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Un estado de cosas

El Suplente 20221022
"El suplente", de Diego Lerman. | Télam

Todo indica que el de la educación es un tema de preocupación general. Pero a veces, los discursos en los cuales dicha preocupación se manifiesta parecen llegar solamente hasta la puerta de entrada a las aulas. Como si el asunto se agotara en eso, en hacer que los estudiantes estén efectivamente en la escuela; y luego lo que sucede ahí queda a veces relegado y a veces hasta directamente omitido. Es obvio que la presencia en clase es primordial; por eso no puede sino resultar preocupante que algo la dificulte o la impida (por ejemplo, una pandemia, algo tan excepcional y disruptivo como eso). Pero una vez que las puertas se abren, una vez que los pupitres se ocupan, la cuestión educativa apenas comienza (aunque algunas alarmas y algunas consternaciones lleguen estrictamente hasta ahí).

Diego Lerman aporta una mirada notable sobre ese espacio, el de las aulas, en El suplente, su última película. ¿Qué empieza a suceder (o a no suceder), qué dinámica se activa (o se empasta), una vez que están todos en el aula y una clase comienza? Por supuesto que esta especie de espacio propio que así se genera y se obtiene no es hermético ni está encapsulado. Existe siempre en relación con un contexto, y en verdad, con varios contextos: el institucional, el barrial, el estatal, el contexto social en un sentido más amplio, que además puede no ser el mismo para el docente que para los estudiantes.

Diego Lerman aporta una mirada notable sobre el espacio de las aulas en "El suplente"

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El suplente aborda con sutileza todas esas dimensiones. Y pone en fricción por lo pronto dos: la del futuro educativo en el marco de una familia pequeño burguesa y la del futuro educativo en un barrio socialmente relegado. En un caso, el futuro plantea un conflicto; en el otro, el futuro (su posibilidad, su imposibilidad) se vuelve un conflicto en sí mismo. Lerman evita los subrayados del costumbrismo, no menos que el pietismo confortable del arte redentor. Acompaña a su personaje con la misma combinación de involucramiento y discreción que ese personaje adopta para acompañar los problemas que se presentan en el aula, en la escuela, en el barrio, en la educación.

Un suplente ocupa un lugar que no es propio ni está asegurado. Es de por sí una buena definición acerca de un estado de cosas.