COLUMNISTAS
Defensor de los Lectores

Por qué algunas cartas se publican y otras, no

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La demanda de notebooks creció impulsada por el teletrabajo y estudio en tiempos de pandemia | Shutterstock

Este ombudsman de los lectores ha recibido en las últimas semanas algunas cartas que contienen críticas a la política de publicación de envíos al Correo, preguntando –en la mayoría de los casos– cuál es el criterio final que fundamenta la inclusión o no de las inquietudes de los lectores en la sección. 

Para responder esas inquietudes, sintetizo el tema en algunos pocos ítems:

La forma de comunicación. Se excluyen, sin dudarlo, aquellas cartas que contienen palabras o definiciones agraviantes para el medio, para los miembros de su redacción, para columnistas en las áreas de opinión y para otros lectores. También se limita la inclusión de textos que emplean insultos o posturas agresivas o favorables a extremos.

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La extensión. Se expresa con claridad en las condiciones para publicar (ver el encabezamiento del Correo) que los textos no deben exceder mil caracteres con espacios. Solo por excepción (la importancia del tema, la excelencia de su tratamiento, la trayectoria de quien firma) se permiten cartas de mayor extensión.

La exclusividad. Hay lectores que se caracterizan por su prolífica actividad epistolar, y también los hay que envían la misma carta a PERFIL y a otros medios. No es aceptable esto último: si la intención es interesar en algún tema, la carta debe estar dirigida únicamente a PERFIL.

La versión papel. Aunque puede ser motivo de una ampliación, corrección o rectificación, lo que publica el soporte digital no es objeto de análisis por este ombudsman, que se limita únicamente a lo que se edita en el soporte papel.

La cantidad. Ingresan a [email protected] unas cuatrocientas cartas cada semana. Descartadas aquellas que contienen avisos comerciales, promociones, anuncios institucionales, etc., la tarea del Defensor de los Lectores es seleccionar aquellas que, por su interés general, merecen mayor atención. También se privilegian los envíos sobre temas de actualidad, aunque se exige un mínimo de responsabilidad al momento de fundamentar posiciones.

La reiteración. Decía más arriba que hay lectores que envían mails todas las semanas, en algunos casos más de uno. Para evitar la repetición de firmas de origen, se intenta (no siempre con éxito) que la selección no incluya siempre los mismos autores. En tal sentido, invito a los lectores a limitar sus envíos y hacerlos, así, más jugosos, atractivos e interesantes para el conjunto.

Un párrafo aparte merecen quienes nunca fueron, son ni serán incluidos en esta sección de correo. Ello incluye a los exégetas de las dictaduras, aun aquellos que tienen como idea fija que no lo fueron y justifican los asesinatos, las desapariciones, las torturas, el robo de niños y de bienes, los exilios forzados, los campos de concentración y exterminio. 

La ética periodística, la defensa de los derechos humanos y la certeza de que hay límites que el Estado no debe sobrepasar (para los ciudadanos que delinquen existen las leyes, la Justicia), son motores de este ombudsman. También lo es la defensa de la democracia y sus instituciones, por lo que aquellas cartas que contengan incitaciones a violarlas o invitaciones a debilitarlas, tampoco forman parte del contenido de la sección.  

En marzo de 2018, este ombudsman escribía: “En estos tiempos en los que los fundamentalismos de uno y otro signo parecen haberse instalado de manera violenta (aunque en algunos casos se disfrace esa violencia con una pátina de espiritualidad, dogma o como se quiera llamar) cerrar el paso a los fanáticos y sectarios es parte de la misión que nos toca a quienes ejercemos este oficio”.

Entre otras razones, ésta que acabo de exponer es, probablemente, la más importante.