En noviembre del 2008 un escritor argentino fue finalista del Premio Herralde. Salvo para algunas pocas personas en la ciudad de Córdoba, la noticia pasó más o menos inadvertida. Porque: ¿quién era Carlos Busqued? “Me contacté con la jefa de prensa de Anagrama en la Argentina”, cuenta el editor Jorge Herralde, “y ella hizo varios llamados: nadie conocía al autor. Eso fue lo que me terminó de convencer de que tenía que publicar esta novela”. ¿Quién es Carlos Busqued? ¿Quién escribió esta novela breve y agobiante titulada Bajo este sol tremendo, que acaba de ser distribuida en España y aparecerá en la Argentina en marzo? Para empezar, parece que alguien capaz de reírse de este tipo de cosas desde su blog personal (http://borderlinecarlito.blogspot.com): “Gracias a la generosidad del jurado del Premio Herralde, ascendí de “absoluta” a “prácticamente” desconocido. Si adquieren uno o más ejemplares del libro, serán promotores de otro ascenso, un poco más miserable pero no menos bienvenido: de “muerto de hambre” a “tipo que tiene para los vicios el año que viene”. Ustedes sabrán.
Dice la solapa del libro, en la que aparece mirando a cámara vestido con una remera de Motorhead, que Busqued nació en Roque Sáenz Peña, Chaco, en 1970, y que actualmente vive en Buenos Aires. Pero en realidad Busqued reside en Córdoba, se mueve en la periferia de los círculos literarios de la ciudad, y al igual que uno de los personajes de su novela, cultiva la pasión por el aeromodelismo. En la primera entrevista que dio desde que fuera finalista del Herralde, en La voz del interior, se dice que Busqued “es una especie de mito, un personaje excesivo, de prosa más o menos admirada”. Siempre por chat, el escritor trazó la genealogía de sus gustos literarios: “Me gusta mucho Bukowski. Pero no tanto el folclore de las piñas y las borracheras, sino esa visión completamente ‘desde afuera’ del comportamiento normal de las personas. Me gustan Ballard, Carver, Nathanael West, Capote, Dennis Cooper, Philip Dick, Burroughs, Kenzaburo Oé. Me gusta el escritor que desaparece, que no molesta, que no mariconea pidiendo ‘atención’”. Que un libro como Bajo este sol tremendo sea publicado en la colección narrativa hispánica de Anagrama no deja de ser una afortunada rareza, ya que se trata de una novela de referencias locales pero sin color local, donde los protagonistas, en sintonía con parte del nuevo cine argentino, hacen poco más allá de fumar marihuana, mirar documentales sobre elefantes y calamares gigantes en televisión, leer la Selecciones del Reader’s Digest y coleccionar pornografía.
La historia es, en apariencia, sencilla: Certati fue despedido del trabajo y vegeta en su departamento administrando el dinero que le queda, cuando recibe un llamado del suboficial retirado Duarte, que le comunica que su madre y su hermano –a quienes no ve desde hace años– acaban de ser asesinados de un escopetazo en la cabeza. Certati debe viajar a Lapachito, un pueblo infernal, a cobrar el seguro de vida. Desde ese momento Busqued construye un triángulo de personajes siniestros: el que forman el apático Certati y la ominosa pareja de Duarte y Danielito, el ayudante del suboficial en las tareas con las que se gana la vida, al margen de la Fuerza Aérea. Historia violenta, irreflexiva y amoral, no es sencillo ubicar a Bajo este sol tremendo en el mapa de la literatura argentina actual. Digamos que es la novela que podría haber escrito Raymond Carver, si Carver hubiera escrito novelas, y vivido en el Chaco profundo.
*Desde Barcelona.