Salir de una dictadura cívico-militar hacia gobiernos constitucionales que se mantienen luego de 25 años fue muy importante en la Argentina. El gobierno de facto no sólo fue militar, porque hubo muchos civiles que participaron también, pero haber salido de esa dictadura cruel e infame fue un gran avance. Aquel 10 de diciembre de 1983 había un país destrozado, que hubo que volver a construir. Habían destrozado la nación con una deuda externa que no la contrajo el pueblo y fue creciendo a través de un proceso de usura, intereses y abuso. La deuda que contrajo la dictadura dejó un costo humano de 30 mil desaparecidos
A pesar de ese gran avance, todavía hay mucho por lograr: la distribución de la riqueza para que toda la gente viva en dignidad, falta que concluyan los juicios para que se pueda terminar con la impunidad, que se abran los archivos de la represión para que se conozca la verdad y que los niños apropiados, hijos de desaparecidos, puedan recuperar su identidad.
Néstor Kirchner fue el presidente con el que tuvimos más logros, porque se pudieron declarar inconstitucionales las leyes de obediencia debida y punto final, se pudo avanzar hacia la justicia y se abrieron los campos de concentración que hubo en la dictadura. Hay cosas que no me gustan, que las he señalado. Lo que menos me gusta es la política económica, en lo que todavía falta mucho por avanzar, pero a los gobiernos constitucionales hay que apoyarlos desde la crítica para superar todo lo que dejan las dictaduras. Pero con Kirchner hubo logros para terminar con la impunidad y hubo un reconocimiento a la lucha de nuestros hijos y la lucha de las madres.
Hoy, que un país como la Argentina esté unido cuesta mucho. El país no está unido porque las dictaduras vienen para separarnos y para generar controversias. Es imposible estar totalmente unidos porque todos no pensamos lo mismo, pero es el camino que hay que recorrer. Seguiremos investigando para terminar con la impunidad y luchando para cumplir los sueños de nuestros hijos, que soñaban un país donde toda la gente pueda vivir con dignidad. Se tiene que poder debatir entre los que no piensan igual. Pero es muy importante destacar los avances, ya que es imposible que vuelva a haber un golpe de Estado, porque reaccionaríamos como sociedad. Después de 25 años de democracia, puedo decir con toda seguridad que la sociedad aprendió.
Sin embargo, sigue habiendo amenazas como la desaparición de Julio López, testigo en el juicio contra Miguel Etchecolatz. Su desaparición significó una amenaza para los testigos, a quienes les decían que les iba a pasar lo mismo. Fue una forma de destapar el horror de aquellos años, un horror muy organizado, que viene de la impunidad que todavía existe en nuestro país. A López no lo buscaron lo necesario.
*Cofundadora e integrante de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora.