En la página anterior se reproduce, íntegra, una extensa carta enviada por la embajadora de Ecuador en la Argentina, Gloria Vidal Illingworth. En ella formula críticas a dos columnas de opinión incluidas en las páginas 8 y 9 de la edición 1029 de PERFIL, publicada el 26 de septiembre pasado.
Aunque está dirigida al editor general de Perfil.com –medio que está fuera del área de mi competencia– me corresponde dar respuesta a algunas de sus inquietudes porque en ambos casos el soporte digital reprodujo sin comentarios ambos artículos y los lectores de PERFIL merecen tal intervención.
La primera cuestión que quiero aclarar tiene que ver con la autoría de ambas columnas. Ninguna de ellas está firmada por un periodista, ni perteneciente al staff de este diario ni de fuera de él. De tal modo, resultan inadecuadas las afirmaciones de la embajadora cuando dice que hubo una “confusión de los hechos y una interpretación errada del periodista” (en el primer caso), y “faltas a la necesaria rigurosidad periodística en el segundo”. PERFIL se caracteriza, entre otras elogiables decisiones, por la diversidad ideológica y cualidades profesionales de sus columnistas permanentes, semipermanentes y eventuales, en particular los que han demostrado una trayectoria destacable en sus áreas. Por lo tanto, sus manifestaciones, opiniones y puntos de análisis son publicados sin censura, reconociendo la calidad de lo que escriben. Sus aciertos y errores deben ser analizados, así, en ese marco extraperiodístico, como aportes especializados a notas de diversas secciones.
Así, para información de la embajadora y de nuestros lectores, debo señalar que Fernando Rocchi integra –en su calidad de doctor en Historia graduado en la Universidad de California (Santa Bárbara)– el equipo de catedráticos del Departamento de Historia de la Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires. Y que Rosendo Fraga es uno de los más agudos y reconocidos analistas políticos del país, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría y asesor de organismos y empresas.
Aclarado este punto, iré a la primera de las columnas de opinión cuestionadas por la diplomática. Tiene razón cuando señala como incorrecto que el presidente ecuatoriano Rafael Correa “parece no respetar la Constitución de 1998, que restringía a dos mandatos la reelección”. La Constitución de ese país –que lleva por denominación Carta Política– fue modificada con todas las garantías del debido proceso legal en el año 2008. Esta es taxativa al limitar la continuidad de la gestión a dos mandatos consecutivos y no más. Es decir: no acepta la re-reelección. Pero es también cierto que el “grupo de asambleístas” mencionado por la señora Vidal Illingworth, promotor de una enmienda –en la práctica, una nueva reforma constitucional tendiente a permitir la reelección sin límites–, pertenece al partido de gobierno, Alianza País, y a otros nucleamientos afines. El proceso está en marcha y ya pasó por una primera instancia favorable, según lo indicado por el artículo 441 de la Carta Política, que señala que la modificación se podrá hacer mediante dos debates legislativos. El proyecto de enmienda deberá tener el respaldo de 46 legisladores para ser tramitado y 92 votos para ser aprobado. Alianza País y sus aliados reúnen 105 sufragios. El segundo debate se cerrará a fin de año, con lo que –de ser aprobado– Correa quedará habilitado para su reelección indefinida a partir de los comicios de 2017. La embajadora relativiza esto formulando dos afirmaciones: que Correa no ha expresado su voluntad de continuar en el cargo y que, de cualquier modo, debería ganar la interna de su partido para postularse. La primera es una verdad a medias; el presidente no ha sido claro al respecto: tras insistir en que no competiría, en marzo pasado dijo que está “revisando” esa postura porque –justificó– “aún falta mucho por hacer en el país”. Mauro Andino, uno de los principales referentes del presidente en el parlamento, fue más claro en declaraciones a ElComercio.com: “A través de este mecanismo constitucional se estaría legitimando la reelección con el pronunciamiento ciudadano –dijo–. No es riesgoso ir a votación porque el pueblo sigue y va a seguir respaldando al presidente Correa”. Y si, tras la aprobación del proyecto, llegara la instancia de una interna partidaria, es obvio que Correa ganaría con facilidad.
En cuanto al artículo de Rosendo Fraga, le asiste razón a la embajadora: el muy polémico José María Velasco Ibarra (quien osciló entre medidas populares y actitudes dictatoriales) fue elegido en cinco oportunidades y derrocado por las fuerzas armadas en cuatro de sus gestiones. Sólo en la tercera pudo completar el mandato. Y en la última estuvo cerca de terminarlo en el tiempo legal, pero los militares lo frenaron poco antes de las elecciones presidenciales de 1972.