COLUMNISTAS
chismes

¿Y ahora?

default
default | Cedoc
Y la cuestión es pensar sobre qué va a escribir una. No es que falten temas, al contrario: el mundo es tan variado, hay tantas cosas, tantos temas que no se puede así nomás, como quien elige un plato de ravioles al pesto en un menú, decidirse por algo. No, no, la cosa es más intrincada de lo que parece, vea.
Por ejemplo, sería interesante escribir sobre el fútbol: a muchísima gente le interesa el fútbol, ¿se fijó? Bueno, a mí no. No es que no me interese, es que no voy más allá de clasificarlo como un juego, y en cuanto a su práctica estoy con la opinión del señor Jorge Luis Borges que decía: “Veintidós sujetos corriendo detrás de una pelota es un espectáculo lamentable. ¿Por qué no le dan a cada uno una pelota?” Maravilloso, pero si en vez de ser una ironía fuera un deseo y se cumpliera, dejaríamos de ser quienes somos, ¿no le parece? Y en mi caso sería inútil y pretencioso porque, como le decía, yo lo considero un juego, no la liza en la que se dirime el honor (cosa que suele traer descontento, tumulto y hasta tragedia). Así que, fútbol descartado. Ah, pero ¿por qué no escribir sobre feminismo si he estado sumergida en esa tarea desde que tengo uso de razón? Podría, para señalar por qué el feminismo tiene mala prensa y qué es lo que se ha conseguido y lo que no en ese terreno en el que, nos guste o no, se estudian y se suceden hechos tan importantes para la mitad de la población del mundo, nosotras, que somos además las madres de la otra mitad. Eso, escribamos sobre feminismo. En fin, mejor no, porque justamente por eso de que el feminismo tiene mala prensa se suscitan enojosas conclusiones y amargas discusiones y hasta peleas. Dejémoslo de lado. Claro, haciendo una lo que hace podría escribir, yo, sobre la tarea del escritor y la escritora. Pero no, claro que no, porque hay que escribir sobre la actualidad y la actualidad es cambiante, y es material de entendidos y profesionales. ¿Y entonces? Sobre chismes acerca de señoritas que se casan sucesivamente con varios jugadores de fútbol seguro que no porque lo que es a mí me tiene sin cuidado lo que hacen las señoritas que figuran en las revistas (esas revistas de las que las señoras dicen “ah, yo la leo solamente en la peluquería”) y por otra parte suele haber en publicaciones diarias o semanales o lo que sea secciones especializadas en el tema: señoritas en general rubias, esbeltas y con curvas en las partes más interesantes de sus anatomías, ay, qué envidia, fotografiadas en la playa o los parques o los salones sonriendo felices e invitadoras. Para decirle la verdad, me encanta verlas y saber que la humanidad puede producir tanta belleza. Ah, sería apropiado escribir sobre lo que la humanidad es capaz de producir. Lamento, pero el tema, atractivo como pocos, es demasiado vasto y complicado para mí que sólo sé escribir narrativa, es decir cosas que no les sucedieron nunca a gentes que no existieron jamás, y va de suyo que sería parcial porque a mí me gusta toda la humanidad, menos los ejemplares que se inclinan por el nazi-machismo, como usted comprenderá. Podría, y eso sería interesante y aleccionador, escribir sobre la violencia. Ajá, sólo que yo no sé aleccionar a nadie o por lo menos cuando escribo novelas o artículos o lo que sea jamás tengo el propósito de aleccionar. Dejemos pues que aleccionen los que saben, maestros, sacerdotes, madres y padres (algunas y algunos, no todos), gobernantes… bueno, no; a ver: autoridades morales, religiosas, culturales, buena gente, eso sí. Dejémoslos que aleccionen y dejémonos aleccionar, ¿eh? y siguiendo con esta desencantada revisión, lleguemos a pensar en escribir sobre el conocimiento del universo, ese saber que venimos adquiriendo de a poquito, de a rebanadas, de a migajas desde que por primera vez miramos hacia arriba en una noche estrellada. Ay, mi querida señora, mi estimado señor, lamento decirle que no puedo. Sólo tengo curiosidad y admiración, no los conocimientos para escribir sobre el universo. Dejémosle eso a Gabriela González, a la que por favor, señores de allá de Suecia, hay que darle el Premio Nobel de Física. He dicho.