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Ser y parecer de izquierda

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Leo con sumo interés la definición que Andrew Graham-Yooll ofreció en PERFIL del sábado anterior acerca de los seis integrantes de esta sección. Lamentando la falta de polémica que, a su entender, afectó los respectivos análisis sobre el abultado tema Vargas Llosa, Graham-Yooll expresó: “Que media docena de miembros de la clase media ilustrada argentina quieran parecer de izquierda está muy bien, sólo significa encolumnarse en una moda”.
A título personal (creo que sobre este punto sólo es posible expresarse a título personal), debo decir que, en efecto, integro por mi origen la clase media argentina. Y que mis padres se esforzaron para que yo pudiese acceder a un nivel de educación formal que para ellos (secundaria incompleta, mi padre; primaria completa, mi madre) quedó lamentablemente fuera de alcance. Entiendo que a esto se refiere Graham-Yooll cuando dice “ilustrada”, y entonces lo que dice es cierto.

Ahora bien, para mí, que soy de izquierda, resulta un tanto despectivo que se diga que quiero “parecer de izquierda”. Mis convicciones, mis ideas, mi sensibilidad y aun mi esforzada formación quedan así reducidas a una mera cuestión de apariencia. Resulta igualmente reductivo, y acaso aun más socarrón, asociarlo con la completa banalidad de querer encolumnarse en una determinada moda; de esta forma, una posición que se asume honestamente, y que desde luego puede compartirse o no, queda relegada con absoluto menosprecio a la dudosa esfera de la frivolidad.

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¿Debo entender, en fin, que se trató ni más ni menos que de una chicana, de un juego de pirotecnia lanzado para azuzar un poco? Pero esto quizás pueda iluminar qué pasa con la percepción actual sobre el estado de la polémica. ¿Estaremos ya tan habituados a que polemizar implique siempre chicanear y tirar petardos a los pies que, cuando eso falta, lo que se siente es que no hay polémica? Por ejemplo, si yo ahora perdiera la calma y respondiera con irritación, habría “polémica”. Pero no: no pierdo la calma; a cambio redacto estas respetuosas ideas y le envío a Andrew mis más cordiales saludos.