre la guerra en Siria y el caso del espía envenenado en Salisbury, Serguei Skripal.
El debate tiene aristas polémicas, debemos ubicarnos siempre desde la defensa de la libertad de expresión, pero a la vez debemos tener en cuenta que la masividad y la velocidad de viralización de las noticias falsas pueden provocar serios riesgos a la seguridad, a la vigencia del Estado de Derecho y en muchos casos pueden atentar contra los procesos de paz entre las naciones.
Por otra parte y como garantía constitucional, la intervención sobre los contenidos siempre debe hacerse través de los canales judiciales, y las futuras normas que intenten regular sobre estos aspectos deben establecerse con reglas claras, objetivas, que respeten la neutralidad de la red, pero a la vez se funden en principios robustos de protección de los derechos humanos. Claramente la pornografía infantil, la violencia o la incitación al odio y/o actos terroristas está entre los consensos de lo que no debe circular libremente por internet, tal como tuvimos oportunidad de verificar y promover en la Conferencia Global sobre Libertad de Prensa, cuando los relatores de libertad de expresión de la OEA y de la ONU, junto a ministros y representantes de más de cien países firmamos una declaración a favor de la protección de la labor de los periodistas en todo el mundo el 11 de julio pasado.
*Presidenta del Enacom.