Esta campaña electoral me ha parecido un espectáculo horrendo, un verdadero torneo de payasadas. La política en Perú ha pasado de ser una política mediocremente ideológica a ser tristemente una política de espectáculo. Como muchísimos peruanos, veo con enorme preocupación lo que puede ocurrir en la primera vuelta.
Temo que se vayan a destruir estos diez años de muy buena racha que ha tenido Perú, de muy buena orientación económica y también institucional. Perú ha optado por una modernidad, por una democracia, por una apertura al mundo, por un aliento a la inversión y todo eso nos está trayendo muy buenos resultados, eso es una cosa innegable. Creo que sería una gran desgracia para Perú que eso se cortara.
Por esa razón, yo voy a votar por Alejandro Toledo. Es una decisión tomada. Sería una catástrofe que fueran electos como presidentes los que están hoy en día encabezando las encuestas, tanto por Ollanta Humala com o por Keiko Fujimori. Sería una verdadera catástrofe para el Perú. Toquemos madera. No creo en supersticiones, pero sí tengo miedo. El Perú es el país inesperado donde todo puede ocurrir. Mejor valerse incluso de la brujería.
Desgraciadamente, creo que no fueron exageradas mis declaraciones, en las que aseguré que si las elecciones se definían entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori sería como elegir entre el cáncer terminal y el sida.
Keiko es hija de un dictador, un criminal y un ladrón. Ojalá que esta elección tenga un final feliz para todos los peruanos que esperamos que nuestro país siga creciendo por la senda del desarrollo y el bienstar para todos sus habitantes.
