Se cerraron las listas. Se develó el misterio. Massa tiene su propio Frente que se parece a esas cabezas mitológicas con dos frentes en sentido inverso pegadas por la nuca que se ofrecen alternativamente. Ha sido revelador que un candidato que nunca se pronunció sobre los problemas nacionales, que nunca dijo nada sobre nada, sin por eso padecer para bien o para mal la parquedad genética de Reutemann o de Binner, sino por un silencio por adquisición estratégica y evitamiento calculado de todos y cada uno de los dilemas y de las agitaciones semanales que conmueven a la clase política, a los medios de comunicación, a sectores de la ciudadanía, ha sido, decía, sorprendente, que desde hace más de un año las encuestas lo sitúen en la cumbre de la buena imagen y en el tope de las preferencias ciudadanas.
Las consultoras lo adoran, o le cobran, no a él necesariamente, ya que hay sponsors detrás de muchos candidatos, y algunos ricos sin duda. El mundo de la llamada financiación de la política es muy exótico, pero llama la atención que tenga tanto éxito mediático el mensaje en nombre de doña Rosa y don Ramón que dice que la gente quiere soluciones concretas para sus problemas cotidianos y no que se le hable de la corrupción, de la Justicia, del pacto con Irán, de la inflación, del Indec, del narcotráfico, de la prensa, del vamos por todo, de las inundaciones y del Sarmiento, es decir las palabras típicas del pragmatismo inodoro y del liberalismo abstemio.
Ahora al fin Massa está en el ruedo entre la oposición con la que no se identifica y con un oficialismo que apoya con matices. Se me ocurre que el origen de esos matices son los siguientes.
Hay tres sectores que se disputan espacios dentro del peronismo. El kirchnerismo duro que moviliza a La Cámpora y pretende ocupar todos los espacios de poder posibles; una liga de gobernadores del ex duhaldismo como De la Sota, Rodriguez Sáa, junto a gremialistas como Venegas o Moyano junto a portavoces de sí mismos; y una red de intendentes de la provincia de Buenos Aires que teme por su futuro.
El ex duhaldismo es piantavotos. Es el pasado pisado, son parte del elenco del que se vayan todos, y persisten por inercia. Por su lado los de La Cámpora quieren todo, eso es lo que les enseñaron. Finalmente, algunos jefes territoriales de la provincia de Buenos Aires si no se mueven, si no se asocian, la falange juvenil con obediencia vertical se los van a llevar puestos. Por eso no les queda otra que unirse ya que no tienen defensa alguna en la medida en que Scioli no quiere confrontar con el poder y quedarse crucificado los dos próximos años con una provincia incendiada y todo el mundo en contra.
Sin Scioli queda Massa que es el que tiene la idea de que una bancada legislativa compuesta por un kirchnerismo no camporista puede hacerse oír y necesitar hasta fabricarse un lugar en el futuro y lograr la bendición de Cristina en caso de que los necesite para la reforma constitucional, por ejemplo. Esto no es teoría conspirativa sino negociaciones o negocios. Cuando Massa dice que la reforma es su límite, podemos imaginar al menos por experiencia ajena que ese límite puede correrse.
Scioli juega otro juego. El establishment –es decir los que mandan– sabe que el mejor modo de superar al cristinismo es con el kirchnerismo, es decir con un cambio suave y prolijo. Nada de escándalos, juicios, medidas a contracorriente del modelo, sacudones fuertes, todo eso lleva a la gente a la calle para que otra vez griten que se vayan todos. Medidas correctivas lo más indoloras posibles y tranquilidad para los bolsillos tanto pequeños, otros agujereados, como algunos grandes, mientras la caja lo permita.
Si no hay reforma hay Scioli, y si hay reforma, Scioli espera y piensa porque tiempo va a tener de sobra.
La falsificación. Respecto de la Ciudad de Buenos Aires, hay internas cerradas salvo en la centroizquierda, la única que no constituye una falsificación de todas las presentadas si es que entendí bien el procedimiento. No hay interna si se presenta una sola lista, no hay apertura si no compiten varios candidatos bajo una misma sigla, y de nada sirve si los que pierden no acompañan a los que ganan con el mismo sello.
La dupla Prat Gay con Vicky Donda se llama “Juntos”, la de Pino y Lilita “Coalición Sur”, y la de Terragno y Lousteau “Sumás +”. El hijo de Illia también quiere presentarse. Todos se agrupan bajo la sigla “UNEN”.
Paralela a esta elección se puede conjeturar si el compromiso que los “une” a los únicos que compiten se mantendrá. Quienes quieren abrir apuestas que las hagan. Se aceptan cedines. Imaginemos escenarios. Supongamos que gana en la llamada centroizquierda o progresismo la dupla Alfonso Prat Gay - Victoria Donda. ¿Por qué imagino esta posibilidad y no otra? Porque es una dupla nueva en la que luchadores por los derechos humanos y los derechos sociales como Donda y Tumini han conformado una alianza política con un ex ministro que sabe de economía, que es republicano y que conoce el mundo financiero.
Es decir gente que se preocupa por la distribución de la riqueza, pero que también toma en cuenta el modo en que se la crea en el mundo del siglo XXI.
Si Prat Gay habla de economía que es lo que sabe, si Donda y Tumini de derechos humanos y política para la juventud, es decir educativa, y Gil Lavedra de Justicia, en el Senado y en Diputados habrá resistencia al vamos por todo antidemocrático.
La apuesta radica en ver si Lilita y Pino cuando se muestren en público lo hagan con sordina y sólo si es para apoyar incondicionalmente a los ganadores, y que Lousteau se sume al equipo de Prat Gay y Terragno asesore a la joven Victoria. De este modo el UNEN se vuelve un conjunto más orgánico y comienza a construir su propio espacio político con propuestas nacionales.
Por ahora los candidatos de la centroizquierda no tienen tropa ni territorio. Tampoco tienen la caja que junta tropa y administra territorio. Si bien es cierto que los medios de comunicación son cruciales para hacerse conocer y conseguir votos, no estaría de más que no se circunscriban a desfilar por Hora Clave, La Cornisa, A Dos Voces, Tiene la palabra, Con Voz Propia, Desde el Llano, Periodismo Para Todos, todos los programas a los que van los capitanes sin tropa ni territorio. También sería auspicioso que se especialicen en ciertos temas porque no son candidatos a presidente ni deben saber de todo. Que se repartan la tarea.
No hablo del PRO ni del FpV porque es más de lo mismo ni del asambleísmo revolucionario porque la única revolución que existe es la científica y en política se trata de cambiar a veces, y de conservar otras por la vía de la consulta general, individual y secreta en una república con división de poderes.
Observar y pensar. Este clima electoral coincide con ciertos acontecimientos cercanos que nos hacen pensar. El Mercosur tiembla. Los indignados de Brasil son en su mayoría jóvenes. En Chile los estudiantes ocuparon las calles en más de una oportunidad con el efecto de replantear la política educativa y hacerla reflexionar a Michelle Bachelet.
En nuestro país los jóvenes no salen a la calle porque el Gobierno asegura que piensa en ellos. El ministro de Educación dice que de ser joven él también ocuparía colegios. Cada vez que habla la Presidenta en la plaza o ante un monumento canta un rockero. Pueden votar desde los dieciséis, y a pesar de que se diga que la inscripción de los jóvenes fue un fracaso porque son pocos y no representan un estamento numeroso de la sociedad, el hecho de que hayan llenado el formulario el 54% de la masa joven, en realidad, es una cifra impresionante. Cuando más de la mitad de adolescentes hace un trámite para participar de las elecciones es porque hay ganas de votar.
El oficialismo se congratula de que en nuestro país los jóvenes no están indignados porque todos pueden ir a la universidad pública y se pueden quedar en la institución todo el tiempo que quieran. Pueden tener un transporte a satisfacción cuando no hay accidentes fatales porque los pasajes de tren y colectivo están subsidiados en un porcentaje tan alto que son de los más baratos del mundo. Unión libre, maconia inimputable, conciertos gratis, celu, tuits y Facebook a reventar, sólo falta desde el poder que llamen al mago de Oz.
Los manifestantes brasileros han mostrado que no tudo es bem ni tudo bom. Denuncian la corrupción en el Estado, en el Congreso y en los partidos políticos, aunque parece que por ahora se salva Lula. Ellos hacen lo que hicimos nosotros en el 2001. Quieren que se vayan todos.
Por acá en la denuncia a la corrupción hacemos algo parecido, pero a pesar de las apariencias no es lo mismo. El desfalco de los fondos públicos del personal gubernamental entre nosotros ha quedado acotada a un par de nombres. Se acusa de enriquecimiento ilícito a Néstor Kirchner y familia, junto a Boudou y alguno socios más.
Una seguidilla de acusaciones de este tipo tiene poca monta, y no por falta de pruebas, sino porque erra en el blanco. Cuando Néstor Kirchner decía que para hacer política se necesita mucho dinero dijo una verdad de Perogrullo. Esto no significa que sólo un rico puede ser diputado o presidente, pero pobre tampoco. Puede escalar pero llegar y mantenerse, difícilmente pueda conseguirlo sin moneda. La corrupción está mal y la pureza también (San Juan 8:1-7).
Por otra parte acusar a un presidente fallecido que no puede defenderse para debilitar a su viuda no es muy bien visto, más aún si muchos consideran que el ex presidente se hizo cargo de un país en llamas. Salvo que se crea que fue Duhalde quien se sacrificó antes de retirarse tras la muerte de Kosteki y Santillán.
Por eso sería un avance que los candidatos elegidos en las primarias si son de centroizquierda no se dejen fijar la agenda por lo que quieren difundir los medios opositores, que acepten invitación de medios oficialistas si es que los invitan, y que propongan sus temas y fijen sus
prioridades.
*Filósofo. www.tomasabraham.com.ar