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Una elección que da risa

Ninguna definición institucional ni predicción sobre qué hará el futuro presidente encaja seriamente en un país surcado por graves denuncias.

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Llego al edificio de mi productora de contenidos y veo a Carla, mi asesora de imagen; a Moira, mi secretaria; a Matías, mi personal trainer; a Bruno, mi director audiovisual; a Marcos, mi coach; a Leticia, mi gerenta comercial; y a Lucas, mi asesor creativo, tirados en los cómodos sillones de la sala central, riéndose a carcajadas.

—La juventud está politizada y va a bancar este proyecto –dice Matías.
Carcajada general.
—Ideológicamente, este gobierno está a la izquierda de esta oposición –dice Bruno.
Carcajada general.
—Moralmente, la mayoría de esta oposición es mucho más honesta que este gobierno –dice Moira.
Carcajada general.
—A este país lo que le falta es calidad institucional –dice Carla.
Carcajada general.
—Ojo que la lapicera la va a tener Zannini, Daniel va a tener que venir al pie –dice Lucas.
Carcajada general.
—Si Daniel se corta solo va a haber una manifestación popular bancando las conquistas kirchneristas –dice Leticia.
Carcajada general.
—Fútbol Para Todos se va a mantener, pero no va a haber publicidad del gobierno –dice Marcos.
Carcajada general.
—El 11 de diciembre se levanta el cepo al dólar, la jubilación va a ser del 82% móvil, los planes sociales se triplican, y todo sin aumento de impuestos –dice Moira.
Carcajada general.
—La gente está pidiendo progresismo –dice Bruno.
Carcajada general.
—La gente está pidiendo honestidad –dice Leticia.
Carcajada general.
—Lo que a la gente realmente le molesta es que haya tanta cadena nacional y tanta soberbia –dice Lucas.
Carcajada general.
—No da para sospechar que la embajada norteamericana se mete en la política argentina sólo por las cosas que publicó WikiLeaks, porque eso no es periodismo –dice Marcos.
Carcajada general.
—Claro, el periodismo es imparcial, absolutamente independiente del poder político y no se presta a operaciones –dice Matías.
Carcajada general.

Están muy concentrados en lo que están diciendo. Parece un juego, no alcanzo a entender bien. Parecen divertidos. Me pasaría toda la tarde observándolos, pero tengo que escribir mi columna política y necesito que se pongan a trabajar ya. Me acerco para ver si registran mi presencia.

—Este gobierno es muy bueno porque combatió desde siempre a los jueces de la servilleta y a la corporación judicial, más allá de esos once años en los que tuvo que acordar con ellos por cuestiones tácticas –dice Leticia.
Carcajada general.
—Este gobierno es un desastre porque primero protegió a los jueces corruptos de la servilleta y luego combatió a esos mismos jueces cuando se volvieron magistrados probos e intachables, defensores de la república y las instituciones –dice Lucas.
Carcajada general.
—La gente odia la corrupción porque la considera asquerosa, y no porque no puede gozar de sus beneficios –dice Carla.
Carcajada general.
No me dan bola. Se ve que están muy concentrados en ese juego que los divierte mucho. Estamos en veda electoral y seguramente deben estar descargando tensiones después de unas semanas muy agotadoras.
—Este gobierno no reprime la protesta social, el que reprime la protesta social es el hijo de puta de Berni –dice Marcos.
Carcajada general.
—¿Qué hacen? –les pregunto.
—Acá estamos, analizando la realidad política nacional con conceptos profundos que nos permitan reflexionar seriamente sobre dónde estamos y hacia dónde vamos los argentinos –dice Lucas.
—Está muy bien, pero yo necesito escribir mi columna política para PERFIL –les digo.
—Podés tomar notas de lo que estamos diciendo –dice Carla–. Son los temas que tienen en vilo a nuestra sociedad y que van a hacernos crecer institucionalmente.
Carcajada general.
—Se vienen alineamientos extraños –continúa Carla–. Por ejemplo, te dejo un eslogan para una nueva agrupación: “El proyecto nacional y popular necesita tus ritmos y tus melodías, y no sólo los de Pimpinela y Montaner. Músicos con Daniel”.
Carcajada general.
—El proyecto nacional y popular necesita pintar la Gran Argentina. Artistas Plásticos con Daniel –agrega Marcos.
Carcajada general.
—El proyecto nacional y popular necesita representación, tanto en la comedia como en el drama. Actores y actrices con Daniel –agrega Matías.
—El proyecto nacional y popular necesita una buena circulación cloacal, sobre todo ahora que hay que desagotar inundaciones. Plomeros con Daniel –agrega Moira.
—¡Bueno, basta! –interrumpo–. Todo eso no me sirve. Necesito algo más jugoso.
—Tenés razón, tengamos en cuenta que en esta elección vamos a tener que optar entre dos modelos bien distintos.
—¿Populismo o república? ¿Liberalismo o keynesianismo? –pregunto.
—No, eso ya fue –dice Carla–. Ahora las opciones son ¿Medellín o Cali? ¿Juárez o Sinaloa? ¿Quilmes o La Matanza?
—Che, pará, no seas escéptica –dice Moira–. También está la DEA, que sólo quiere cuidar a la república de las temibles garras del populismo.
Carcajada general.
—Ustedes se ríen, pero al menos volvió el peronismo –digo.
—Eso es verdad –admite Carla–. Menos mal que hay acusaciones de asesinatos, de narcotráfico y de crimen organizado, todo condimentado por grandiosas operaciones de prensa. Porque esto ya parecía una convención de la socialdemocracia sueca más que una interna peronista.
—Igual los muchachos ya no son lo que eran –agrega Moira–. ¿Qué es eso de mandar a la tele, de salir con campañas en los diarios, de acusarse en los medios? Antes una interna peronista se resolvía a las trompadas o a los tiros.
—O a las trompadas y a los tiros –agrega Matías.
—En cambio ahora es todo bla bla para las cámaras, pero nadie cobra –continúa Carla–. En la última semana hubo denuncias de todo tipo, pero al único que cagaron a trompadas fue a Chano, de Tan Biónica.
—Pobre Chano –dice Moira–. Ni siquiera es peronista.
—Al final, no se puede confiar en nadie –agrega Matías–. Ni siquiera en el peronismo.
—Es que ahora que el Papa es peronista, el peronismo tiene que hacer buena letra –opina Matías.
—La democracia ya no es lo que era –concluye Carla.
Carcajada general. Y esta vez yo también me sumo.