COLUMNISTAS
La sociedad armoniosa

Primero, la política

China se propone, para sus próximos 20 años, alcanzar el ideal de una "sociedad armoniosa". Y con el fin demantener la estabilidad social en el país más poblado del mundo debe asegurar la gobernabilidad y el ejercicio efectivo del poder político.

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El ingreso real per cápita promedio de los 700 millones de campesinos chinos es hoy de 300 dólares anuales (2000 yuanes), aproximadamente el mismo que hace 10 años. Mientras tanto, en valores corrientes, dólares actuales, las provincias industrializadas y urbanizadas del Sur tienen un nivel de ingreso per cápita promedio de 2.900 dólares anuales, que, en términos de capacidad de compra doméstica (PPP), es más de 4.000 dólares por año; también los ingresos reales individuales de los trabajadores industriales, y en general de las zonas urbanas, crece 14 a 16% anual.
El año pasado se abolió el impuesto agrícola en la totalidad del territorio chino, lo que implica un ahorro de 100 yuanes anuales para el campesino promedio. En 2007, las tasas de la educación primaria de 9 años de duración serán eliminadas en toda China; representan unos 200 yuanes por año.
El 11 de octubre de 2006 se reunió en Beijing el sexto plenario del Comité Central del Partido Comunista Chino, encabezado por el presidente Hu Jintao.
Este plenario del comité central ratificó que el objetivo de China para los próximos 15 años (2020) es el establecimiento de una “sociedad armoniosa”, lo que significa mantener la estabilidad social y política de un país de 1.300 millones de habitantes, el más poblado del mundo y el tercero más extenso del planeta.
En este período, China acelerará la extraordinaria mutación social, económica y política que comenzó hace 28 años, y que, ante todo, implicará la migración del campo a las ciudades de entre 300 y 500 millones de campesinos, y la necesidad de crear entre 20 y 24 millones de puestos de trabajo nuevos por año.
En este cuadro, la cuestión fundamental que enfrenta la República Popular es asegurar la gobernabilidad, el ejercicio efectivo del poder político, un desafío más relevante que el cambio económico, la transformación demográfica y el replanteo de su relación con el sistema internacional a partir de su condición de potencia global.
La búsqueda de una “sociedad armoniosa” es la política establecida por el PCCh para lograr esa gobernabilidad, sobre la premisa establecida por Mao Tse Tung y continuada por Deng Xiao Ping, de que China es esencialmente el campesinado.
La búsqueda de la “sociedad armoniosa” surge, ante todo, de la comprobación del retraso de los 700 millones de campesinos, en un país que crece a un promedio del 9% anual acumulativo en los últimos 28 años y que, hoy, es la tercera potencia comercial del mundo, y será la primera en 2010.
“Lo principal es asegurar la capacidad de gobernabilidad, mientras que la tarea más importante del partido y del Estado consiste en concentrarse en el desarrollo económico”, sostiene el Comité Central del PCCh.
Por eso, dijo Hu Jintao, que “la construcción de una sociedad armoniosa es una tarea estratégica del partido y del Estado”; y agregó: “China tiene muchas contradicciones y problemas que afectan la armonía social; y construir una sociedad armoniosa es el proceso mediante el cual los conflictos sociales son resueltos”.
Consiste, precisó Hu Jintao, fundamentalmente, en que “la creciente brecha entre el desarrollo urbano y rural, y entre el desarrollo de las distintas regiones, sea gradualmente revertido”.
La idea del PCCH, en síntesis, es que los problemas históricos de orden estructural no se resuelven como un ejercicio matemático, se procesan.
La condición de la gobernabilidad es que los sistemas políticos tengan un grado similar de complejidad al de los sistemas económicos que orientan, señaló Manuel García Pelayo.
En toda la historia del capitalismo, ningún país ha crecido tanto tiempo a una tasa tan alta como la República Popular. La cuestión es la vinculación que existe entre este crecimiento económico y el sistema político chino.
Este sistema político dista de ser inmutable. Por el contrario, en las últimas décadas experimentó sucesivas transformaciones que se adelantaron a los cambios económicos y los impulsaron.
La primera y decisiva, en la etapa de reformas iniciadas en 1978, tuvo lugar tras la muerte de Mao; y fue encabezada por Deng Xiao Ping. Luego, el entonces presidente Jiang Zemin impulsó la política de las “tres representaciones”, una apertura de la estructura de decisiones del eje del sistema político, el PCCh, a la intelectualidad y a los sectores empresarios mas innovadores. Todos estos procesos, además, fueron acompañados por una profunda renovación generacional de la dirigencia. La tercera renovación es la actual búsqueda de la “sociedad armoniosa”, con Hu Jintao a la cabeza.
La realidad, entonces, es que el sistema político chino busca permanentemente adaptarse a los desafíos que tiene que afrontar, adelantándose a los acontecimientos.
El sistema político chino es la condición de gobernabilidad y la causa del éxito económico del país más poblado del planeta. Es la prueba histórica, en definitiva, de la validez de la concepción de Douglas North, que ve en la fortaleza del sistema político, expresado en un sistema cambiante de instituciones, la causa del crecimiento económico.
“La política es lo primero”, dice Charles Maurras.