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“Scioli puede ser un factor de unidad de todo el peronismo”

El secretario de Prensa de la CGT Azopardo y del gremio de los canillitas asegura que el gobernador de la Provincia de Buenos Aires es el mejor candidato del oficialismo. Analiza el paro general que se realizó el mes pasado y advierte que podría repetirse una nueva medida de fuerza. Las diferencias políticas entre Máximo Kirchner y Facundo Moyano.

31 de marzo. “Un paro es la consecuencia de algo. Suelo decir que un paro es el fracaso del diálogo”.
| Sergio Piemonte
Recién llegados de la reunión del Comité Central Confederal de la CGT el diputado Omar Plaini, secretario de Prensa de la CGT Azopardo y secretario general del gremio de los canillitas, acompañado por su jefe de prensa, Martín Bargas, seguramente (pensamos) traen información acerca de posibles paros sindicales en las próximas semanas.
—¿Se habla de la UOM y el transporte?
—Bueno, sí. Ayer se reunió la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (hay allí 27 gremios nucleados en distintas centrales del movimiento sindical) y hoy en el Confederal participaron alrededor de cien organizaciones sindicales, 26 regionales adheridas tanto a la CGT Azopardo como a la CGT Azul y Blanca. Entre otros temas, hablamos del paro realizado el 31 de marzo, la unidad del movimiento obrero y temas como un aumento de emergencia a los jubilados y el tema impuesto a las ganancias.
—Hasta ahora la UIA no quiere negociar más allá del 20%.
—Me parece que hubo expresiones de la UIA que no son acertadas. En primer término, cuando quieren poner un tope a las paritarias. Las paritarias son libres y, como tales, en esta puja que siempre se da entre el sector empresario y el sector trabajador, cada uno tiene sus cifras. Esto tiene que ver más con la realidad que con lo que publican los medios… Después, se termina negociando. No acaba siendo ni ese 18% o 20% que plantean los empresarios ni quizás el 40 y pico que planteamos nosotros. Siempre se busca un acuerdo. Es inevitable que tengamos que discutirlo no solamente porque las paritarias son libres sino porque, además, estamos en un proceso con inflación que afecta el poder adquisitivo.
—Algunos gremios evalúan medidas unilaterales como no trabajar en los feriados. Creo que Pablo Micheli no estaba de acuerdo con esto.
—No sé exactamente lo que planteó la CTA de Micheli pero sí tengo conocimiento que organizaciones nucleadas en otras centrales han expresado esto. Por lo que me comentaron algunos compañeros hoy, en la CGT, éste fue un tema que se abordó hace algunas horas en el sector del transporte.
—Sería un plan de lucha…
—De hecho hay un plan de lucha establecido. Viene de la declaración de enero de 2014 en Mar del Plata y se llevaron adelante movilizaciones y reclamos, paros generales… Nosotros aspiramos realmente a que el Ejecutivo escuche este reclamo sectorial. La sociedad se compone de sectores y hay un sector del movimiento obrero que está afectado por este impuesto a los altos ingresos que nosotros denominamos “impuesto al salario”.
—Creo que en esto hay un acuerdo de todos los ciudadanos…
—Y hay un sector del que se habla muy poco: son los autónomos. Están muy afectados. Con un piso muy bajo y esto hay que tenerlo muy en cuenta. Nosotros aspiramos siempre a que el Ejecutivo brinde una respuesta. A ver…si estamos hablando de colaborar con la parte fiscal del Gobierno, lo entendemos. Ahora, hay sectores en Argentina que no están gravados y que tienen mucha más razón de ser gravados que los trabajadores. Si eso fuera insuficiente (y lo hemos dicho todas las expresiones sindicales que componen el movimiento obrero argentino) veamos cuál es el segmento de trabajadores que debería aportar. Pero, previo a esto, hay otra gran discusión de fondo: hace 15 años que no se modifican las alícuotas, los famosos restos de la Tablita de Machinea. Y esas alícuotas, cuando se produce una negociación paritaria, alcanzan con un salto muy grande a muchos más trabajadores. De hecho, cuando el Ejecutivo las modificó en 2013 ya estábamos en 2.400.000 trabajadores y luego bajamos a un millón. Y así ocurre cada vez que se negocian paritarias. Después se produce un salto muy grande porque esas alícuotas (si no se modifican) son injustas porque, rápidamente, el trabajador con un aumento que está por arriba de los 800 o 900 pesos ya salta dos o tres escalas. Entonces, ¡ese trabajador termina pagando como si fuera un empresario! ¡Algo totalmente injusto!
—Seguramente frente a esto se habla (a falta de una medida de fuerza) de una solicitada a la Presidenta para reclamarle una audiencia justamente para tratar problemas que está planteando el sector de Hugo Moyano, ¿es cierto?
—Esto es lo que se decidió hace algunas horas con los 27 gremios de la Confederación de Transporte. Los compañeros están elaborando una solicitada que van a hacer pública donde se pide al Ejecutivo Nacional una entrevista para tratar nuevamente este tema. Esto fue acompañado hoy por el Comité Central Confederal de la CGT. Nos tomamos un tiempo más y seguimos con este reclamo esperando una respuesta del Ejecutivo.
—Le confieso, Plaini, que me llamó la atención (como una muestra de poco contacto con la realidad) que la Presidenta, al comentar el paro general del día 31 de marzo, dijo que “¡si hubiera habido transportes, la gente habría ido a trabajar!”. Me parece que la razón fue mucho más profunda, ¿no?
—Creo que las razones tienen que ver con varios factores. En primer lugar, no podemos simplificar la medida de acción directa que significa un paro general. Un paro es consecuencia de algo. Yo suelo decir que un paro es el fracaso del diálogo… Ahora, si no nos sentamos alrededor de una mesa y discutimos esta problemática que afecta a un sector de trabajadores que tienen derecho a querer tener una pequeña capacidad de ahorro para acceder a una mejor calidad de vida, siempre queda como que el movimiento obrero reclama para un sector que, según algunos Ejecutivos, constituye “¡la aristocracia obrera!”. ¡Y no es así! Del 90% de trabajadores que no aportan hay un 40% que tiene un promedio salarial de 5.500 pesos. ¡Están todavía muy lejos de esos 15 mil pesos en bruto que aporta un trabajador al que alcanza este impuesto al salario! Esos trabajadores también tienen expectativas y también nosotros lo discutimos en el Movimiento Obrero. No solamente estamos reclamando por ese sector. Reclamamos por todos y porque todavía tenemos altos índices de economía informal que están por encima del 35%. Reclamamos por el trabajo no registrado. Nos parece interesante cuando salió la ley de movilidad jubilatoria, pero hay que dar un aumento de emergencia para ese 70% de jubilados que están cobrando la mínima, lo cual no alcanza a solucionar los problemas que tienen. Nosotros pedimos muchas cosas más. Entonces, repito, la agenda se resuelve si nos sentamos todos a una mesa y la discutimos. El Gobierno, el sector empresarial y todos los trabajadores.
—Después del gran enojo de Méndez, ¿quedó alguna puerta abierta con el sector empresarial?
—Hay que sentarse, sí o sí, con el sector empresarial. Ahora, también me parece que el sector empresarial tiene que ser cuidadoso en sus expresiones. Eso de que “los vamos a sacar corriendo” es una bravuconada. Me parece impropio, innecesario y creo que el empresariado tiene que hacerse cargo de algo. En esto el Ejecutivo ha sido claro: “Si la han juntado con pala –como dijo el Ejecutivo–, que junten un poco menos y miren hacia el sector del trabajo”. No son los trabajadores quienes se llevan los fondos fuera del país: se los lleva el sector empresarial. Entonces hay que repatriar e invertir. También el sector empresarial se acomoda a las distintas etapas de los diferentes gobiernos del país. Es totalmente injusto que se pretenda que la mano de obra sea barata cuando ellos mismos reconocen que, si hay una mano de obra calificada reconocida en toda América Latina, ¡es la mano de obra argentina! Por lo tanto, hay que pagarla… En eso comparto: que se haga un esfuerzo, ganen un poco menos y que se aporte a esta discusión. El país ha crecido a tasas muy importantes y, sin embargo, cuando nosotros, desde la CGT, pedíamos que se generaran más puestos de trabajo en el sector privado, nunca fuimos escuchados… Pero coincido en que hay que hacer una mesa de diálogo con las tres partes.
—A propósito de brechas y acercamientos, su jefe de prensa me comentaba que usted, muchas veces, le ha acercado gente de otros partidos al gobernador Scioli.
—Hace más de un año que lo estoy haciendo. Creo que el mejor candidato que tiene el oficialismo es Scioli. Además del compromiso que ha tomado con este gobierno, es un hombre que ha demostrado no solamente lealtad, sino que Scioli puede ser un factor de unidad de todo el peronismo porque es un hombre de diálogo, sereno. Alguien que escucha. Ha tenido grandes conflictos en la provincia de Buenos Aires. Por ejemplo, con la seguridad, los docentes… y los abordó desde un lugar que es sentarse a escuchar, a dialogar con los que pensaban distinto… Esto me parece interesante. Por ejemplo, el tema de la seguridad que, incluso, reclamamos como movimiento sindical. El trabajador que se levanta a las 4 o 5 de la mañana y que está esperando un colectivo o un tren y resulta que es asaltado y la mayoría de las veces termina agredido. Lo mismo ocurre con los compañeros que trabajan en un remise o un micro. Scioli abordó el tema de la seguridad. No es un dato menor. Por supuesto que la inseguridad en la Argentina no se resuelve fácilmente. Hay muchas causas que la provocan: la pobreza, la falta de desarrollo, el narco…Este es un tema que estamos discutiendo en el movimiento sindical. ¿Qué hacemos con este avance del narcotráfico en la Argentina? Y vuelvo a lo que estábamos comentando: me parece que Scioli es un hombre que puede ser el punto de unión del peronismo como movimiento nacional y popular donde caben distintas expresiones. El peronismo es muy rico en sus corrientes internas. Scioli también ha hecho su experiencia como vicepresidente y dos veces elegido como gobernador en una provincia compleja que significa el 40% de todo en la República Argentina. Por lo que dicen las consultoras es el hombre que aparece hoy con más intención de voto. Tiene temple (lo ha demostrado en la adversidad), serenidad en los momentos difíciles y esa decisión política de ejercer más la capacidad de diálogo.
—¿Qué sector le parece más adecuado para acercarle a Scioli?
—Muchas organizaciones sindicales, como la que yo represento, estamos vinculados con el gobernador desde hace ya tiempo. Incluso, en los 90, ya hacía reuniones en nuestros sindicatos. En aquel tiempo yo no estaba en la conducción. Era opositor. Y él ya tenía afectos muy marcados por todo lo que es el sistema de distribución, edición y venta. Una relación de muchos años…
—Sin embargo, si no recuerdo mal, fue Moyano quien dijo que, en 2015, quería ver a un trabajador en la Casa Rosada…
—Hace mucho tiempo que Moyano viene planteando este concepto. Moyano es uno de los hombres que están haciendo un gran aporte en el movimiento sindical argentino (además de lo que significa su organización y su liderazgo) porque tiene una mirada hacia delante: en algún momento de la historia argentina (como sucedió por ejemplo, en Brasil) piensa que pueden surgir un hombre o una mujer de las entrañas y de las filas del movimiento sindical para conducir los destinos del país. Y aquí quiero agregar algo muy personal: creo que el peronismo es una estrategia de Poder de la clase trabajadora. Y en la dirección a la que apunta Moyano, favorece a que las nuevas generaciones jóvenes que nos siguen puedan llegar a estructurarse de tal manera que un hombre surgido hoy de las entrañas sindicales pueda conducir los destinos del país…
—Bueno, el heredero joven del sector trabajador siempre pareció ser Facundo Moyano ¡pero ahora aparece Máximo Kirchner! ¿Cómo lo ve?
—Facundo surge de las filas sindicales. No solamente es el hijo de Hugo Moyano. Es un joven que dirige una organización sindical, es diputado nacional y va adquiriendo una gran experiencia. Así como también hay una cantidad enorme de jóvenes brillantes en las organizaciones sindicales. Nosotros, los más veteranos, tenemos una gran expectativa frente a ellos. Recién usted se refería a Máximo Kirchner…Ellos hicieron un acto en conjunto en el Luna Park con la juventud política y para nosotros (los que venimos de los años 70) fue un momento maravilloso. Esas dos juventudes enfrentadas estaban juntas en el Luna Park (en vida de Kirchner) y con Hugo Moyano. Era como un reencuentro porque esa juventud caminaba por los ideales del peronismo. Lamentablemente, con el alejamiento que tuvimos en 2011 con el Ejecutivo Nacional, hizo que eso se diluyera. Aspiro a que, en algún momento, tanto la juventud política (que hoy encarnan Máximo Kirchner y otros dirigentes juveniles) y Facundo Moyano y otros dirigentes (muchos de la juventud sindical) puedan encontrarse en ese espacio, que recojan lo mejor de nuestra historia y dejen de lado los enfrentamientos. Que dejen de lado lo que fueron, en algun momento, la Plaza y la Casa de Gobierno de los años 70. Trabajo mucho en esto y quiero decirle que la juventud sindical y la juventud política hicieron sus primeras reuniones en el Sindicato de Canillitas. Y esto me pone orgulloso porque Facundo Moyano, Mariano Recalde, Leonardo Grosso (de la Evita), Martín Bargas de mi organización y tantos otros compañeros comenzaron a reunirse en nuestro Sindicato de Canillitas. Y para mí, en particular, que vengo de los 70, abrir las puertas de nuestra organización sindical es un desafío hermoso. ¡Ver a los jóvenes discutir política fervorosamente es lo mejor que nos puede pasar! Para eso también necesitamos lineamientos generales que transformen aún más esta realidad. Nosotros necesitamos profundizar y aquí vuelvo al principio: la inseguridad es un tema que está hoy en el tope de todas las demandas, ¿cómo se resuelve? Con inclusión social, con justicia. Con pleno empleo. Tenemos que generar empleo para que cada argentino pueda pensar dignamente en su futuro: condiciones de trabajo dignas, salario digno, acceso a la salud, a la cultura, a la recreación y a la vivienda propia.
—Por eso yo creo que la idea suya de poner los ojos en Scioli es más consciente de la realidad que enfrentar a responsabilidades tan grandes a un joven como Máximo, que no tiene experiencia en este sentido.
—Bueno, yo realmente no lo conozco a Máximo pero, por lo que he escuchado y por sus palabras evidentemente sabe de lo que está hablando. Es el hijo de un presidente y de una presidenta. De hecho en su casa se respira política todo el tiempo y está políticamente volcado en forma absoluta hacia La Cámpora. Le repito que no lo conozco como para hacer una evaluación y no me atrevería a hacerla porque sería una irresponsabilidad de mi parte. Pero no dudo que debe estar preparado para esto. Ahora bien, yo le estaba hablando de un candidato presidenciable que es el gobernador de la provincia de Buenos Aires y que es un hombre que ha probado, a través de su gestión, la capacidad que tiene. Espero, entonces, que Daniel Scioli profundice algunas de las cosas que nosotros venimos reclamando. Entre otras, algunas leyes que todavía vienen de la dictadura y que hay que animarse a modificar.