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¿Volver a Macri?

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El verdadero Jocker. “Macrilei” tituló la tapa de Noticias: la Lei Macri y no Mi-Lei. | pablo temes

Hoy las encuestas dan parejas, puede ser presidente Javier Milei o Sergio Massa. Quien más acertó en la primera vuelta –con un mes de anticipación– dando a Massa con 7 puntos por arriba de Milei, la consultora brasileña Atlas Intel que PERFIL viene publicando en exclusiva desde entonces, ayer a las 15.30 desembargó su último estudio donde Milei le gana a Massa 52 a 48. 

En cambio, en el búnker oficialista son optimistas porque ponderan más la tendencia que el momento y ven a un Milei perdiendo fuerza y a un Massa ganándola.

Milei, como caballo de Troya de Macri, cumpliendo así su anunciado deseo de ‘segundo tiempo’

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El gran debate es acerca de cuánto le suma Macri a Milei: le suma equipo y estructura que al libertario le falta, contención emocional y psíquica, moderación, realismo, fiscales, legisladores en el Congreso, contactos en la Justicia: “casta”. Le resta la frescura irracional que hizo de Milei Milei, la falta de responsabilidad con los fracasos del pasado donde no solo el kirchnerismo fue agente de la neodecadencia argentina.

Otro punto es el kirchnerismo, significante que permitió a Macri ser presidente en 2015, cuando la amenaza de la “venezualización”, aunque siempre exagerada, resultaba verosímil para la mitad del país, asustada por, todavía, el imperio de los medios tradicionales mientras que hoy, ocho años después, la amenaza de una hegemonía kirchnerista es infinitesimal. El propio Lula en Brasil es una versión atemperada por la realidad de décadas de diferencia que marcan el cansancio biológico y un contexto geopolítico incomparable.

Dentro de dos semanas sabremos si Macri le suma electoralmente a Milei al convertir al candidato a presidente libertario en una especie de CEO, gerente general, de la empresa cuyo dueño es Macri, papel que cumplió Horacio Rodríguez Larreta con excelencia al frente del gobierno del PRO en la Ciudad de Buenos Aires entre 2007 y 2015, cuando Mauricio Macri fue jefe de Gobierno de la Ciudad y, al no encontrar su sustituto en el gobierno nacional de 2015 a 2019, fracasó.

Subordinar a Milei en el inconsciente colectivo social, siendo el caballo de Troya que permita a Macri cumplir su sueño de un “segundo tiempo” y secuela del próximo tomo de su libro Primer tiempo, es un arma de doble filo. Si Macri no se presentó en las PASO a competirle a Larreta por el liderazgo del PRO y utilizó a Patricia Bullrich de verdugo fue porque sabía que luego, por el triste recuerdo que dejó su gobierno, perdería en las elecciones contra cualquier candidato oficialista. ¿Alcanzará la novedad del histrionismo de Javier Milei para que más del cincuenta por ciento de la sociedad crea que vota algo distinto a lo que ya fracasó y se olvide de la caída de más del veinte por ciento del salario real entre 2018 y 2019? ¿Alcanzará la continuación de la caída del salario real con el gobierno actual el último año con la duplicación de la inflación para olvidar la del gobierno de Macri? ¿Será una estrategia de campaña para Sergio Massa insistir con que Milei es Macri?

En lo personal, siempre creí que el mejor candidato de Juntos por el Cambio era Horacio Rodríguez Larreta, quien no cargaba con la mochila del fracaso de Cambiemos en la presidencia y, aunque incomparable con las responsabilidades de un gobierno nacional, mantenía las credenciales de una razonablemente exitosa gestión del gobierno porteño. Hoy Patricia Bullrich podría estar en el balotaje si se hubiera aceptado la idea de Larreta de sumar a Juan Schiaretti, con Unidos por Córdoba como partido independiente, igual que a la UCR, la Coalición Cívica y el Peronismo Federal, a las PASO de Juntos por el Cambio. El 6,78% del cordobés más el 23,83% de Bullrich sumaban un 30,61% para Juntos por el Cambio, desplazando al tercer puesto a Milei, quien finalmente obtuvo el 29,98% y fue el otro gran perdedor de la primera vuelta junto con Patricia Bullrich. 

El crecimiento de los votos de Schiaretti entre las PASO y la primera vuelta son también votos de Rodríguez Larreta que no fueron a Patricia Bullrich, porque la suma de los votos de Juntos por el Cambio en las PASO fue del 28% (Bullrich+Larreta) y bajó a casi un 24% solo con Bullrich, lo que no quita que con la suma de los votos de Schiaretti solo en las PASO (3,71%) Juntos por el Cambio hubiera salido primero en las PASO además de estar hoy en el balotaje dejando a Milei tercero y haciendo de la amenaza de un gobierno de La Libertad Avanza historia superada.

Es Mauricio Macri coautor de esta derrota de Juntos por el Cambio, copartícipe con el peronismo, que infló al libertario para debilitar a Juntos por el Cambio y llegar ellos al balotaje, además primeros, algo impensado para un gobierno con la situación económica actual. 

Sería un genio maquiavélico de la política si lograra que Milei triunfara en el balotaje, el mismo Macri lo condujera y ese gobierno tuviera éxito. Pero se le tienen que dar esas tres posibilidades juntas. Cualquiera de ellas que falle, toda su estrategia con Milei pasaría a ser un grave error político: tanto si Milei perdiese, si Milei ganase y no se subsumiera a la conducción de Macri o si, haciéndolo, su gobierno fracasara.

Bullrich estaría en el balotaje si se hubiera sumado a Schiaretti a las PASO de un JxC ampliado

El verdadero fullero pareciera ser Mauricio Macri porque arriesga todo, incluso sus hijos políticos, en pos de una jugada que lo puede catapultar pero tiene más posibilidades de fracaso que de éxito. Hace dos años que Jaime Duran Barba insiste con que Macri “perdió la brújula”, que involucionó. Este domingo, en el reportaje largo de PERFIL, Horacio Rodríguez Larreta va más fuerte aún: dice que no solo involucionó el partido de centroderecha que era el PRO antes de Cambiemos sino que se fue más allá, a la extrema derecha.

En alguna columna anterior me preguntaba sobre la teleología libertaria: ¿cuál era el papel que cumple Milei en la historia argentina? ¿Para qué nuestra golpeada sociedad precisaba la emergencia política de una persona así? Quizá su carácter de paroxismo de la polarización, síntoma exacerbado y tragicómico de la grieta, venga en su exageración, para hacernos reflexionar a todos sobre la necesidad de recuperar la cordura, abandonar los extremos, buscar consensos y fortalecer nuestra economía con una política donde sean mayoritarias las posiciones de centro y las lógicas diferencias de matices se enriquezcan mutuamente.