El BCRA emitió la comunicación A 6661, que establece que los bancos pueden invertir hasta el 100% de su capital o de sus depósitos en Leliqs, títulos públicos, para hacerla sencilla. Antes este límite era del 65%.
¿La idea? Que los bancos paguen mayor tasa a los ahorristas.
Ahora bien, lo pueden hacer trasladando el costo al Estado, el cual lo compensará cobrando impuestos… a los mismos depositantes, a usted, a mí, en fin, a todos.
Ahora bien, hay algunos pocos efectos colaterales, algo menor por supuesto. La tasa Badlar, que es la tasa de encuesta para los depósitos, hoy está 25 puntos aproximadamente más “abajo” que la tasa de Leliq (42% vs. 67% al 28 de marzo).
Si el Gobierno “triunfa” en su idea, y arrastra la Badlar a la suba, los préstamos serán muchísimo más caros. Hoy una empresa paga, si tiene suerte, el 70% de tasa de interés. De ahí para arriba, hasta llegar a numeros obscenos en el mercado informal de cheques (prefiero no poner número, pero piense en el doble o el triple de esta tasa).
Si el Gobierno tiene “suerte”, los privados se financiarán de piso en el 100% aproximadamente, y le dejo a usted el resto de la cuenta.
¿Y todo para qué? Para frenar el aumento del valor del dólar, para “tranquilizar” a los mercados.
Me pregunto quién se queda “tranquilo” al ver semejante despropósito. La sola posibilidad de que un banco vuelque la totalidad de su Capital en Leliqs, trae inmediatos recuerdos del año 2002.
¿Pagará el Estado semejante tasa? ¿Cómo? ¿Con emisión monetaria? ¿Y la inflación? ¿No era que queríamos bajarla?
En fin, por suerte los bancos son más astutos, tienen más memoria, y no se han lanzado masivamente a esta “movida”: saben que las empresas están mucho más allá del límite posible en materia de honrar intereses, y subir tasas implica complicarlas y a un grado absolutamente irracional.
¿El depositante?
Enfrentaría, de avanzar esta genial iniciativa, la posibilidad de obtener rendimientos del ¡¡6 o 7% mensual!! Un verdadero incentivo a… ¿depositar? ¿O me da miedo esto y prefiero comprar dólares?
Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía, dice el dicho…
Ahora bien…
Me pregunto: con tasas de Leliqs al 70%, ¿quién puede pensar que la inflación sería del 25 o 30%? Entonces apuntamos a un rendimiento real de… ¿40% anual en dólares? ¿No será mucho?
En fin, un error tras el otro, y una imprudencia impensada ni más ni menos desde el ente rector.
Honestamente, creo que en el gabinete de gobierno hay gente muy inteligente. Por lo cual este tipo de medidas o ideas me desorienta cada vez más. Quizás estemos enfrentando una idea pésima tomada desde el ala política, por alguien que no sabe ni jota de finanzas. Es lo único que puedo pensar para tratar de entender lo inentendible.
En fin, el Gobierno cree que con un dólar quieto gana las elecciones. El precio es la destrucción total, del 80% de la economía, tanto a nivel de la calle como industrial.
¿Excepciones? Y sí, las hay: energía, agro, servicios públicos, bancos, y quizás me olvido alguno más. El resto, que emplea cuatro de cada cinco personas, está camino a la asfixia financiera más grande de la historia.
Siempre pensé que no podía repetirse una crisis tan grande. En el 94/95 pensé que el Tequila no podía ser peor que el 82.
Me equivoqué.
En 2002, pensaba que no podía ser peor que el Tequila.
Me equivoqué de nuevo.
Hace unos meses, pensaba que si se desataba una crisis jamás llegaría a ser como la de 2002...
¿Y ahora qué digo? ¿Me equivoco de nuevo?
Señores que manejan las finanzas, por favor, razonen: no se puede destruir así. El tejido muerto no volverá así nomás. Tomará años recuperarse. Cada día, cada mes, que pasa así, es un mes o un año más de recuperación respectivamente. La que llegará recién cuando cambien las cosas. Por este camino, no hay salida.
Ya deberían haberse dado cuenta, el país no es una elección ni un gobernante, es la gente que la está pasando muy mal, y así como venimos la pasará peor.
Y pensar que dicen que soy siempre optimista... entonces ¡hoy hice una excepción!
* Socio de First Capital Group.