Los jugadores del mercado inmobiliario argentino –constructores, desarrolladores e inmobiliarios– siguen esperando que los inversores vuelvan al mercado después de varios años de ausencia.
La razón de por qué el mercado no reacciona no es debido a la falta de dinero. Justamente, dinero para invertir es lo que sobra, acá y en el mundo. Lo que falta son buenas alternativas de inversión. Quienes invierten en inmuebles, entre ellos mi madre, mi tía y mi hermana, aprendieron después de mucho equivocarse que en este tipo de inversiones sólo se gana dinero aprovechando los ciclos del mercado y haciendo diferencia entre compra y venta en el menor tiempo posible; entendieron que en el largo plazo –entre veinte y treinta años– el precio en dólares de los inmuebles sólo se ajusta en sintonía con la inflación en esta moneda. Ya saben que de querer quedarse con el inmueble, debería éste brindar una renta tributaria equivalente igual o superior a inversiones alternativas, ya sean inmobiliarias o financieras, en el país o en el exterior.
Punta del Este, Puerto Madero, Brickell-Miami y tantos otros ejemplos les han hecho entender la diferencia entre invertir y enterrar el dinero. También aprendieron que una planilla de Excel no es garantía de nada y que un vendedor no está en condiciones de asesorar, por lo menos objetivamente.
En la medida en que el sector no replantee los sistemas y materiales de construcción que utiliza, ya anacrónicos y obsoletos, las inversiones no van a aparecer. Si siguen haciendo lo mismo, los inversores continuarán invirtiendo en otras alternativas que les brinden mejores ganancias y rentas netas de impuestos. Cuando se trata de inmuebles, la clave está en los costos/tiempos de construcción; para qué invertir en propiedades en el país, si en la mayoría de los países desarrollados y de varios países pares de Argentina el costo de construcción es la mitad y la renta muy superior.
Claramente, el futuro del mercado inmobiliario argentino depende de sus propios participantes.
* CEO de la Gerenciadora de Fondos FDI.
