O mejor dicho, ultraderechistas que ocupan el vacío que va dejando el conjunto de la clase política –“la casta”, como la llaman, y con razón- en casi todos los países democráticos. Una cuestión complejísima, que excede con mucho las posibilidades de este espacio.
Se trata de una crisis estructural y global del sistema capitalista y la consecuente crisis de las dirigencias políticas. Ambas vienen de lejos y esta columna, entre otras aquí y en todo el mundo, las vienen analizando desde hace años. Los analistas políticos solemos equivocarnos, y el que esto escribe no es la excepción, pero a veces vamos por buen camino. Es por eso que me permito sugerir al lector agrandar el panorama “siguiendo” esta columna sobre el tema, que por cierto también cita a otros autores, en el sitio internet de PERFIL.
Veamos cronológicamente algunos extractos. El 18-10-13: “De modo que también en Estados Unidos se agita la extrema derecha. Grupos como el Tea Party –hay varios- expresan el pánico y la desorientación de cada vez más amplios sectores sociales ante la crisis económica y el fracaso de la política tradicional para resolverla. Es historia conocida. La presión que el Tea Party pudo ejercer sobre el conjunto de los republicanos en la reciente crisis solo se explica por una influencia en la sociedad muy superior a su número de representantes en el Congreso.” (https://bit.ly/europa-derecha-marchando). Y en 2015, fue electo Donald Trump…
El 14-10-18: “Ocurre que las fórmulas de siempre, conservadoras, liberales o socialdemócratas, así como las populistas latinomericanas, vienen fracasando ante la crisis. Se repite el panorama de 1929, con las variantes de época. No es la menor, ni la menos preocupante, que en los años ’30 en los USA gobernaba un Franklin D. Rooselvet y, ahora, un Donald Trump. En Europa, Mateo Salvini en Italia; Vox en España y ahora, muy probablemente, Jair Bolsonaro en Brasil.” (https://bit.ly/gabetta-todo-derecha). Y tres meses después, Bolsonaro fue electo...
El 28-10-18: “El mundo entero se va envolviendo en el desorden, la violencia y el consiguiente reclamo social de “firmeza”, tanto si la proclama un líder de extrema derecha como Bolsonaro o un “defensor de los trabajadores”, pretendidamente “de izquierdas”, como Cristina Fernández o Nicolás Maduro. En las democracias desarrolladas, la crisis estructural del capitalismo sumió en la impotencia tanto a conservadores y liberales como socialdemócratas, dando paso a la extrema derecha y poniendo en peligro el orden republicano. En nuestras repúblicas de opereta, desnudó la ineficacia y corruptela populista, allí donde ejerció.” (https://bit.ly/gabetta-loteria-nacional)
Y en 2019, los Fernández-Fernández (póngalos lector, en el orden que más le guste), resultaron electos y así van hoy las cosas… La situación es gravísima en Nicaragua y Venezuela; en Chile, un tal José Antonio Kast, una suerte de Javier Milei transandino, se instala entre los primeros y gana apoyo popular. Con variantes, lo mismo en otros países.
Disculpas, estimados lectores, por estas citas que suenan pedantescas; pero no es el caso. Aquí no se “predijo” la elección de Trump, Bolsonaro o los Fernández. Los fracasos de “las castas” lo anticipaban, y las encuestas lo iban confirmando. Respecto a la crisis global, cito otra vez el 18-10-13: “No sería extraño que ésta acabe pariendo un fascismo, o varios, de nuevo tipo. Las causas de esta evolución son nuevamente la impotencia de la dirigencia tradicional ante la crisis; la competencia intercapitalista; la corrupción, el desorden y la violencia generalizados; el desempleo y la pobreza, que agravan los desesperados del mundo que atraviesan las fronteras” (https://bit.ly/europa-derecha-marchando).
Y en eso estamos.
*Escritor y periodista.
Producción periodística: Silvina L. Márquez.
