COLUMNISTAS
ucr y peronismo federal

Se aceleraron los tiempos

Las internas del radicalismo y la foto de los principales opositores peronistas al kirchnerismo marcan el incio de la carrera a 2011.

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Fue una semana en la que las internas políticas estuvieron a pleno. Así, a la elección de autoridades de la Unión Cívica Radical en la Provincia de Buenos Aires se le sumó la movida del Partido Justicialista disidente con las fotos de “unidad” de los referentes de su fragmentado universo. Todo esto es consecuencia de la dramática precipitación de los tiempos electorales con vista a los comicios presidenciales de 2011.

Vayamos por partes. En la UCR, la interna para la elección de autoridades del partido en la Provincia de Buenos Aires ha tenido efectos políticos que para muchos son sorpresivos. Esa interna fue la consecuencia de una proverbial incapacidad para generar acuerdos entre los sectores en pugna, encabezados de un lado por el hijo biológico del Dr. Raúl Alfonsín –Ricardo– y, del otro lado, por sus hijos políticos –Leopoldo Moreau y Federico Storani, entre otros– apoyados por Julio Cobos.
El triunfo de Alfonsín produjo una revulsión en la interna del radicalismo con tres efectos inmediatos que se expanden a todo el escenario de la actualidad política nacional: el primero es el de su posicionamiento como presidenciable; el segundo, la revitalización del Acuerdo Cívico y Social; y el tercero, la pérdida por parte de Julio Cobos de su condición de candidato único e inevitable. La situación del vicepresidente y sus aspiraciones electorales se va tornando cada vez más compleja a medida que se acercan los tiempos de definiciones. Es cierto que, sin haberse involucrado directamente en la campaña, los candidatos a los que apoyó cosecharon un porcentaje no desdeñable de votos. Sin embargo, a esta atura de los hechos es también cierto que su actitud de querer ser candidato presidencial por la UCR sin entrar en el barro de la campaña le ha venido deparando tan sólo pérdidas. Le pasó en Corrientes con la segunda vuelta en la elección a gobernador entre los primos Colombi, en la que confluyeron las dos líneas internas del radicalismo –una apoyada por Cobos y la otra por Gerardo Morales– y le ha vuelto a suceder en la Provincia de Buenos Aires. Por lo demás, la inmediata reacción de referentes importantes del Acuerdo Cívico y Social –Elisa Carrió y Margarita Stolbizer– han sacado a relucir una realidad de importancia no menor: a los fines del acuerdo, la figura de Ricardo Alfonsín aglutina más que la de Cobos. El vicepresidente sigue estando bien en las encuestas no partidarias aun cuando también el apoyo a su figura ha declinado.

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Siguiendo con las consecuencias colaterales de la interna radical, tal vez haya que mencionar la foto de la “unidad” de los referentes del peronismo disidente que, sin dudas, ha agitado aun más las siempre procelosas aguas por las cuales transcurre la vida política del Partido Justicialista. En realidad fueron dos fotos trabajosas que marcan que la unidad todavía no se alcanzó. Hubo necesidad de mucha muñeca política para lograrlas. Pero es claro que fue el resultado de un trabajo que se viene haciendo desde hace un buen tiempo. Para el aporte de la foto hubo un trabajo muy fuerte de Francisco de Narváez con Carlos Reutemann. La inclusión de Eduardo Duhalde fue todo un tema. “No lo podíamos excluir, pero la verdad es que su candidatura no levanta”, reconoce alguien de las cercanías de Reutemann, de activa participación en esta movida.

De todos los integrantes de esa foto, el que más perturba al Gobierno es, sin dudas, Carlos Reutemann. El ex piloto de Fórmula 1 viene manteniendo, desde hace meses, un fluido diálogo con Francisco de Narváez. En este marco hay que recordar que, en los hechos, el actual senador por Santa Fe no se ha bajado aun de la carrera presidencial. Su mejor carta, en ese sentido, sigue siendo el misterio. “Miren lo que le está pasando a Macri por haberse apurado”, le han escuchado decir varios de sus allegados.
Reutemann ha dicho que va a trabajar en el armado del PJ disidente y que va a asistir a las reuniones de sus referentes. Alguno de sus representantes estuvo este fin de semana en una reunión en Pergamino en la que se habló, entre otras cosas, de la candidatura de Eduardo Buzzi a la gobernación de la provincia de Santa Fe por el Peronismo Federal.
Entre los asuntos por decidir está el de la participación o no de las internas del Justicialismo. Felipe Solá ha dicho que no. En cambio Duhalde y De Narváez, hasta ahora, han dicho que sí. Para Néstor Kirchner este es un punto fundamental. Su plan es simple: conocedor del desamor que su persona genera dentro del peronismo, apuesta a que con plata todo se cure y que, finalmente, por necesidad de supervivencia, los muchos que no lo quieren en el peronismo lo terminen apoyando. “Si le vacían la interna, Néstor sabe que está liquidado porque la segunda vuelta será inevitable y en ella sus chances son nulas”, explica un conocedor de lo que pasa dentro del PJ.

El campo principal en el cual se está liberando esta batalla es el Conurbano bonaerense. Allí, lo que está pasando en La Matanza merece una mención. Es bien conocido que la población de ese distrito supera a la de varias provincias de la Argentina. La delicada situación de salud de Alberto Balestrini, vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires y hombre fuerte de La Matanza, ha llevado a Néstor Kirchner a involucrarse personalmente en una operación política tendiente a asegurarse el control directo de ese territorio. “Por eso es que está favoreciendo el desembarco en el distrito de Milagro Sala, a la que se la está apoyando con mucho dinero”, cuenta alguien que supo integrar el gobierno de Daniel Scioli. A muchos barones del peronismo bonaerense esto les disgusta e inquieta.
De todos modos, el Gobierno vive por estos días una atmósfera de triunfalismo. El matrimonio presidencial se ilusiona con el efecto “buena onda” de los festejos del Bicentenario, con el boom de consumo y con el eventual triunfo de la Selección nacional de fútbol en la Copa del Mundo. En medio de esa euforia se ha producido el recalentamiento de la relación con los asambleístas de Gualeguaychú. La decisión de la Presidenta de caerles encima a quienes lideran la protesta tensó la situación al extremo. El brusco giro del Gobierno sobre quienes llevan adelante esa medida ilegal –los que han pasado de ser heraldos de las causas justas a delincuentes– no puede sorprender nadie: es una muestra de kirchnerismo de pura cepa.

Producción periodística:
Guido Baistrocchi.