COLUMNISTAS
soluciones, lejos de las elecciones

Un falso dilema para los dueños de la pelota

Gobierno y oposición prefieren no encarar desde sus discursos los problemas de fondo de la economía. El dilema fiscal del país no se resuelve con la cuarta categoría del impuesto a las ganancias.

default
default | Cedoc

Siguiendo el planteo marcado en Tecnópolis, la Presidenta, dueña de la pelota política por ser la jefa del partido “más votado” en las PASO, se reunió en el sur con algunos de los dirigentes empresarios y sindicales más importantes, dueños, según ella, de la pelota económica. Así, la Presidenta va consolidando su estrategia de ningunear a los opositores, dejándolos como meros “gerentes” y segundones y, a la vez, seguir mostrando iniciativa política y poder, al mantener obsecuentes y silenciosos a los verdaderos dueños.
Si esta línea de campaña le servirá o no para recuperar parte de los votos perdidos en estos años, evitar la tradicional “garrocha” peronista para saltar hacia los nuevos liderazgos y, simultáneamente, “controlar” los dos últimos años de su gobierno, lo sabremos después de octubre.

Pero lo que sí sabemos hoy es que los problemas de fondo que mantienen a la economía argentina en un escenario de bajo crecimiento, alta inflación, pérdida de reservas, etc., no se solucionarán como resultado de esta reunión, ni de las próximas.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Y esto es así porque la Presidenta, en dicha reunión, se limitó a plantear que, dado que estamos mejor que Australia y Canadá, que el mundo desarrollado se cae a pedazos, y que la mayoría de los vecinos están sometidos a políticas relativamente ortodoxas y fracasadas, hay que ratificar el rumbo. En todo caso, su único problema es recuperar el favor del 10% de los trabajadores alcanzados por el impuesto a las ganancias, pero “sin desfinanciar” al Estado. Para lo cual le solicitó a los dueños de la pelota que sean responsables, no como sus gerentes, y le sugieran “a quién le sacamos” para devolverles algo a los muchachos de Moyano, y a la porción de la clase media que integra el conjunto cuya base imponible de ese impuesto no fue actualizada.

Pero, lo cierto es que el problema “fiscal” de la Presidenta, de su gobierno, de los opositores que serán gobierno desde el Congreso y de la sociedad argentina en general, trasciende el dilema de reemplazar un pedacito del impuesto a las ganancias por algún otro invento impositivo.

El verdadero problema fiscal de la Argentina es que, a pesar del récord de records de ingresos y presión impositiva, el gasto se ha desbordado de tal forma que se necesitan las reservas del BCRA y las máquinas de Ciccone funcionando a full para financiarlo. Y aún así, se acumula deuda con jubilados, exportadores, sentencias no pagadas por fallos en el exterior, por compra de energía a los países vecinos, con los tenedores de bonos en default, etc.; más la deuda no contabilizada del pasivo previsional de los próximos años, por la irresponsabilidad de gran parte de la clase política que reformó el sistema jubilatorio sin hacer una sola cuenta; más la inversión en infraestructura no hecha; más...

Y ese gasto incluye un récord de subsidios a los precios de servicios públicos, creando un ambiente artificial e insostenible de precios relativos.

Presión impositiva récord, más desequilibrio fiscal financiado con inflación y reservas, más precios relativos totalmente distorsionados, obligaron al cepo y a devaluar por debajo de la tasa de inflación para no atizar más el desequilibrio, generando pérdida de competitividad, freno a la inversión, al empleo privado y al crecimiento.

El problema fiscal de la Argentina trasciende al impuesto a las ganancias. Por más “marketinero” que sea. Los dirigentes empresarios y sindicales que estuvieron con la Presidenta ya la consideran “un caso perdido” y, en lugar de contarle verdades, prefirieron escuchar mentiras y empezar a conversar con los líderes opositores. Es otra estrategia. Los líderes opositores prefieren hablar generalidades y eludir los temas de fondo para no asustar al electorado. Es otra estrategia.

Gran parte de la sociedad ya sabe que le cuentan mentiras, pero prefiere no escuchar las verdades.
El “clima populista” nos ha invadido a todos, pero, en algún momento, habrá que dejar atrás los falsos dilemas y las estrategias de campaña y encarar las verdades.
Afortunadamente, todo tiene solución, cuando se abandonan las mentiras y se plantean los verdaderos dilemas.