Después de una semana de terror, la que viene le dará a Mauricio Macri varias postales, en donde podrá recuperar lustre internacional, y un poco del popular. La gira que encarará esta semana podría, desde las imágenes, aportar un capital en extremo relevante para un gobierno sin mayorías legislativas y una opinión pública poco dispuesta a seguir bancando un proyecto que demora en concreciones de mejoras palpables de la calidad de vida.
En cambio, la fastuosidad con que será recibido Mauricio Macri en Madrid no tendrá registro cercano para presidentes argentinos. Y tal vez tampoco para el propio rey Felipe VI. Visto desde los intereses de la península, la presencia del argentino reinaugurará las visitas de Estado, congeladas con el apagón político que dominó a los españoles durante casi dos años de falta de conducción en el gobierno.
Será fastuoso porque reunirá distintas aristas en pocos días, que le permitirán modular hacia la política argentina. En las últimas semanas pagó altos costos políticos por la imprevisión de los alcances de la resolución con el ajuste previsional inferior al previsto; el conflicto de intereses que abría el acuerdo concursal del Correo Argentino y la dureza extrema y caprichosa con el gremio bancario. De los dos primeros tuvo que dar marcha atrás, y del conflicto gremial, fue salvado por un banquero como Jorge Brito, militante de la primera hora del renovador Sergio Massa. Es decir, de otro más que no es “del palo”.
Momentáneamente, esos costos quedaron ocultos por la “agenda Milani”, un cisne blanco que le dio oxígeno a Cambiemos, vaya uno a saber por cuánto tiempo. Su lucha interna por resolver la crisis de candidaturas hacia las elecciones legislativas los está consumiendo.
Con el objetivo excluyente de las elecciones legislativas, siguen sin aparecer datos significativos de una recuperación económica. Como anticipó PERFIL, esta semana se conocerá el plan fiscal del ministro Nicolás Dujovne, que consistirá, en esencia, en un encarrilamiento de las cuentas fiscales, a través del racionamiento del gasto público. El propio presidente Macri reiteró el martes que las prioridades del Gobierno son encaminar el déficit y reducir la inflación. Más sacrificio y menos posibilidades de crédito, a juzgar por las perspectivas que sigue viendo en materia de precios el Banco Central.
Varias postales balsámicas en términos de opinión pública provendrán del mundo empresarial. Allí se busca volver a atraer a empresas ibéricas. Que vuelva a ser el primer inversor en la Argentina es el leitmotiv. La agenda contempla cuatro encuentros de peso. Uno, en un seminario que organiza la CEOE, la poderosa cámara que agrupa a todas las empresas de España. Otro, el seminario que organiza Prisa, donde será entrevistado por Juan Luis Cebrián, y donde expondrán las cabezas de las principales empresas hispanas. En otro evento, el Foro de la Nueva Economía, será premiado Macri. Rajoy le entregará el reconocimiento.
Overbooking. Dicen los organizadores que están overbooking todas las presentaciones de Macri & Co., lo que da cuenta del desarrollo de la economía de la península, incluso a la salida de la crisis. Sobre todo porque la mayoría son del sector pyme español. Otro encuentro más selecto será el que tendrá el Presidente con las empresas integrantes del Ibex 35, el panel de compañías líderes que cotizan en la bolsa española. Será otra oportunidad para el cara a cara, por ejemplo, con Telefónica, con quien está pendiente el litigio en el cual el gobierno argentino laudó favorablemente al desarrollo de Clarín en las comunicaciones móviles.
Todas las grandes empresas españolas solicitaron audiencias individuales para verse con Macri, aunque no saldrá de allí mucho más que lo anunciado ya en la Argentina, donde el nivel de interlocución de las partes es eficaz y fluido, coinciden en ambos lados.
Habrá postales estratégicas, consecuencia de la sintonía política entre el PP español y el PRO. España ha sido, infructuosamente, el primer y casi único defensor en Europa de un acuerdo UE-Mercosur. La explosión proteccionista de Trump reavivó el interés por la alianza comercial atlántica desde el Viejo Continente y España busca su lugar.
Otra foto, la de un abrazo entre Antonio Brufau, presidente institucional de Repsol, y Macri podría sellar la amistad, a pesar del juramento del catalán de que la petrolera no volvería a la Argentina. Habrá registros del arte, con la foto de Macri y el Rey en la inauguración de Arco, exposición internacional donde la Argentina es el país invitado. Pero la foto más esperada, dedicada a la popular, es la que podría reunir a Macri con Leo Messi, y tal vez el Cholo Simeone, en el marco de una convocatoria a deportistas argentinos que actúan en la península, organizada por el diario deportivo Marca. Entre Milani y los brillos de las glorias deportivas, se busca un nuevo tiempo, sin índices de inflación y actividad que compliquen la fiesta.