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Sueño de una noche de verano

Listo. Finalizó la elección legislativa y se despejó una de las incógnitas que sobrevolaban la economía. El escrutinio final dice que el oficialismo tuvo una masiva fuga de votos y estaría obligado a implementar cambios económicos.

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Listo. Finalizó la elección legislativa y se despejó una de las incógnitas que sobrevolaban la economía. El escrutinio final dice que el oficialismo tuvo una masiva fuga de votos y estaría obligado a implementar cambios económicos. Eso abre la pregunta obvia: ¿Habrá cambios? ¿Serán suficientes para modificar el humor del mercado, activar el consumo, la producción, el empleo y alejar el aroma a crisis que revolotea por ahí? ¿O todo seguirá parecido, con el Gobierno poniendo criptonitas en el sendero económico, fantaseando con chocarlas sin sufrir daño (la criptonita es la piedra que quitaba poderes a Superman)?
El resultado electoral por sí mismo no cambia nada en la economía. Pero el 28-J se convirtió en punto crítico para la paciencia de empresarios, inversores, ahorristas y consumidores temerosos sobre el futuro del empleo y sus ingresos. En otras palabras, el 29-J comienza la cuenta regresiva en la Argentina, y el dilema es: seguir cayendo, plancharse en el llano o retomar el crecimiento.
Encaminarse en una u otra dirección dependerá de la lectura electoral que realice el Gobierno, y las opciones son:
–Ignorar el resultado: El Gobierno ignora la derrota y profundiza el modelo actual.
–Lectura superficial: Toma nota de la derrota, baja su nivel de confrontación pero impulsa cambios económicos muy leves.
–Lectura realista: El Gobierno reconoce pérdida de votos y poder, y se esfuerza en recuperar credibilidad impulsando cambios económicos profundos.
–Lectura trágica: Se llama elecciones anticipadas.

Decisión final. En los próximos días todos estaremos pendientes de cuál de estas cuatro lecturas hará el Gobierno, porque de ello dependerá el rumbo de la economía.
Las probabilidades que el Gobierno “ignore el Resultado” no son menores. Si se las cuantifica en base a fundamentos, algunos intuitivos y otros más objetivos, podría decirse que hay 25% de probabilidades que se elija ese camino. Las consecuencias serían inmediatas: se agravarán las condiciones económicas actuales y será inevitable una mayor caída en la actividad, aumento del dólar, más inflación, menos empleo, mayores controles en el mercado para garantizar la liquidez y deterioro fiscal y financiero.
Sin embargo, son muchas las probabilidades (55%) de que el Gobierno elija hacer una “lectura superficial” del resultado, tomando nota de la pérdida de votos e impulsando leves cambios económicos. En ese caso, hay dos resultados posibles: 1) que el mercado le crea y reaccione bien, lo que reduciría el temor económico e iniciaría la recuperación; o 2) que el mercado reaccione con cautela, lo que estabilizaría las tasas de caídas pero demoraría la recuperación.

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Realismo. Si se eligiera hacer una “lectura realista” (las probabilidades que ello ocurra no superan al 17%) y se impulsan cambios más profundos que van desde modificar la forma de gestión, limitar el avance del Estado, blanquear las estadísticas, diseñar políticas económicas para enfrentar la crisis y recuperar la confianza, la economía seguramente comenzaría a repuntar. En una opción extrema, el Gobierno podría hacer una “lectura extrema” y cumplir aquel vaticinio de irse, lo que derivaría con mayor seguridad en una situación de incertidumbre muy fuerte en el mercado.
Si en base a las probabilidades asignadas a cada escenario, se intenta determinar cuál será la tendencia de la economía en los próximos meses, se puede decir que: con el resultado del 28J, hay un 27,7% de probabilidades que se agrave la recesión en los próximos meses, pero un 38,8% de probabilidades que la economía estabilice sus tasas de caída con una recuperación leve, y 33,5% de posibilidades que haya un repunte firme.
En definitiva, las posibilidades de caer más, estabilizar las caídas con un leve repunte o esperar una reactivación firme, son muy similares. Pero queda claro que, si el objetivo del Gobierno es reactivar la economía y revertir el deterioro de los indicadores sociales, deberá hacer una “lectura realista” del resultado electoral. No se entendería por qué, siendo tan simple la forma de superar esta crisis, se elegiría continuar chocando criptonitas. Aunque en una economía de lo absurdo como la Argentina, todo es posible.

*Economista y directora de CERX.