Todo consumidor de un medio periodístico exige de éste algunas garantías: que sea veraz; que todas las campanas repiquen en cada uno de sus textos; que su información esté fundada en fuentes confiables; que no esté entregado a intereses sectoriales, políticos, económicos, religiosos; que aporte los mejores materiales de lectura, de formación y esclarecimiento. Este último ítem es el que quiero abordar específicamente, en relación con el espacio dedicado por PERFIL una semana atrás, en su suplemento Domingo, a un fragmento del libro Doble agente. La biografía inesperada de Horacio Verbitsky, que publicó en fecha reciente Gabriel Levinas por Editorial Sudamericana.
Quiero advertir que no me referiré al tema central del libro, una investigación periodística acerca del columnista de Página/12, el mismo autor de varios volúmenes de investigación, presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y ostensible actor principal en las estrategias de comunicación de este gobierno. Y sólo será un capítulo “de color” la pública reacción de Levinas ante lo que consideró un complot pro Verbitsky consumado por este diario y su conducción editorial, o bien la postura sesgada del editor de Domingo, Rodrigo Lloret, en favor del biografiado.
Comenzaré por la cuestión central: ¿es el fragmento elegido el más representativo y –éste es el corazón del tema– el de mayor atractivo para el lector? Debo decir que, a mi juicio, no lo es. Hay en el libro tramos mucho más jugosos, más cercanos a lo que el lector de PERFIL suele encontrar habitualmente en ese espacio. Hubo, aquí, un error del editor Lloret al evaluar qué era mejor para quienes compran este diario cada domingo. No le atribuyo a esa decisión intencionalidad parcial alguna porque no surge de lo que investigué que ésta haya existido.
Dicho esto, que en verdad es lo que más interesará a los lectores, paso a detalles que importan para una completa evaluación de lo ocurrido.Desde el mismo domingo 6 y al menos hasta el jueves 10, el autor del libro expuso insistentemente en las redes sociales y medios masivos acusaciones contra PERFIL por lo que consideró una campaña en favor del columnista de Página/12 y también textos cuasi insultantes contra Lloret. “Increíble maniobra a la q se prestó Perfil al publicar el adelanto d mi libro pactado con la editorial y poner solo la versión d Verbitsky”, escribió en un tuit. “Con la conducta de mujer golpeada, Fontevecchia publica en el adelanto del libro sólo la versión del Perro”, insistió. “Me piden exclusividad para el adelanto del libro y se mandan esta opereta. De no creer”, se quejó. También apuntó al editor: “La celada a la que se prestó @rodrigo_lloret es clara, pedir la exclusividad del adelanto y evitar que salga algo representativo del libro”.
Considero estas definiciones excesivas, injustificadas y fruto de una ira no compatible con la mesura esperable de un periodista avezado.
El autor tiene derecho a sentirse molesto por una elección no coincidente con sus expectativas, pero Levinas cruzó una línea que divide la buena conducta profesional de la barricada personal.
Pedí a Florencia Ure, de Sudamericana, y a Lloret, precisiones acerca de cómo fue acordada la publicación y quién tuvo la potestad de seleccionar el fragmento. De sus respuestas surge que se siguieron los procedimientos habituales entre editoriales y PERFIL, y que la decisión de elegir ese fragmento fue del editor Lloret. Pedí a Levinas un texto de 500 caracteres para conocer de primera mano las razones de su enojo. Escribió 1.200, lo que obliga a sintetizar su respuesta sin modificar lo esencial: “(...) A pesar de lo claro que resulta para cualquier lector avezado dónde termina un texto y dónde comienza el material documental y todos los elementos que sirven para respaldar el texto central, Rodrigo Lloret utilizó para el adelanto del libro Doble agente (...) un pequeño cuestionario agregado después de concluida la obra (...) En realidad, las respuestas contrastadas con documentación y argumentos estaban a lo largo del texto central en donde correspondía cronológicamente.(...) Lloret prefirió sin embargo poner exclusivamente la versión de Horacio Verbitsky, que no solamente está refutada en el libro sino que no representa en absoluto su contenido. (...) Personalmente, viví esta decisión del editor como una verdadera celada, ya que la exclusividad que Editorial Sudamericana pactó con PERFIL abortó la posibilidad de hacer el adelanto de manera adecuada en otro medio de difusión masiva. Lamento que mi enojo al sentirme traicionado haya caído sobre personas que no estuvieron involucradas con este despropósito”.
Para este ombudsman, fin de una polémica que nunca debió existir.
Error. Ayer se tituló “Francisco vendría a beatificar a Brochero”. Debió decir “canonizar”.