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embajada en china

Vericuetos de una designación

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Maneki Neko. | cedoc

La sucesión de malos entendidos que culminaron con la remoción del embajador Luis María Kreckler y su reemplazo por Sabino Vaca Narvaja, que era representante especial para la Promoción de Inversiones y Comercio desde el 29 de mayo, quedará en el anecdotario de las relaciones entre los dos países como uno de los deslices más infortunados teniendo en cuenta el protocolo que rige en China.  El embajador Kreckler cumplía funciones en Suiza cuando el 20 de abril, después de haber recibido el plácet, fue designado  la embajada en Beijing.

El nombramiento del embajador en China transitó por muchos vericuetos, a pesar de la importancia estratégica que el Gobierno le asigna a ese país en la política exterior. La designación constituyó una tarea difícil porque circularon varios nombres con posibilidades de asumir ese cargo hasta que recayó por sorpresa en un embajador que había cumplido funciones continuadas en Brasil, designado por Cristina Kirchner, en Alemania, por Mauricio Macri y finalmente en Suiza por una controversia con Guillermo Dietrich. Esta sucesión de cargos al más alto nivel no resulta habitual en la Cancillería y muestra el  favoritismo político del cual gozó el funcionario para recorrer sin escalas las mejores sedes en el exterior.  

Las disputas por los nombramientos de los embajadores reflejan la desconfianza del sistema político en la formación profesional de los funcionarios para representar al país y cumplir con las instrucciones de la Cancillería sobre quién debiera recaer la responsabilidad de las relaciones exteriores si no hubiera otras instancias con deseos de usurpar esas funciones. La carrera diplomática es jerárquica y se asciende al último peldaño después de haber recogido la experiencia en puestos inferiores. La profesionalidad es cada vez más un dato superfluo reemplazada por la fidelidad política en lugar de por los conocimientos recogidos durante años. La única carrera donde todavía rigen los criterios de la profesión es la política, de la cual nadie osa bajarse una vez conocidas las prebendas del carrusel.  

*Diplomático.