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Volver a Mumford

Volver a publicar en Buenos Aires a Lewis Mumford es una gran decisión, porque solo circulan sus libros en librerías de viejo.

Paso todo el día escuchando Homogénica, sin dudas la mejor banda argentina de pop, y leyendo For Those I Love. Hardcore fanzine, del que ya salieron dos números que me encantan. Y de hecho, ahora mismo estoy escuchando Homogénica y leyendo For Those I Love, pero, lamentablemente, por un rato, tengo que suspender ambas actividades. Sucede que vendo mi fuerza de trabajo a cambio de… bueno, llamémoslo un salario, para escribir todos los domingos sobre libros y asuntos culturales (¡Pero, qué más cultural que Homogénica y For Those I Love!) Por lo tanto, en este domingo casi primaveral, pienso versar acerca de Historia de las utopías, de Lewis Mumford (Ediciones Godot, Buenos Aires, 2025, traducción de Diego Luis Sanromán). Pero antes de avanzar, déjenme retroceder. Volver a publicar en Buenos Aires a Mumford es una gran decisión (digo en Buenos Aires porque en España está siendo publicado por Pepitas de calabaza). Porque de Mumford solo circulan sus libros en librerías de viejo. Sin ir más lejos (¿pero adonde iría yo lejos si cobro salteado y no tengo un mango?) en una librería de viejos de la calle Sarmiento compré no hace mucho La cultura de las ciudades (Emecé, 2° edición de 1957, traducción de Carlos María Reyes). Gran pavée de 720 páginas, en el que traza una historia sabia y global de las ciudades, desde el punto de vista urbanístico, filosófico, histórico, político, todo atravesado por una crítica radical a la tecnología. La idea de una mirada global es clave en Mumford, como el tono crítico con el desarrollo urbanístico y tecnológico de su tiempo, que es también el nuestro.

Historia de las utopías, de 1922, es el primer libro de Mumford, que antecede en algo más de 10 años a Técnica y civilización, el primer texto realmente central en Mumford. No obstante, Historia… es también un libro sumamente interesante, que de Platón a William Morris y W.H. Hudson y más allá, piensa a la utopía (o a la eutopía, categoría que acuña Mumford) bajo el mandato de que “en este momento, nuestra principal tarea es construir castillos en el aire”. Porque Mumford no se contenta solamente con construir una historia erudita de la utopía (que tiene obviamente en Moro un punto ineludible) sino que piensa a la utopía por contraste, podría decirse por oposición, como un instrumento para manifestar la discrepancia con su época (no es menor reparar que Historia de las utopías fue escrito justo a la salida de la Primera Guerra Mundial, la primera en la que la aviación bombardeó poblaciones civiles y se usaron armas químicas. La crítica a la civilización occidental como opresiva y la posición radical frente a la técnica como modo de disciplinamiento social en Mumford no son ajenas a ese contexto).

En un pasaje de Historia… se lee: “Hubo un tiempo en que el mundo del conocimiento y el de los sueños no estaban separados, en el que, para todos los efectos, el artístico y el científico contemplaban el ‘mundo exterior’ a través de las mismas lentes”. Es tal vez esa la utopía del propio Mumford, autor de una obra tan inclasificable como erudita. Crítico de la educación mainstream, admirado por Frank Lloyd Wright, con el que sin embargo, mantuvo una relación crítica (hay un epistolario entre ambos llenos de idas y vueltas), volver a Mumford implica volver a la más aguda tradición ensayística del siglo XX.

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