COLUMNISTAS
enemigos

Spoiler: ¡Dracarys!

default
default | CEDOC

Blanca y central, con su sonrisa de acariciar caniches, la señora Kirchner posó junto a su tropa de combate. Descendiente de los Targaryen de Tolosa, Cristina “Khalessi” Madre de Loros está decidida a atacar la capital y recuperar Los Siete Reinos, que se encuentran bajo el dominio de un Vil Usurpador. Como explica a quien se le ponga delante, el Reino le ha sido arrebatado por una extraña alianza de sus enemigos: aun si los habitantes eligieron ese monarca, lo hicieron engañados. Porque ella es la única destinada a ocupar el Trono de Hierro.

La foto muestra la suma de sus ejércitos: Moyano, líder Dothraki del Camión, Lady Magario, de los Tyrell de La Matanza, y el KingSlayer Scioli, galán de brazo de oro. Wado, su Mano tartamuda, y el general Rossi, experto en el arte de perder misiles; como representante de los guerreros eunucos fue Filmus.

Cristina venía de atravesar el fuego judicial hasta que, cuando faltaba una semana, su juicio por corrupción se postergó y salió ilesa. ¿Quién necesita un deux ex machina cuando se tiene una Corte argentina?

En Sinceramente, su novela debut, Cristina cuenta que su serie favorita es Game of Thrones. Ya desde el Trono tuiteaba su admiración por Daenerys, la reina que se hizo de abajo: ambas mantienen una explícita postura populista. Khaleesi quiere liberar a los pueblos de la esclavitud; declama que todo lo hace por su gente. La libertad solo es posible bajo su égida; cualquier otra cosa es mentira, violencia, dictadura y usurpación.

El ideal revolucionario justifica los medios; solo sobrevive si es vencedora (“ganás, o morís”, dijo Cersei, otra reina despiadada). En el último capítulo (spoiler), Daenerys dirige un blitzkrieg de fuego, incinerando a miles de inocentes desde el lomo de su dragón. Los espectadores aullaron y culparon a los guionistas: ¿por qué arruinaban así a un personaje? Pero no hay nada más propio de Khaleesi que hacer exactamente lo que hizo.

La Khaleesi sabe que todos la han traicionado. Los civiles que votaron al usurpador, incluso los generales propios que buscaron despegarse de ella. Sin el amor puro de su lado, solo le queda el miedo, del que antes se conformaba con “un poquito”. Nunca tuvo reparos en asar gente viva, ni en usar la fuerza del Estado contra sus enemigos, incluso si el mismo pueblo que ella dice rescatar. Al enemigo ni justicia es la frase de Perón, que en idioma High Valyrian se dice: ¡Dracarys!